Sensible pérdida para la causa de la paz

Así lo anunció, con pesar, en Consejo Mundial por la Paz (CMP), del que Fundora era Presidente de Honor.

Orlando Fundora inició su accionar revolucionario en las luchas estudiantiles del Instituto de Segunda Enseñanza y la Escuela de Comercio de la ciudad de Santa Clara, en la región central de Cuba. A partir de 1945 trabajó en la sucursal del Royal Bank of Canada en La Habana, donde se formó como un destacado dirigente sindical en el sistema bancario. Por su participación en luchas obreras era objeto de sistemática persecución policial.

En 1954 se incorporó al movimiento revolucionario 26 de Julio encabezado por Fidel Castro, y participó en numerosas actividades revolucionarias por las que fue seis veces detenido, encarcelado y en varias ocasiones cruelmente torturado por las fuerzas represivas del régimen tiránico de Fulgencio Batista.

Entre 1957 y 1959, cuando se vio obligado a exiliarse, continuó su lucha patriótica en Venezuela. Por su colaboración con el movimiento revolucionario en ese país fue detenido por la policía política venezolana.

Después del triunfo de la revolución en Cuba participó en calidad de corresponsal de guerra en la defensa cubana contra la invasión mercenaria por la Bahía de Cochinos, en Playa Girón; asumió el cargo de director de la emisora internacional cubana Radio Habana Cuba, y, más tarde, se desempeñó por un breve período como director de la agencia de noticias Prensa Latina.

En 1966, Fundora fue promovido a la Comisión de Relaciones Exteriores del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y designado jefe de información de su Departamento Internacional. En 1973, se le nombró jefe del Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Central del PCC.

Orlando Fundora López asumió en 1985 la presidencia del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos (MOVPAZ) que desempeñó hasta 2006, cuando debió dejar el cargo por problemas de salud, fundamentalmente ortopédicos, derivados de las torturas policiales sufridas durante sus luchas revolucionarias contra la tiranía de Fulgencio Batista.

Con apoyo, estímulo y respaldo material de la URSS y los países socialistas y partidos comunistas alineados con la URSS, el Consejo Mundial por la Paz nació al término de la II Guerra Mundial como una formación abierta a la participación de otras fuerzas de diferente signo político.

Debido a esta inevitable dependencia, los conflictos y divisiones en el movimiento comunista internacional se reflejaban en el CMP de manera inmediata y el desplome del campo socialista europeo y especialmente la desintegración de la URSS, a inicios de la década de los 90, amenazaron seriamente su supervivencia.

Todas las organizaciones miembros de los que fueron países socialistas en Europa se disolvieron y solo la voluntad política de un grupo de formaciones, entre las que la cubana desempeñó un papel preponderante, logró mantener vivo al Consejo Mundial por la Paz.

Muchos y muy poderosos han sido, sin embargo, los obstáculos que el CMP tuvo que solventar para sobrevivir.

Tuvo que enfrentar tendencias claudicantes de orientación socialdemócrata que aún existen en algunas organizaciones de Europa y de otras partes del mundo que se resisten a que el CMP juegue un papel activo en el enfrentamiento al imperialismo. En la Asamblea del CMP que tuvo lugar en Atenas, Grecia, en el año 2000, Fundora desempeño una intensa actividad a favor de la unidad dentro de los principios que contribuyó decisivamente a la revitalización de la organización (que entonces cambió su sede para Atenas) y precisó los objetivos de la lucha del CMP contra el imperialismo.

Como reconocimiento al liderazgo del Movimiento Cubano por la Paz (MOVPAZ) en el proceso de lucha por la supervivencia del CMP, la Asamblea del CMP de mayo de 2004, en Atenas, Grecia, eligió por consenso, sin oposición alguna, el Presidente de MOVPAZ, Orlando Fundora López, como Presidente del CMP. En la siguiente, celebrada en Caracas en 2008, se le eligió Presidente de Honor de esa organización mundial, dignidad que conservó y a la que sirvió hasta su fallecimiento.

Al dar a conocer la triste noticia de su deceso, el CMP destacó que se había perdido un campeón incansable de la lucha por la paz y la justicia social que dedicó su vida a la lucha revolucionaria y antiimperialista, a la justa causa de los pobres y oprimidos de todo el mundo y que será recordado y servirá como ejemplo para las generaciones futuras.

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