Héctor Reyna Matos: “La radio es maravillosa”

Héctor Reyna Matos debutó en la planta radial manzanillera en la última de las profesiones mencionada y lo hizo bajo la atenta mirada y la ayuda de varios hombres y mujeres, que comentan, “era la generación estrella de esta institución, que le dieron mucha gloria.

“Algunos empíricos, otros de escuela, pero gente con probado talento, rigor en el trabajo y muchos deseos de hacer, y de enseñar a la generación que se incorporada entonces. Me ayudaron a labrar mi camino que he seguido con ellos como paradigmas.”

– ¿Cuántos momentos de satisfacción has tenido dentro de la radio?

– «Varios, pero entre los más grandes resalto la posibilidad de trabajar en emisoras nacionales como Radio Reloj, Radio Rebelde, Radio Habana Cuba, el Servicio de Radio de la Agencia Informativa Prensa Latina, y en Metropolitana, todas en la capital de la Isla. Considero otro instante feliz, y de crecimiento profesional, cuando recibí el derecho de integrar el tribunal de evaluación artística del oriente cubano».

– Un instante complejo…

– «Cuando la muerte del policía Rolando Pérez Quintosa, luego de los trágicos y terroristas sucesos de la base náutica de Tarará. Estuve en la programación de esa noche, y junto al colectivo, recibimos un reconocimiento por la labor desempeñada. Muy conmovedor y tenso. Los autores fueron capturados cerca de Manzanillo y nosotros estuvimos al tanto de todo.

La muerte de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro también resultó un instante estremecedor. Tuvimos que reponernos al dolor que significó la pérdida física del Líder Histórico de la Revolución».

– Desde su perspectiva, ¿qué retos tiene la radio en Cuba hoy?

– «En primer lugar se impone la disciplina, el rigor, buscar cada día sin quedarse estático, escudriñar y escuchar a todos, porque quizá el interlocutor no sepa de radio, pero el más mínimo criterio que te brinden, bien o mal, es una categoría que ofrece, dice cómo va tu trabajo».

– ¿Le gusta el binomio juventud – experiencia?

– «Es válido, sobre todo cuando existe interés de los más jóvenes en aprender como hicimos nosotros; no se puede entrar a este medio creyendo que te lo sabes todo porque incluso te vas del medio y aún no terminas de aprender cada día, que es esencia».

La profesionalidad de este realizador, puesta a prueba desde la cotidianidad de un manzanillero que se levanta sin que los primeros rayos del sol alumbren para «ajustar» los detalles de la revista de facilitación social Panorama, incansable y exigente en extremo dentro del máster y con sus equipos de trabajo, y que además refrendan los múltiples premios a diferentes niveles acaba de merecer el Micrófono de la Radio Cubana.

«Es un estímulo inesperado, y sobre todo a los 50 años, por lo general se da después de 25 años de labor ininterrumpida pero siempre se recibe con un poquito más de edad. Compromete mucho más, a laborar con más rigor a no defraudar a mis maestros de siempre, pero por encima a la audiencia que esperar en cada nueva emisión lo mejor de uno. La meta es enriquecer la obra».

– Hay una frase que le identifica entre sus oyentes y los colegas del medio…

– «Es un cuño. Siempre hay frases que trascienden fronteras como el caso del periodista Pedro Vera Portales que a los carnavales los definió como el «Rumbón Mayor» y ahora todo el mundo lo dice por ahí y lo coge como propio. Yo siempre dije desde el primer momento, sin haber escuchado a Camilo Egaña: «Les deseo mucha, pero mucha buena suerte y una eterna felicidad».

– ¿Cómo definiría su paso por la radio?

– «Uno tiene en la vida momentos buenos y malos, pero la radio para mí ha sido maravillosa. Casi es un cliché, decir “la radio ha sido mi vida”, pero te aseguro que es así: la radio es maravillosa».

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