Luis Orlando Pantoja: “Mi preocupación mayor está en el periodismo lleno de palabras gastadas”

En Periodismo, practicó todos los géneros, y experimentó en los soportes y los medios más diversos. Sin embargo, su apego a la radio ha sido mucho más constante. A continuación, transcribimos las respuestas que Luis Orlando Pantoja nos envió vía correo electrónico. Gracias, Pantoja.

¿Qué  tiene de especial el medio radial para que Ud.  haya desarrollado en él gran parte de su carrera?

La radio tiene muchos asideros que utilizo para buscar audiencia tales como el oyente a quien no imagino escuchándome en Matanzas, sino frente a mí, buscando intimidad, no le grito, no corro. Reitero la idea central, le digo lo que él necesita escuchar, le llamo la atención, utilizo dos técnicas: la narración y la descripción.

Es como si dos personas tuvieran de por medio una sábana azul prusia. El no me ve pero yo debo imaginarlo prestándome atención y lograr que reciba mi mensaje. Hay una mágica conexión entre el oyente y yo. No pienso en los oyentes sino en EL OYENTE, en singular. La radio es muy rápida pero tiene su propio lenguaje. Lo mejor es que no me veo con el oyente y eso me obliga tomar todo esto en consideración.

¿Se podría decir que el periodismo cubano contemporáneo es un periodismo heredero de las premisas martianas?

Yo sigo la línea del periodismo martiano a partir de la tesis de que primero soy revolucionario y después periodista. Esta es una profesión totalmente política. ¿Cuál era la ideología martiana?  El independentismo, el antiimperialismo, denunciar los enemigos de la Patria, poner bien los ojos ante lo que sucede, cuidarnos de las trampas y andar con la frente en alto, sin temores.

¿En qué medida el periodismo en Cuba  después del triunfo de la Revolución contribuyó a ejecutar el proyecto de país que se ha venido construyendo desde 1959?

Una Revolución es un proceso escabroso, la hacemos los hombres con las virtudes y defectos que guardamos en la conciencia y no es fácil dejar atrás las viejas ideas. Una Revolución es un estallido de ideas, de tratar de subir la cuesta de la historia y caerse de nuevo y volver a levantarse.

Pienso que Fidel tiene que haber sufrido mucho como máximo jefe, como líder que ha dado su ejemplo, defensor de la crítica útil, con una proyección humana envidiable y en medio de todos estos combates queriendo siempre que el Partido encabece el combate cotidiano.

De manera que la prensa sufrió también todas estas etapas de reveses y éxitos, de tareas bien hechas pero también de dudas, y por eso nos han faltado análisis mucho más serios y profundos en temas de los que no sabíamos mucho o nada.

¿Cómo valora los métodos de las academias de periodismo en Cuba? ¿Dónde aprendió realmente de periodismo?

La Escuela de periodismo nacional radicaba en la escuela del Partido, y allí aprendimos mucha teoría de la economía política, historia de la filosofía y las clases de periodismo que nos impartía un reducido grupo de profesores, pero los que fuimos de la entonces provincia de Las Villas habíamos recibido e impartido clases en la Escuela de periodismo que se abrió en Manacas donde algunos eran corresponsales como Gelasio Vidal,  Raúl Cabrera y otros.

En lo personal me encauzó mucho el periodismo que hice en Ecuador durante mi exilio político en ese país, donde alternaba con artículos en el periódico La Nación y en la radio, de manera que el periodismo lo aprendí en la práctica, mucho antes de ir a la Escuela nacional en La Habana. Por mi parte respeto mucho las facultades de periodismo universitarias donde imparten clases muchos periodistas de los diferentes medios con toda su experiencia y cultura que tienen de este oficio. Todavía los programas pueden alcanzar una excelencia que necesitamos, pero se camina y se piensa.

¿Cuáles son los fines esenciales a los que Luis Orlando Pantoja ha dedicado su vida al periodismo y a la radio?

Donde nací, Ranchuelo, había una radio local donde coincidimos Ignacio Rodríguez, Rafael Socarrás y Rafael Sureda que nos inclinábamos hacia la radio y es a partir de ahí y mis relaciones con otros radiodifusores que me incliné hacia ese medio. Comprendí que la radiodifusión no era solamente anuncios y música sino también un canal mágico para crear estados de opinión,

¿Qué le falta a la Radio cubana? Nuestra Radio ¿ha ganado en algo en esta última etapa, una etapa en la que  aumentó el criticismo en torno al propio sistema de prensa nacional?

Considero que la crítica está de moda en nuestros medios, pero el Partido nos está pidiendo  que seamos más profundos. Yo me leo todos los periódicos diariamente, el noticiero de TV y las informaciones de la radio, de manera que no tengo tanta preocupación con la crítica,  aunque también debíamos saborearla un poco más en la TV.

Tengo por norma aferrarme a la verdad a la hora de hablar de la blandenguería política, a la hora de exigir más autoridad a los que  no cumplen sus obligaciones pero siguen dirigiendo, es decir apoyar con nuestro trabajo todo lo que se critica por el propio Partido, pero hoy mismo mi preocupación mayor está en el periodismo cotidiano, en el reporte diario, en ese periodismo machacón, lleno de palabras gastadas que lo hacen aburrido.

No se utiliza muchas veces la imaginación, y hasta los presentadores de noticieros dicen ´´escuchemos el siguiente informe” en vez de “el siguiente reporte o reportaje”. Hay que rescatar la cultura periodística a toda costa.

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