Bárbara Suárez Ávalos, periodista de grandes pasiones


La prestigiosa profesional recibió el pasado 12 de marzo el Premio Provincial por la Obra de la Vida Rolando Ramírez, en ocasión del Día de la Prensa Cubana


De esa forma le llegó el periodismo, un regalo que por azar inculcó la hermana mayor, quien siempre tuvo un libro a la mano para la pequeña, en aquel momento, en el batey del central Noel Fernández en el municipio de Minas. Muchas zafras han pasado desde entonces, pero el trapiche de la vida continúa a buen ritmo para Baby Progreso, como muchos le llaman o conocen, convertida en cátedra del periodismo radiofónico camagüeyano.

Efectos

– ¿Cómo llegas a la Radio?

– “Casi por casualidad. Yo estudié en la Universidad de Oriente y cuando venía todas las prácticas las hacía en el periódico Adelante. Amo la prensa plana, pero la vida tiene cosas y me llevó a la Radio dos años después de graduada; así en el 1984 empecé en Cadena Agramonte y después trabajé por casi 15 calendarios en la actual Agencia Cubana de Noticias (ACN).

“El 14 de marzo del 2000 tuve la suerte de que Manuel Andrés Mazorra, entonces director de Radio Progreso, me viera en La Habana y me propusiera esa corresponsalía, sin dudas un regalo y creo que es lo mejor que me ha pasado”.

– ¿Qué valores no deben faltar en esta profesión?

– “La honestidad con los lectores, oyentes, televidentes, internautas, con uno mismo; la pasión por la verdad, el afán de informar, no de dar el “palo periodístico”, porque creo que lo importante no es decirlo primero sino decirlo bien; y el compromiso, yo tengo una responsabilidad con mi país, con el proyecto social de Cuba y pongo en claro de qué lado estoy”.

– ¿Cuántas horas al día es periodista Bárbara Suárez?

– “Las 24 horas, hasta durmiendo soy periodista, y a veces me pregunto cómo algunas personas pueden quitarse el traje. Yo no puedo.

“Una vez recuerdo que estaba en una casa en la calle Maceo, en una visita, y cogió candela una sucursal de Cadeca muy cerca de allí. Fui corriendo para allá a buscar datos y yo no estaba ahí esperando que eso pasara, pero Barbarita es periodista y tiene una responsabilidad social: informar”.

Silencio

– ¿Qué anécdotas de su vida profesional jamás olvida?

– “La posibilidad de ir a Vietnam, fue un viaje breve de apenas dos semanas, pero resultó muy lindo ver de cerca a ese pueblo tan laborioso; ellos trabajan incansablemente, lo mismo en un arrozal arando con búfalos y el fango a la rodilla, que en una moderna fábrica con tecnología de punta, por eso han podido echar para adelante.

Los recorridos con Raúl Castro los disfruté muchísimo porque tiene un sentido del humor increíble y es una persona muy atenta; recuerdo también la Operación Tributo, cuando regresaron los restos de los soldados caídos en África, el homenaje, el dolor de todo un pueblo. Son muchos momentos, pero sobre todo es especial el día a día”.

– ¿Qué significa la familia para usted?

– “Mi familia es muy importante. Mi mamá fue una mujer muy humilde que quiso ser enfermera y no pudo pues quedó huérfana de pequeña y tuvo que trabajar como doméstica (recuerda entre lágrimas); mi papá siempre laboró en la fundición del central Noel Fernández, antiguo Senado, él era un hombre de luces, con un sentido de la rectitud, del respeto, de lo que vale la familia y eso se los voy a agradecer siempre. Ya los perdí a los dos, pero deben andar por ahí… guiándome”.

Voz

– ¿Cómo describirías a Radio Progreso?

“Progreso llegó en un momento difícil de mi vida, necesitaba un cambio y Manuel Andrés Mazorra me lo puso en la mano. Yo le dije que sí sin pensarlo mucho. Realmente Progreso con su perfil cultural me cautivó, porque te permite ahondar en otros temas que la emisora tiene como prioridades, cosas aparentemente más sencillas pero que la gente también necesita.

Yo adoro que a la 1:00 de la tarde mi emisora ofrezca la opción de un noticiero cultural, y ahí puedas escuchar a especialistas de diferentes ramas del saber, otra manera de estar informado porque Radio Progreso es eso… es diferente”.

– Cuarenta años después, ¿cuánto ha cambiado el periodismo y los modos de hacer?

– “Han cambiado muchísimo. Empecé con máquinas de escribir mecánicas, con teletipo de cintica picada y eso ya es obsoleto; aunque yo aún conservo mi máquina de escribir.

“Ahora es diferente: usamos computadoras, tabletas, celulares; tuve que aprender todo eso porque no soy nativa digital y me tocó emigrar. He tenido buenos maestros, los más jóvenes, y definitivamente eso le ha cambiado la dinámica al periodismo. Antes era más lento por la propia tecnología -excepto en la Radio que jamás ha perdido el aquí y el ahora-; y además hoy tenemos la gran competencia de las redes sociales, que nos obliga a ser más ágiles”.

Música

– ¿Cuál es el género musical, color y libro preferido de Baby Progreso?

– “Me gusta mucho la música instrumental, amo a Silvio Rodríguez, no me aburre, lo puedo estar oyendo horas y horas, a veces estoy trabajando y él está ahí de fondo cantando, y no sé ni lo que dice, pero está conmigo.

“Mi color favorito es el verde olivo y el libro, no sé… son tantos, pero a la mente ahora me viene Cien años de soledad.

– A las nuevas generaciones, ¿qué consejo le darías?

– “Ser cuidadosos con los que se dice y se escribe, ser responsables porque tenemos el deber de decir la verdad, yo siempre digo que en esta profesión cuando cometes un error es muy difícil deshacerlo. Ser honestos, precisos, no perder la pasión y nunca quitarse el traje de periodista, aunque estés de vacaciones, porque la gente siempre te va a ver como una figura pública.

Esta es una carrera de grandes pasiones, Gabriel García Márquez decía que es el mejor oficio del mundo y es cierto porque te permite conocer a mucha gente, hoy conoces a un Jefe de Estado o a un artista famoso, pero mañana descubres a la persona que hace posible que los niños tomen leche, al que inventó la vacuna, al enfermero que se la va a poner, o la señora que limpia; todo y todos en la sociedad son trascendentales y el periodista tiene que ubicar a cada cual y hablar de cada uno con la importancia que tiene”.

Bárbara Suárez Ávalos es una mujer de Radio, llena de efectos, música, voz, silencio…Baby no pierde el ritmo al desandar las calles del Camagüey y asume con firmeza la responsabilidad por y para Cuba. Más de cuarenta años pasaron desde que emprendió el camino, consciente de vivir para hacer periodismo y hacerlo bien. 

– Cuando se niega la felicitación al colega

– Homenaje eterno a José Martí y Fidel en el Día de la Prensa.

Editora. Carmen Torres

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