El buen periodismo nunca morirá

«He laborado con todo el sentido del deber, de la pertenencia, y del amor que siento por lo que hago. Siempre me he propuesto como meta, ante todo, respetar al máximo las fuentes y la audiencia», confiesa la Zeta, como le conocen sus compañeros y amigos.

Cuenta que nunca pensó en la radio como medio para realizarse mas «desde que me gradué y vine buscando donde trabajar la reina radial del centro me abrió las puertas de una manera tan grata que nunca me he podido ir; pues la radio es un medio que te permite, además de escribir y expresar lo que quieres, utilizar recursos y darle una forma diferente y atractiva al trabajo que vas a hacer».

En la CMHW comenzó como reportera, atendió el departamento informativo y múltiples cargos en la UPEC, también asumió el reto de dirigirla instaurando un sistema de hacer periodismo en la calle revitalizando la unidad remota y mejorando el ambiente laboral.

Durante sus mandatos la emisora recibió la Réplica del Machete Mambí de Máximo Gómez, reconocimiento entregado por el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; realizó la transmisión de la Operación Tributo, homenaje a todos los que entregaron sus vidas en nombre del Internacionalismo, se mantuvo como destacada en los Festivales Nacionales de la Radio y obtuvo la condición de Colectivo Vanguardia Nacional.

Más de tres décadas en el ejercicio del periodismo la hacen dominar los gajes del oficio y le permiten opinar con pertinencia sobre la salud del mismo en la provincia. «Yo entré en un momento en que con poquísimos recursos se hacía muchísimo, en el que la CMHW pese a sus carencias tecnológicas (guaguas viejas, pesadas e incómodas grabadoras de cinta) estaba en todas partes».

«Ahora con la digitalización nos escudamos y acomodamos en el cortar y pegar. Se que cada época reclama sus propias características pero podemos y debemos hacer más, y no lo digo como crítica hacia el ajeno, sino también desde mí misma. Estamos en Internet, en las redes sociales, tenemos mucha más visibilidad, nos lee y oye el mundo; y hay que ser más cuidadosos con lo que decimos y hacemos, hay que hacer un periodismo más proactivo e inteligente».

Para lograrlo considera oportuno poner catalejo en esos grandes del gremio que hoy guían el camino. «La jornada de la prensa en Villa Clara se la dedicamos a Luis Orlando Pantoja y a Aldo Isidrón del Valle y tuvimos la gran suerte de que ambos hicieran la mayor parte de su vida profesional en la CMHW. Fueron verdaderos maestros cada cual con su estilo, cada uno hacía un periodismo muy particular».

«A Pantoja tú no lo veías en la calle haciendo un reportaje o una entrevista porque lo de él era pedir la palabra y desde su propia voz realizar un comentario agudo de las problemáticas que aquejaban al villaclareño. Aldo, tenía un gran olfato periodístico, él encontraba primero la noticia. De ambos aprendimos muchísimo y guardamos sus ejemplos de excelentes profesionales de la palabra».

Para María Teresa: «Ser periodista te convierte en una servidora pública, conlleva una responsabilidad extraordinaria con la noticia que damos, con las necesidades comunicativas de la audiencia que nos lee o escucha y con la fuente que brinda la información. Nos debemos, ante todo, a esos receptores que nos hacen líderes de opinión y nos obsequian su tiempo y confianza».

Y concluye ante las dudas y especulaciones sobre el papel de su profesión en los tiempos modernos:

«El periodismo ciudadano sin dudas democratiza cada vez más la información, pero muchas veces falta la técnica para trabajar la información y llegar a las fuentes, desgraciadamente en ocasiones se tergiversan las los contenidos y circulan por las redes materiales burdos. El buen periodismo reclama más que disposición; requiere conocimiento, olfato para la noticia y mucho talento, pues es oficio, arte, profesión y nunca morirá».

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