Radio Juvenil, mi laboratorio radial (+Video)

Después se transformó en una extensión de mi aula universitaria. Con gusto me abría sus puertas cada fin de semana. Ahí estaba el apoyo de todos en la realización de mis trabajos investigativos. Se convirtieron en cómplices de los más alocados diseños gráficos, consejeros para la redacción y el estilo, sabios conocedores de la cultura que me impulsaron a expandir mis horizontes de conocimiento y creación.

Más tarde me recibió feliz. Dejó que hiciera de ella el escenario para mi crecimiento profesional. A la trascendencia de narrar la cotidianidad de un pueblo como el nuestro le agregó otros desafíos. Hizo que pusiera a un lado los temores y dejara salir a la periodista, la verdadera, casi recién salida de la academia. Confió en mí. Así me sorprendí un día trascendental al lado de la carretera central, teléfono en mano, jugando con la cobertura, para contar a nuestro municipio y un poco más allá cómo los calixteños se daban cita para decir ¡Hasta siempre, Comandante!, en aquellos días donde todos gritaban Yo soy Fidel.



De igual forma me permitió ser vocera de la información durante huracanes, visitar centros de evacuación, ser testigo de la preparación de nuestros campesinos para el evento climatológico. Un poco después, la dura tarea de cronicar la llegada al territorio de los hijos que habían perdido la vida en aquel trágico accidente aéreo. Transmitir con sonidos aquellas despedidas multitudinarias, tristes, con llantos, pero sobre todo de unidad.

Pero también me dio la oportunidad de contar las alegrías de nuestra gente. Los triunfos de nuestros niños, agricultores, de la gente de barrio, sin que faltara la crítica cuando fuese necesaria.

Radio Juvenil ha sido y sigue siendo mi laboratorio radial. En su redacción, en sus estudios se crearon y perfeccionaron muchos de los trabajos que luego me han dado las más grandes alegrías. Por muy alocada que fuese la idea tuve el apoyo de ese colectivo, siempre con oído atento para percatarse del más mínimo detalle y para sugerir en pos de la mayor calidad de cada producto.

Ahora en la distancia, desde España, se ha convertido en la ventana a mi terruño. Una manera de estar siempre cerca más allá del pensamiento. De no perder esas raíces que siempre menciona Daer Pozo. Conocer de primera mano lo que acontece. Y más allá. No solo es mi forma de escuchar, sino también de expresarme, porque continúa siendo mi micrófono, mi espacio de diálogo con los míos, con mi gente.

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