Yoanny Duardo: “Los adultos deben confiar en la juventud”

Lo cierto es, que la hiperactividad del pequeño y la madurez del joven, convergen hoy en el periodista osado, inteligente y gentil que camina por los pasillos de su querida emisora, que constituye el canal de información continua más antiguo del mundo: «Los años pasan y poco a poco se adquiere mayor responsabilidad, madurez ante el trabajo, la familia, la sociedad. Pensamos más a la hora de tomar cualquier decisión importante, pero en cada etapa de mi vida vivirá ese adolescente. ¡Aunque todavía soy muy joven!» – exclama.

Nació en la comunidad de Jíquimas, en Sancti Spíritus y actualmente vive en La Habana. Con solo 25 años resultó ser el mejor trabajador de su colectivo en el 2011; mérito que resalta su valía, si tenemos en cuenta su faena en una estación radial donde confluyen grandes radialistas cubanos de diversas generaciones, con una reconocida trayectoria en el medio.

Yoanny no revela sus sueños, los reserva, como quien tiene la certeza de lograrlos, con el recelo de quien guarda sus proyectos hasta sorprender a los demás. Ama el periodismo, le gusta leer, bailar y hacer amigos: «La amistad es un valor que debemos fomentar y cuidar». Alcanzó mención con una entrevista en el Concurso Periodístico «Juan Bacallao» y confiesa: «No me gusta estar de entrevistado, disfruto mucho hacer las entrevistas yo».

De sus abuelitos heredó la sapiencia y el sentido común. De sus padres, la formación y el amor. Son entonces sus palabras las que revelan – por fuera- al joven impaciente y emprendedor. Son sus actitudes cotidianas las que presentan – por dentro y ante los ojos de los demás – al amigo en este largo camino de la vida, al surtidor de sueños que se erige como una certeza para los que acabamos de entrar en esta hermosa profesión periodística. 

¿Cómo fue tu inserción en el Periodismo?

«Desde siempre he tenido el bichito del periodismo. En un momento de mi vida me sentí desorientado y gracias a los amigos locutores Soraya Parra y Daniel Pereira llegué a Radio Reloj. Mis primeros pasos se los debo a Nelson Rodríguez, con quien aprendí mucho, y ya llevo casi tres de trabajo, en una emisora que cuenta con un excelente colectivo de trabajadores, en su mayoría jóvenes y donde sigo superándome cada día».

¿Cuán difícil fue adaptarte al estilo de Reloj?

«Radio Reloj es una escuela para periodistas y locutores. Su estilo es único, la noticia hay que darla en un minuto, o sea, en solo 16 líneas de texto. Debemos buscar la síntesis de la noticia, ser objetivos, precisos, tener siempre presente la intencionalidad y el público heterogéneo para el cual escribimos. A la hora de redactar la información, hay que discernir lo más importante. Cuando se hacen las cosas con muchas ganas, amor y responsabilidad no es tan difícil. Aunque no podemos creer que ya lo sabemos todo, hay que seguir superándose y no tener miedo a preguntar alguna duda. Y ahí está la clave del éxito».

Muchas personas tienen el prejuicio de que la juventud actual está perdida, frecuenta los vicios, no asume responsabilidades. Si bien existen casos como estos, hay miles de jóvenes que estudian, trabajan, se hacen cargo de sus familias, perseveran en sus metas. ¿Por qué crees que se dedica tanto espacio a este supuesto, tanto en los medios como en los comentarios cotidianos?

«Generalizar es siempre equivocarse. Es verdad que muchos jóvenes no respetan las normas disciplinarias, de convivencia, pero no significa que todos lo hagan. A muchos nos motiva el futuro, tener un buen trabajo, estudiar, aprender, ayudar a las personas. Y es importante la labor de la familia, de los medios de comunicación, de la escuela, en aras de formar, educar, de combatir lo mal hecho, no solo por los jóvenes, sino también por los adultos. Estos últimos deben confiar más en la juventud».

En tu opinión, ¿qué induce a la juventud a buscar, en ocasiones, un camino torcido que daña incluso su personalidad, su felicidad, y en otros casos, hasta su propia salud? ¿El problema estará en el camino, o en la forma de caminar?

«La gente piensa como vive. Muchos jóvenes están desorientados y muchas veces no tienen a ese familiar, a ese amigo que lo guíe por el buen camino. Es importante el ejemplo de los adultos, la motivación y la formación, que desde etapas iniciales de la vida estos les puedan ofrecer. No por gusto la familia es la primera escuela del hombre».

Tus paradigmas… ¿Cuánto de ellos has incorporado a tu vida?

«Mis grandes paradigmas son mis padres, Regla y Pedro, y mis abuelos, excelentes personas que desde pequeño me han guiado por el buen camino, aunque nadie es perfecto. En el trabajo tengo a muchas personas que me inspiran, uno de ellos es el colega Alberto Ajón León, excelente profesional que me enseña cada día a hacer un buen periodismo».

Tus sueños…

«Tengo muchos, pero me los reservo».

Tus miedos…

«El joven revolucionario no puede sentir miedo, siempre tiene que estar a la vanguardia»

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