«He fortalecido mi amor por la Radio, porque he conocido muchas personas en Bolivia que son como una especie de custodio, pero a la vez son operadores de audio, directores de programas, periodistas, conductores de espacios. Y aunque eso lo he visto en Cuba me impresiona con la pasión con la que lo hacen en Bolivia».
«Me llena de orgullo ver cómo la gente multiplica a la Radio, yo vengo de Bolivia con más amor por la radio, un amor multiplicado».
Y las enseñanzas, ¿qué aprendiste de este viaje?
«Que tenemos que girar la mirada a esos contenidos que nos parecen naturales pero son vitales para la gente, tenemos que interactuar, llevar lo que hacemos a todas las plataformas, indagar con las opiniones de los oyentes, buscarlas y compartirlas en todos los espacios posibles, que la gente sepa que la radio es de ellos, es la voz del pueblo y su activa presencia hace único a nuestro medio».
«El uso de la música es vital, la información también lo es, pero lo esencial es que tenemos que hacerlo con amor, para que pueda llegar y cumplir la razón de ser de la radio».
El último día del año en tu querida Guantánamo, ¿cómo será?
«Voy para combinar lo aprendido con lo que tenemos, y tratar de que sea lo mejor cada vez».
«A toda mi gente de la Radio, a los amigos nuevos que conocí en Bolivia, a todos los radialistas de Cuba les deseo: Salud, salud y mucha fe en los avances, poner los pensamientos en lo que se quiere, y en los que quieren, ser un cubano profundo y decir siempre: ¡Viva Cuba!».