Orestes Milanés: Todo se puede abordar en la radio

Su trayectoria como dirigente político está marcada por el trabajo con los jóvenes, y una vez asumida la presidencia de la “CMDF”, y en sólo tres años, supo imprimirle el sentido renovador y entusiasta a las nuevas generaciones de radialistas manzanilleros.

Descubriremos entonces en sus propias palabras a un ser humano inteligente y responsable, como muchos de los grandes hombres que ha parido esa región del batallador oriente cubano. Tal vez porque, como dicen algunos, la verdadera grandeza está en los instantes cotidianos y en las metas vencidas con dignidad.

“Radio Granma” pudiera ser la identificación de la  emisora cabecera de esta región sur-oriental de Cuba; pero no es así,  más bien hace referencia a la radio manzanillera. ¿Cómo enfrentan la  confusión que genera llevar el nombre de la provincia y que desafíos  impone?

La radiodifusión llegó a esta ciudad primero que a cualquier otro lugar de Granma, hace 80 años, en 1932, gracias a la tenacidad creadora de Jesús Armesto  Braña, español nacido en Lugo, Galicia, España.

Desde su inauguración el 24 de noviembre de 1932, con las siglas CMKM, hasta la fecha, la emisora tuvo varios nombres. En julio de  1952 las instituciones de Manzanillo elevaron una exposición  al Ministerio de Comunicaciones demandando una nueva frecuencia radial  para la ciudad. Fue entonces cuando el 6 de diciembre de ese mismo año salía al aire la CMDF Radio Manzanillo  en los 1590 kilociclos, como filial de la llamada Red Provincial de Radio.

En 1961 Radio Manzanillo fue nacionalizada e integrada al Frente Independiente de Emisoras Libres (FIEL). En 1972 la emisora opta por el excelso nombre de RADIO GRANMA, consecuencia de idea surgida del colectivo de trabajadores y que se materializa después de consultas realizadas a través de encuestas a la población de la ciudad. Recuerde que hasta ese entonces pertenecíamos a la provincia de Oriente. Granma como provincia independiente surge en 1976, después de la División Política Administrativa (DPA) de ese año.

Imagino existieron intentos por enmendar lo que al parecer resulta contradictorio, pero hay elementos que al calor de la DPA de ese año se dieron, que solo es entendida con exactitud por los habitantes de esta ciudad. Quizás cambiar entonces este nombre seria un golpe de suerte a lo que había  ocurrido y nunca más se ha hablado al respecto. No si es un buen momento para investigar sobre este tema e intentar retomar el nombre de Radio Manzanillo. Lo que si te puedo decir es que a lo largo de estos casi 80 años la labor de periodistas, realizadores y trabajadores en general han prestigiado con creces este excelso nombre.

Y hablando de preferencia ¿De qué forma la “CMDF” logra mantenerse con tan altos niveles de audiencia en la “Ciudad del Golfo del Guacanayabo”?

La radiodifusión en Manzanillo se caracterizó desde sus inicios por ofrecer una programación variada a sus oyentes. Su arraigo popular lo adquirió  con la participación de aficionados de ambos sexos y todos los géneros artísticos: cantantes, instrumentistas, declamadores, intelectuales y actores.

Desde sus inicios el pueblo acogió este medio de comunicación  masiva como vehículo idóneo que coadyuvaría al desarrollo del acervo cultural manzanillero y es eso exactamente lo que hacemos, mantener lo logrado en este ámbito y fortalecer y elevar la calidad del trabajo diario.

¿Dónde  radican las principales dificultades a las que se enfrenta a diario la  estación radial, y cuáles son sus mayores fortalezas?

Tratamos que no se agote el talento y buscamos la forma de evitar errores en el proceso productivo. Ahora mismo la inestabilidad laboral por diferentes razones, los imprevistos de último momento, son las principales dificultades que atraviesa hoy la institución.

¿Qué retos implica ser una radio comunitaria, si tenemos en cuenta que en nuestro país su práctica es aún incipiente y con características diferentes al resto del mundo?

El reto mayor en mi opinión esta en qué hacer para continuar estando en el gusto y la preferencia de los oyentes. En este sentido el diseño de la programación es vital, porque cada programa hay hacerlo con el mayor reflejo de la vida económica, cultural, política y social del territorio.

Y la gente debe identificarse con cada espacio y ver reflejado allí sus preocupaciones, inquietudes, realidades, aciertos y desaciertos; que se aborden los problemas que más aquejan a la población desde una perspectiva realista, objetiva. Todo se puede abordar en la radio, encontrar el método, la vía, la forma es el reto.

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