Pedrito Martínez: Hombre de la técnica en la radio

Imposible pasar por alto, como el impulso inicial, la clásica interrogante:

Pedrito, ¿cómo llegaste a la radio?

Yo fui graduado del Instituto «Osvaldo Herrera», de La Habana, en el año 1969. Conocía al director de esta emisora en aquellos momentos, Humberto Duarte Jiménez, ya fallecido. Mediante las relaciones que mantenía con él es que empiezo a trabajar en Radio Ciudad del Mar, cuando estaban vacantes tres plazas para operadores de audio.

El mismo Duarte es quien me plantea si quería venir a trabajar a la emisora, pues con los conocimientos que ya poseía le podía servir de técnico, pues en esos momentos no había alguien capacitado que pudiera desempeñar esa función. Así fue, comencé a trabajar aquí en 1969 y llegué a ser plantilla en febrero de 1970.

Posteriormente, con la necesidad de técnicos para el entonces Instituto Cubano de la Radio (ICR) y que no existía la División Político Administrativa hasta 1976, empecé a formar parte, a finales de 1970 y principios de 1971, del Cuerpo Técnico de la CMHW, emisora matriz de todas las que había en la antigua provincia de Las Villas.

Ahí estuve hasta 1976, cuando entonces paso al Cuerpo Técnico de Radio Ciudad del Mar, a ser el subdirector técnico. En un período de seis años creo que hice muchas cosas y posteriormente también.

Junto a la técnica pude desarrollar las habilidades en calidad de realizador de sonidos. Esto me ayudó al conocimiento técnico, pues sabía explotar los equipos y entrenar a otros compañeros en esta importante función.

Llegué a saber de roturas y reparaciones, pero también del trabajo artístico en apoyo a programas y géneros que elaboraban los periodistas. Yo era responsable de que ningún programa se quedara fuera del aire por roturas de equipos en la planta.

Sobre aquellos primeros operadores de audio, hoy realizadores de sonido, recuerdas algunos nombres…

Son nombres recordados y otros muy conocidos, actualmente: Mederos, Roberto Ulloa, Lázaro Aguiar, Carlos Ruiz, Arsenio Morejón, Francisco Reyes, Vicente Vargas, Jorge Luis Piñeiro, Vicente Arjona, José Antonio Blanco y muchos más. A varios de éstos les di clases, les enseñé lo que sabía sobre algo que es muy bonito, la realización sonora».

Existen anécdotas y creo que una de ellas: aquella vez que se transmitió desde aquí, aquel evento deportivo: las Regatas de Varadero.

Esto no se conoce mucho y en aquellos años se hacía bastante, usar la imaginación para hacer atractivo determinado programa; lograr la magia de la radio. Cienfuegos siempre fue potencia en el deporte de los remos y hasta la década de los 90. Aquella vez, aunque de manera rudimentaria, se transmitía la Regata.

Se produce tal evento deportivo, pero en Varadero, la Copa Bohemia, y el compañero que fungía entonces como narrador, sin ser ese su oficio o estar capacitado para ello, se le ocurrió crear el ambiente de que iba para Varadero y que desde allí, por Radio Ciudad del Mar, en directo, transmitiría.

La noticia la dimos por la propia emisora, él se montó en un ómnibus de la Flecha de Oro y en la otra esquina se bajó. Fue entonces que desde su casa y viendo la televisión, con una consola criolla que confeccionamos se empezó a transmitir la Regata, como si estuviéramos en su propio escenario.

Para los oyentes aquello era en vivo y directo, como realmente después se pudo hacer. Todo nos quedó perfecto.

¿De aquellas innovaciones que hiciste, recuerdas alguna en particular?

Creo que hubo muchas para dar realce a nuestra programación. Recuerdo que al principio de los años 70 tuvimos por delante una transmisión de Regatas sin tener mezcladores de audio. «Ubicábamos tres puntos en tierra y otro móvil en una lancha en la bahía. Se resolvía el problema con grabadoras. Aprovechaba la señal de la grabadora y la desconectaba de todo lo relacionado con la grabación y por la salida le colocaba la línea telefónica. Así era que llegaban las señales a la cabina de radio de la emisora.

Entonces con un radio walkie-talkie, de los que existían en esos años, iba en la lancha y el narrador describía en directo lo que hacían los competidores y también teníamos otro walkie-talkie receptor en tierra y se mezclaba todo eso.

Así salía este evento deportivo, aunque siempre hubiera imponderables, percances jocosos, pero iba adelante la transmisión. Logramos tanta calidad que Radio Rebelde no producía aquí la transmisión, sino que llegó a tomar nuestra señal sobre el desarrollo de las Regatas de Remos, en Cienfuegos.

Algo que marcó mi vida en calidad de técnico es el delay que usamos en el Triángulo de la Confianza. Eso fue a partir de 1993 que nos dimos a la tarea de crear este retardo y para que los oyentes participaran en el debate de determinado tema, pero dejando afuera a los malintencionados que quieran tergiversar el asunto o proferir palabras obscenas.

Esta es una protección de muchas emisoras en el mundo, no sólo aquí, en Cuba. Esta innovación fue reconocida en la provincia y por el nivel central de dirección de la radio».

Pedro Martínez Vidal llegó a tener conciencia de lo que sería la radio hoy, en Cienfuegos…

Realmente, esto ha sido un sueño. Jamás pensé que pudiéramos llegar a lo que es ahora Radio Ciudad del Mar y lo que de seguro será en el futuro con las nuevas tecnologías. Hay talento artístico y talento también entre los realizadores de sonido de hoy.

Mirar el pasado y ver el presente constituye un gran salto, más allá de lo que yo pude imaginar. Todavía existen obstáculos y no dejarán de existir.

Contra ellos luchamos y estamos con nuestra programación entre los primeros lugares de audiencia en el territorio central y un poco más allá. Esto último está avalado por las investigaciones que se llevan a cabo, para lograr complacer a la población en sus expectativas acerca de los programas que radiamos.

¿Qué consejos de Pedro Martínez Vidal a los técnicos de hoy y trabajadores en general de Radio Ciudad del Mar?

Mucha consagración en el trabajo. La emisora está las 24 horas en el aire y como se ha demostrado, ante situaciones climatológicas como es el paso de huracanes, hemos estado ahí presentes, dando la información y orientación precisas. Eso exige mucho esfuerzo, sentido de pertenencia, creatividad artística y por la parte periodística seguimiento de la información.

Exhorto a nuestros periodistas a mantenerse como hasta ahora al pie de la noticia y a los hombres y mujeres de la programación garantizando la salida oportuna al aire de cada espacio, siempre con toda la calidad que se exige.

Puedo acuñar que Pedro Martínez Vidal, hoy veterano hombre de la radiodifusión en Cienfuegos, fue hasta no hace mucho el joven desgarbado, de pocas pero incisivas palabras, capaz de resolver difíciles problemas técnicos con la sencillez más natural del mundo.

Pedrito era dueño de la magia de la radio. Cuando no había solución porque no se conseguía el audio de la pelota desde Pinar del Río, le refulgía la mirada y sin decir el «secreto» indicaba qué botón pulsar para que la ansiada señal llegara a destino.

Con su sonrisa enigmática me cautivó y se ganó -ayer y hoy- el cariño de los trabajadores de Radio Ciudad del Mar y les aseguro que con mucha dignidad ha merecido este galardón que se adquiere con el paso del tiempo, el quehacer y la indispensable aprobación del colectivo.

 

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