En Cuba: La mascarada del aguacate
La inconsistencia y sinrazón de la más reciente mascarada de la contrarrevolución en Cuba acaba de demostrar, una vez más, el verdadero sentido de un show diseñado desde el exterior, que encaminado a provocar una determinada condena a la isla resultó evidencia de descrédito para sus organizadores, financistas y participantes.
Es imposible, según fuentes autorizadas, que un diabético pueda vivir ocho días sin ingerir alimentos, como es el caso de una de las cabecillas asalariadas de los yanquis, Martha Beatriz Roque, lo que se ratificó en las fundamentadas opiniones de una médica de la familia del área de residencia de la susodicha, quien afirmó que la vitalidad de esa persona no se correspondía con el pretendido régimen de abstinencia alimentaria al que decía haberse sometido.