En Cuba: La mascarada del aguacate

Pero siempre hay un ojo que te ve, como dice el refranero popular, (y también cámaras de filmar) junto a hombres honestos, quienes permitieron sacar a la luz pública los subterfugios de esos personajillos de la comedia del momento, cuando recibían alimentos a través de una ventana.

Si alguien salió resaltado en la nueva buhonería fue el siempre bienvenido aguacate, fruta u hortaliza de comprobados poderes nutritivos. Si no lo creen así, pregúntenle a los supuestos huelguistas de hambre, o remítanse a los estudios realizados por científicos rusos, quienes determinaron hace ya años, que con aguacate y agua se puede vivir.

Claro está, si se acompaña con pollos u otras carnes el recurrente aguacate, pues que vengan montajes de apócrifas huelgas de hambre, que los yanquis pagan, y hacen andar a los gusanos a marchas forzadas, o a galope, para decirlo en cubano campesino, por la ruta del dinero, como muy acertadamente siempre sentencia sobre el tema un destacado periodista de nuestra patria.

Sin lugar a dudas que lo más bonito de la nueva bufonada resultó el abandono que hizo de su huelga de hambre la imaginaria “victima” por la que se montó la puesta en escena, Jorge Vázquez Chaviano, un delincuente común que gracias a la benignidad de las leyes en Cuba cumplía sanción sin  internamiento, estatus que violó en sus preceptos, por lo que fue recluido en un centro  correccional donde se trabaja y se puede estudiar.

Y en todo el montaje no podían perderse alguna participación los personeros de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en Cuba, para observar cómo marchaba la  campanuda función por la cual pagaron, en tanto asignaron un determinado papel a blogueros a sueldo, entre ellos Yoani Sánchez, para que también jugaran su parte.

Los más de 50 años de enfrentamiento a un poderoso enemigo, como lo es el imperialismo yanqui, ha enseñado a los cubanos a leer entrelíneas y a observar el movimiento de la prensa reaccionaria, que además de propagandizar la exhibición, facilitó cámaras y micrófonos a políticos imperiales para infamar a Cuba, entre los que no podían faltar Ileana Ross Lethinen, “La Loba Feroz”, y los hermanitos (diablitos) Díaz-Balart

Por supuesto, a los que les duele que Cuba se mantenga erguida y airosa en su marcha triunfante por los caminos del socialismo y que la mayor parte del mundo reconozca lo torcido del bloqueo, no les queda más remedio que montar nuevos capítulos de la mojiganga contrarrevolucionaria, a fin de justificar los millones que se invierten para la subversión en el mayor archipiélago de las Antillas, y que a fin de cuenta paga el contribuyente estadounidense.

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