La palabra hablada, tan viva como un manantial
En el lenguaje escrito, quien lo emite denota la pulcritud y estilo por su formación académica. En el caso del lenguaje hablado ocurre lo mismo, máxime si quien pronuncia el discurso lo hace como profesional de los llamados medios de comunicación – entiéndanse Radio y Televisión – donde siempre deben imponerse los conceptos éticos y estéticos socialmente aceptados.
Hecho llamativo es que muchas veces en el caso de la palabra hablada, si bien revela esa “excelencia” expresiva, no siempre consigue la debida empatía de quienes la escuchan.