Bárbara Betancourt Abreu: Periodista de excelencia de Radio y Televisión
Llegó a la locución desde el periodismo y Radio Habana Cuba fue la escuela fundamental para ambas profesiones, desde que comenzó en la emisora internacional cubana en 1982.
Cuando se enfrentó a un micrófono por vez primera, no decía bacco, ni casne, por barco y carne. No trocaba las R por las L, ni se comía las S, pero el aire no le alcanzaba para leer de corrido sin detenerse hasta la próxima coma, y rompía lo que luego supo que se llamaban grupos fónicos. Pero tuvo la suerte que en Radio Habana Cuba había un maestro de la palabra bien dicha, Ángel Hernández Iñigo-Barceló, uno de los mejores locutores del país, que apreció las condiciones y cultura de Barbarita. Después tuvo otro Ángel, pero de apellido Ferrera, que también trabajó sobre los defectos que aún tenía.