La Isla parece sumida en el paso de siempre, la gente que va o vuelve del trabajo, los parques tomados por una niñez ávida de vacaciones, las paradas, las tiendas, la bodega, el sol de agosto…la vida. Pero esa aparente normalidad es solo eso, apariencia. Basta alzar la mirada, reparar en las banderas a media asta, y sentir otra vez esas emociones que desbordan el pecho desde las noticias al amanecer del sábado 6 de agosto –admiración y tristeza, desasosiego y orgullo– para entender que el duelo es individual y colectivo, que en su carácter oficial pertenece hondamente al pueblo. #Cuba 🖤 Este viernes 19 de agosto se realizan las honras fúnebres de los caídos en el cumplimiento del deber, tras el accidente ocurrido en la base de supertanqueros en Matanzas. #CubaHonra 📝📸 @AJesusMatos @YuzaimaCardona @YaquedeCuba @uleysuarez @radiorebeldecu pic.twitter.com/KkjEk1skfJ — Radio Cubana (@radio_cubana) August 19, 2022 Aún no se habla de otro tema que del saldo más duro que dejó el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas: la pérdida de 16 personas. Y todas duelen. Nos duelen Fabián, Michel, Pablo Ángel, Raciel Alonso, Osmani, Leo Alejandro, Rolando, Luis Ángel, Diosdel, Andy Mitchel, Luis Raúl, Areskys, Adriano, Osley, Elier, Juan Carlos. Nos duelen en su juventud y en su experiencia. Nos duelen en el coraje de sus horas de frente a las llamas. Nos duelen en el dolor de sus familias. Hay algo muy sublime e impagable cuando, tras un nombre y sus apellidos, se añade «caído en el cumplimiento del deber»; porque ese deber marca la suerte de los otros, la nuestra; es el precio de la sobrevida, del salto frente a la adversidad. Los restos de 14 de esos caídos no pudieron ser identificados, sus seres queridos no tendrán tal consuelo, y no hay quien no sienta …