Matanzas: donde hubo fuego, comunicación queda

Realmente, no sorprendió a nadie que la intervención de más calado teórico en el Coloquio Comunicación en tiempos de crisis, celebrado en Matanzas para discutir experiencias de la cobertura al incendio de la base de supertanqueros, fuera la de la vicepresidenta primera de la Upec nacional, Rosa Miriam Elizalde, quien estudió desde La Habana el intenso fuego de las redes y concluye que es cierto: «hay que hacer inversiones en los medios, pero esta guerra la ganamos». «La cobertura ha levantado la autoestima del gremio en torno a sus valores profesionales. Comenzamos a comprender que no se trata de un medio sobre otro, sino de participar en una nueva arquitectura de comunicación. No hay política sin comunicación», dijo Rosa Miriam, quien —parodiando una conocida canción de Silvio Rodríguez— confesó que a raíz del accidente le estremecieron un montón de…periodistas. Ciertamente, gestos de solidaridad citados por ella, como el de Yirmara Torres, la presidenta de la Upec en Matanzas, quien puso en función de otros no solo su pluma y su carro, sino hasta su propia casa, confirman esa conmoción. Esos desprendimientos humanos locales, hasta hogareños —¡Abdiel Bermúdez, que como todos los refuerzos llegó ligero de equipaje, salió en cámara con camisas prestadas por otros!— explican mejor que nada cómo fue que vencimos las etiquetas (y a los etiquetadores) del odio. Lo explicó Rosa Miriam: nuestra temprana activación periodística desplazó en seguida un par de etiquetas —de cuyo nombre no quiero acordarme— tóxicas, para im/poner a los ojos del mundo la auténtica #FuerzaMatanzas, que les ganó la pelea en redes, a razón de 10 carreras del «equipo Cuba» contra una del contrario. @odacuba Gracias colegas han dado el extra que honra a los bomberos cubanos. Colectivo de la revista especial de la madrugada de @radio26cu. #FuerzaMatanzas #CubaViveYTrabaja @SuselyMorfaG @mariofsabines @alfonso_noya @oneliocc …

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Cuba honra, abraza

La Isla parece sumida en el paso de siempre, la gente que va o vuelve del trabajo, los parques tomados por una niñez ávida de vacaciones, las paradas, las tiendas, la bodega, el sol de agosto…la vida. Pero esa aparente normalidad es solo eso, apariencia. Basta alzar la mirada, reparar en las banderas a media asta, y sentir otra vez esas emociones que desbordan el pecho desde las noticias al amanecer del sábado 6 de agosto –admiración y tristeza, desasosiego y orgullo– para entender que el duelo es individual y colectivo, que en su carácter oficial pertenece hondamente al pueblo. #Cuba 🖤 Este viernes 19 de agosto se realizan las honras fúnebres de los caídos en el cumplimiento del deber, tras el accidente ocurrido en la base de supertanqueros en Matanzas. #CubaHonra 📝📸 @AJesusMatos @YuzaimaCardona @YaquedeCuba @uleysuarez @radiorebeldecu pic.twitter.com/KkjEk1skfJ — Radio Cubana (@radio_cubana) August 19, 2022 Aún no se habla de otro tema que del saldo más duro que dejó el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas: la pérdida de 16 personas. Y todas duelen. Nos duelen Fabián, Michel, Pablo Ángel, Raciel Alonso, Osmani, Leo Alejandro, Rolando, Luis Ángel, Diosdel, Andy Mitchel, Luis Raúl, Areskys, Adriano, Osley, Elier, Juan Carlos. Nos duelen en su juventud y en su experiencia. Nos duelen en el coraje de sus horas de frente a las llamas. Nos duelen en el dolor de sus familias. Hay algo muy sublime e impagable cuando, tras un nombre y sus apellidos, se añade «caído en el cumplimiento del deber»; porque ese deber marca la suerte de los otros, la nuestra; es el precio de la sobrevida, del salto frente a la adversidad. Los restos de 14 de esos caídos no pudieron ser identificados, sus seres queridos no tendrán tal consuelo, y no hay quien no sienta …

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