La radio, el cosmos y la amistad cubano-soviética

A las 4:12 de la madrugada hora local (3:11 pm en Cuba, 10:11 pm en Moscú) del jueves 18 de septiembre de 1980, despegó de la plataforma número 1 el poderoso cohete de tres etapas Soyuz (“Unión”) para poner en órbita la nave Soyuz 38 a acoplarse al complejo orbital Saliut-6 (“Saludo-6”, desde septiembre de 1977 en disposición de los países socialistas para el uso del espacio con fines pacíficos), con el cubano Arnaldo Tamayo Méndez; despegue trasmitido en Cuba por Radio Moscú desde el cosmódromo de Baikonur en la entonces República Socialista Soviética de Kazajistán en Asia Central, hace ya 44 años.

Radio Moscú heredaba toda una vasta tradición radial rusa: en los orígenes de la radio se destaca el ruso Alexander Stepanovich Popov, después del inglés Oliver Lodge y su primer detector (cohesor) para comunicarse en ondas de radio (1894) a partir de las ondas de radio que auguraba el físico alemán Heinrich Hertz (1888), pero antes que el estadounidense de origen serbio nacido en Croacia Nikolai Tesla, cuyo trabajo conocía Popov; y que el italiano (Bolonia) Guglielmo Marconi, quien recibiera el Premio Nobel (1909) por el desarrollo de la radio, no por su invención, como muchos han simplificado peligrosamente.

El 7 de mayo de 1895 Popov demostró un receptor de radio ante la Sociedad Física y Química Rusa en San Petersburgo, por lo que aun cada 7 de mayo y desde su cincuentenario (1945, justo finalizando la Segunda Guerra Mundial y la Gran Guerra Patria del pueblo soviético), se celebra el Día de la Radio en Rusia, cuya primera estación de radio se instaló bajo la dirección de Popov en Sebastopol durante las maniobras del 7 de septiembre de 1899 en el Mar Negro, trabajando con la Armada Rusa que exigía secreto, por lo que no se divulgaba el nombre de Popov como los de sus competidores. Desde 1898 la firma “Eugène Ducretet” aportaba para buques en París, Francia, la producción industrial de las estaciones de radio de Popov, quien ya había tributado el primer taller de radio en Kronstadt, primera empresa de ingeniería radiofónica de Rusia.

La señal de intervalo de Radio Moscú (también conocida como Radio Moscú Internacional), era la canción rusa Vasta es mi Patria, o Ancha es la Madre Patria, originalmente escrita para la famosa película Circus (1936, protagonizada por Liubov Orlova), clasificada entre las canciones patrióticas soviéticas de más arraigo popular y tradición, que con frecuencia de onda corta y el slogan “Aquí Radio Moscú”, el gobierno de la entonces Unión Soviética bajo Joseph Stalin lanzó al aire el 29 de octubre de 1929 y se estuvo trasmitiendo durante 64 años hasta el 22 de diciembre de 1993, cuando aquella Unión Soviética se desintegraba y el entonces presidente de Rusia Boris Yeltsin reorganizó Radio Moscú mediante decreto y la renombró La Voz de Rusia, ahora en la Compañía Estatal de Televisión y Radioemisora de toda Rusia (Vgtrk).

La Voz de Rusia reconoce Radio Moscú como sus inicios, cuando afiliada al Comité Estatal de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas de Televisión y Radiodifusión destinada al servicio público exterior, su primera emisión en lengua extranjera fue en alemán, luego en francés e inglés, y el 1 de agosto de 1932 el ex presidente de la Federación de Ferroviarios de Argentina y locutor de la emisora, comenzó sus trasmisiones en español, el único que lo mantuvo hasta 1937 cuando la ucraniana Ekaterina (Katia) Olévskaya incorporó el español para programas culturales, y al perderse la Segunda República Española (1931-1939) varios exiliados españoles se sumaron como locutores, redactores y periodistas, entre ellos el periodista madrileño Eusebio Gutiérrez Cimorra (seudónimo: Jorge Olívar, 1908-2007) y el literato alicantino José Santacreu Mansanet (1909-1970).

Los boletines de Radio Moscú durante los años 30 explicitaban su preocupación por el ascenso al poder de Adolf Hitler y el nazismo en Alemania, y a fines de esa década, su servicio de onda media en italiano fue combatido con interferencias por orden de Benito Mussolini. Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se emitía en 18 idiomas, y antes que culminara el conflicto, ya se trasmitía en 26 lenguas, sin duda un arma de combate más, y con no menos efectividad y relevancia; luego se incorporó a emitir en mongol (1946), vietnamita (1951), pastún (1957, para estas culturas del centro y del sur de Asia como Afganistán y Pakistán) y persa dari (1967), también en Afganistán donde es la lengua más hablada, que comprende el 78 % de la población y se impuso para distanciarlos del mundo perso-hablante: Irán y Tayikistán.

Iniciando los años 50 Radio Moscú llegó a los Estados Unidos, con equipos trasmisores en la región de Moscú, y luego alcanzó el oeste estadounidense con nuevas estaciones repetidoras construidas en Vladivostok y en Magadán.

Al triunfar la Revolución Cubana en enero de 1959 y en su pronta aproximación, Radio Moscú fundó un departamento de radiodifusión exclusivamente para preparar programas diarios especiales para Cuba, y se abrió en La Habana su primera corresponsalía en América Latina; ya para entonces desde fines de los años 50, transmitía para África en inglés y en francés, y ya en 1961 en tres idiomas africanos: amárico (norte y centro de Etiopía, donde es una de las cinco lenguas nacionales), suajili (90 millones de hablantes en la costa oriental africana: islas de Kenia, Tanzania y norte de Mozambique), y hausa, lengua nativa de 50 millones de personas y segunda lengua nativa de otros 45 millones en gran parte de África Occidental como lengua franca por razones comerciales, desde el sur de Níger y norte de Nigeria; luego tendrían otras ocho lenguas africanas. Entre 1964 y 1984 emitieron también en quechua, apoyando al poder absoluto calificado como dictadura del entonces presidente de Perú Juan Francisco Velasco Alvarado (1968-1975) y entre 1974 y 1989, trasmitió “Escucha Chile” por onda corta, durante la dictadura de Augusto Pinochet, clara propaganda para la Guerra Fría y la lucha ideológica.

En 1979 una estampilla soviética conmemoraba los 50 años de Radio Moscú con su lema “Aquí Radio Moscú” en español y en otros de sus idiomas. Todos sus programas, salvo algunas excepciones, debían ser autorizados por un directorio de programación. Rara vez fue interferida en Occidente, aunque las emisoras occidentales sí eran activamente interferidas en la Unión Soviética. Radio Moscú llegó a contar con más de 30 estaciones de alta potencia en la Unión Soviética, Europa del Este y Cuba.

Mientras tanto, el baracoense (“Villa Primada” en Guantánamo) Arnaldo Tamayo Méndez, nacido muy humilde el 29 de enero de 1942, egresado de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), durante su servicio en la Fuerza Aérea Cubana alcanzó el grado de piloto de primera clase y luego, piloto instructor; desde 1975 era Jefe de Estado Mayor de la Brigada de Aviación de Santa Clara y desde 1976, Teniente Coronel. Había más de 600 candidatos cubanos con los requisitos para la hazaña que se gestaba en el programa espacial “Intercosmos” de la Unión Soviética: experiencia como piloto, sin accidentes aéreos por errores propios, dominar el idioma ruso y entrenamiento militar.

Tras sucesivas selecciones, la comisión soviético-cubana escogió un miembro principal y otro de reserva, que sería el habanero capitán José Armando López Falcón, nacido el 8 de febrero de 1950, Teniente Coronel astronauta también de la Fuerza Aérea de Cuba. Ambos fueron trasladados a unos 40 kilómetros de Moscú al Centro de Preparación y Entrenamiento Yuri Gagarin de la Ciudad de las Estrellas.

Marta Denis Valle (corresponsal de Prensa Latina en Moscú, 1978-1981) publicaría 30 años después aquellas memorias, como el encuentro de la prensa de países socialistas en el Centro de Cultura de la Ciudad Estelar con la tripulación del vuelo búlgaro-soviético que había tenido que regresar a la Tierra antes de tiempo por un fallo técnico. Ya era un secreto a voces que un cubano viajaría al cosmos, pero todavía no se sabía quién (ambos con óptimas calificaciones) ni la fecha exacta. El día del lanzamiento, lo observaron en circuito cerrado los periodistas acreditados en el Centro de Dirección de Vuelos próximo a Moscú, a donde había viajado un numeroso grupo de la prensa cubana para cubrir el acontecimiento; solo unos pocos estaban en Baikonur: Eddy Martín (televisión), Gilberto Caballero (redacción científica de Prensa Latina), Juan Marrero (diario Granma), Jacinto Granda (Juventud Rebelde), Víctor Pérez Galdós (Agencia de Información Nacional) y Rosendo Gutiérrez (Verde Olivo), con varios fotógrafos y camarógrafos.

Solo desde las 24 horas (Moscú) cuando ya la Soyuz 38 se situó cómodamente en una órbita circunterrestre intermedia (Denis lo compara en los aviones, cuando se apaga la luz de alarma y la azafata permite a los pasajeros desabrocharse los cinturones) fue que se difundieron por el mundo las imágenes del lanzamiento y los rostros y biografías de ambos tripulantes, mientras la televisión local trasmitía una programación especial en coproducción con Cuba, difundida por el sistema “Intervisión”, mucho más extensa que los seis vuelos previos del programa “Intercosmos”. Era el atardecer en Cuba, y las cámaras devolvían a Moscú imágenes del júbilo y orgullo que tal hazaña producía en el pueblo cubano.

Tamayo era el electo en la tripulación principal de la nave espacial soviética Soyuz 38, de cuya carga el 90 % eran materiales científicos. Era la duodécima misión hacia la estación espacial Salyut 36 y la séptima del programa “Intercosmos”. El 20 de septiembre contó ver a Cuba por primera vez desde el cosmos, sin nubosidad, con un cielo limpio; en ruso y por primera vez desde el cosmos, en español, narró su adaptación a las nuevas condiciones en tan pocos días.

Viajaba con el piloto de aviación y astronauta ruso Yuri Viktorovich Romanenko, nacido el 1 de agosto de 1944, Héroe de la Unión Soviética 1978 (cuando fue ascendido a Coronel tras volar en la Soyuz 36 el 10 de diciembre de 1977 con otros dos cosmonautas) y en septiembre de 1980 mientras se le reconocía también Héroe de la República de Cuba, al regresar con Tamayo.

El atraque fue filmado en la oscuridad por Valeri Ryumin, desde la estación orbital. La misión duró siete días, 20 horas, 43 minutos y 24 segundos, y completaron 128 órbitas circunterrestres. A más de 345 kilómetros del planeta Tierra en la Saliut 6 la noche duraba unos 37 minutos y el día, de 45 a 47 minutos; la televisión logró enfocar al sonriente Tamayo y a Romanenko recibidos por la tripulación de la Saliut con pan y sal, según tradición eslava.

Tamayo realizó 21 experimentos dirigidos por la Academia de Ciencias de Cuba en diversas áreas: medicina, biología, física, sicología y geología, y otros seis experimentos los soviéticos, hasta aterrizar el viernes 26 de septiembre de 1980 a las 15 horas con 54 minutos y 27 segundos a 175 kilómetros al sudeste de Dzhezkazgan, en las estepas de Kazajistán. Era el primer cosmonauta americano no estadounidense, primero hispanohablante nativo y primero con ancestros africanos.

Casado con tres hijos, desde ese año 1980 Tamayo es Diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, preside el Grupo Parlamentario de Amistad Cuba-Rusia y la Asociación de Amistad Cuba-Rusia, es General de Brigada y jefe del Departamento de Relaciones Exteriores del Ministerio de las FAR (Ministerio de Defensa) de Cuba, y en ese año 1980 fue proclamado Héroe de la República de Cuba y Héroe de la Unión Soviética, y recibió la Orden Playa Girón y la Orden Lenin; el 26 de octubre de 1987, mediante el satélite geoestacionario Statsionar-4 (Gorizont-7) Tamayo y Romanenko establecerían el primer radio-puente entre Cuba y el espacio exterior con científicos y periodistas cubanos mediante el enlace radial al complejo orbital Mir, donde Romanenko cumplía su tercera misión espacial e imponía una nueva marca de permanencia. En 2011, Tamayo recibió la Orden de la Amistad y en 2014 la Medalla por Méritos en la Exploración del Espacio.

Mientras tanto, en 1988 Radio Moscú emitía en 88 idiomas, pero en 1990 se perdió aquel entonces llamado campo socialista, y en 1992 se había reducido a 46 idiomas. Hoy su continuidad, La Voz de Rusia, transmite en 38 idiomas en onda corta y onda media con “La gran puerta de Kiev” como señal de intervalo, movimiento número 10 de la suite para piano Cuadros de una exposición (1874) de Modest Musorgski (1839-1881), del grupo de “Los Cinco” en la cima de la música del mejor romanticismo nacionalista ruso.

Autor

  • (La Habana, 1957) Licenciado en Historia del Arte (1982) y Licenciado en Historia General (1986), Técnico Medio Superior en Arqueología (1984) y Técnico Medio Superior en Museología (1985), Doctor en Ciencias sobre Arte (2001) y Máster en Antropología con Mención en Antropología Sociocultural(2001), Diplomado en Historia General Contemporánea (2006), Profesor Titular de la Universidad de La Habana (2002) e Investigador Titular (Ministerio de Cultura y Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, 2004).

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