En Tucson, un loco, envenenado por la retórica neoconservadora de los fascistas de Tea Party, le metió un tiro en la cabeza a una congresista y luego disparó contra la multitud, convirtiendo un acto público en una masacre. Rápidamente la señora Sara Pailín, la errática aspirante a la vicepresidencia de los EEUU, extremista y furibunda, se apresuró a decir que nada tiene que ver el mapa de su página Web con blancos de fusil marcados en los estados a derribar ni el llamado de guerra característico de sus discursos, con lo ocurrido en la ciudad de Arizona.
Pero mucha gente ha estado relacionando una cosa con la otra: por ejemplo, una publicación norteamericana apunta sobre el tema lo siguiente: “Lo qué distingue al Te Party como un movimiento es una lectura hiper-literal, la lectura ahistórica de la Constitución (lo que Paul Harvey ha mencionado en estas páginas como fundamentalismo constitucional) que defiende la libertad individual contra el gobierno tiránico. La diferencia es que la tiranía se identifica con la reforma social progresista (por ejemplo la Reforma de Salud aprobada por Obama) El enfoque en la libertad y la tiranía es tan fundamentalista que a menudo reemplaza las preocupaciones religiosas, como en la admiración por la conservadora Ayn Rand profundamente anti-cristiana. Hay precedentes de esto en la historia de Estados Unidos.”
Y la gente sabe sacar cuentas. Posada Carriles es “socio fuerte”, como decimos en Cuba, de muchos de esos senadores republicanos que hoy conforman el Tea Party o que llegaron al poder, gracias al impulso de los extremistas de derecha. La conclusión seguramente salió de las oficinas para el manejo de las crisis de la CIA, contratista fundamental del señor Posada. Los asesores encargados del control de daños, comprendieron que era muy fácil asociar a un sujeto bien conocido por sus voladuras de aviones y hoteles, por sus crímenes contra civiles en muchos países del mundo, y por su relación con uno de los más sonados escándalos de la historia de EE.UU., el Iran-contras.
Un observador atento, no avezado, simplemente atento, hubiera tirado de la cuerda –el video de la despedida a Posada en Miami y los políticos allí reunidos– esas imágenes eran más bosta sobre las figuras que ya tienen bastante con que los estén acusando de ser los padrinos del crimen de Tucson. La comunidad extremista de Miami, y sus protectores republicanos, han trabajado juntos desde hace muchos años, y están muy relacionados en muchos de los atentados, crímenes y explosiones que se han dado en la Unión. Si usted cree que exagero pregúntese ¿Quiénes mataron a Kennedy?
El periódico digital Dayly New, de Brooklyn, llama a Posada Carriles por su verdadero nombre –Terrorista–, calificándolo como: “Un peligroso criminal, con una larga y mortal hoja, se le nombra en los informes de inteligencia de EE.UU. como el cerebro detrás del atentado de 1976 de Cubana de Aviación el vuelo 455, en el que murieron los 73 pasajeros, incluido el equipo nacional de esgrima de Cuba. Posada Carriles también está vinculado a una serie de atentados contra hoteles en Cuba, lo que resultó en la muerte del turista italiano Fabio diCelmo, algo de lo que más tarde se jactara en una entrevista con el New York Times en 1998.”
La Relación Republicanos-Posada es una fuerte razón para cerrar el sitio de Cubadebate en Youtube y perseguir todo lo que vierta más sospecha sobre los fundamentalistas del Tea Party. De paso complacen los odios viscerales de los recalcitrantes de Miami. Y harán todo lo que pueden por cercar la Internet de Cuba, especialmente ahora que el cable del ALBA se aproxima a las costas de la Isla.