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Vivimos momentos que demandan acción, innovación y constante renovación, la frase del Comandante en Jefe Fidel Castro resuena con fuerza: «Si hay cansancio, jubílese; pero no se convierta en freno, no se convierta en obstáculo, no se convierta en estorbo». Estas palabras, cargadas de significado y urgencia, nos plantean un desafío fundamental: mantener viva la llama de la Revolución, adaptándonos a los desafíos del presente y del futuro.
La crítica a la inacción, a la falta de empatía y al conformismo se vuelve esencial en un contexto donde la transformación es imperativa. No basta con recordar gestas pasadas, es necesario enfrentar el presente con valentía y visión de futuro. Ser revolucionario hoy exige un compromiso activo, una disposición constante para encontrar soluciones creativas a los problemas que aquejan a nuestra sociedad.
La renovación revolucionaria no es un asunto del pasado, sino un desafío vigente que requiere adaptación, flexibilidad y creatividad. Ser revolucionario significa no conformarse con logros anteriores, sino buscar nuevas formas de impactar de manera positiva en la realidad que nos rodea. Ser revolucionario implica una constante evolución, una capacidad para enfrentar los retos contemporáneos con determinación y audacia.
En este sentido, la creatividad se vuelve una herramienta indispensable en la búsqueda de soluciones efectivas y sostenibles. La capacidad de pensar de manera innovadora, de proponer ideas disruptivas y de abrir nuevos caminos se vuelve crucial para los cuadros en un entorno en constante cambio. La creatividad nos permite desafiar lo establecido, trascender las limitaciones y encontrar respuestas frescas a problemas complejos.
Nuestro compromiso de servicio al pueblo debe ser el núcleo de toda acción revolucionaria. Es en la dedicación diaria, en el esfuerzo constante por mejorar las condiciones de vida de nuestros conciudadanos, donde se consolida la verdadera esencia de un movimiento revolucionario. Más allá de las palabras grandilocuentes, es la acción comprometida y persistente la que transforma las vidas de quienes más lo necesitan.
Es crucial no convertirse en un obstáculo, sino ser un impulsor del cambio positivo. Ser revolucionario implica ser proactivo, creativo y estar comprometido en la búsqueda incansable de soluciones para el beneficio colectivo. En cada elección, en cada acción, en cada gesto, radica la oportunidad de ser parte de la solución, de construir un tejido social más equitativo y humano.
No podemos ser un freno, un obstáculo, un estorbo, tenemos que de mantenernos activos, creativos y comprometidos en la construcción de un país mejor. Es un desafío constante, una tarea que no conoce de descanso ni de conformismo. Solo a través de un compromiso permanente con la vitalidad y la innovación podremos alcanzar las metas que nos proponemos y hacer de nuestro entorno un lugar más justo, inclusivo y próspero para todos.
¡Revolucionarios, es hora de actuar! Inspirémonos en las palabras que nos recuerdan que la verdadera grandeza reside en aquellos que persisten en su lucha a lo largo de toda una vida. Demostremos que estamos dispuestos a ser los imprescindibles, aquellos que no se rinden ante la adversidad y que trabajan incansablemente por un mejor país. Cada día cuenta en nuestra misión de transformar la realidad que nos rodea.
¡Levantémonos juntos, con determinación y compromiso, para ser los protagonistas!
¡La revolución nos convoca, seamos los imprescindibles que hacen la diferencia en cada paso que damos hacia un futuro mejor para todos!
Por Henry Omar Pérez Yera / Tomado de Las Razones de Cuba
