Son dos artistas, dos hermanas, dos miembros de una familia de creadores. Voz y cuerda, teatro y letras. Cuando el apellido es Jardines, cuando vienen de la rama del incansable investigador y narrador oral Lorenzo Jardines, la marca brilla de lejos.
Se formaron en la enseñanza artística cubana y viven en Francia, pero en verdad nunca se han ido. Uno es de donde es. La música cubana les sostiene, les alumbra y llegan cada vez a casa a presentar sus obras.
Jacqueline Jardines López, es una intérprete virtuosa de un instrumento musical de cuerda frotada. Quienes lo practican dicen que es el más sensual de todos, y cuando le pregunto, Jacqueline mueve la cabeza afirmativamente, se derrama frente al micrófono:
“El contacto del piano es con el pie y la punta de los dedos; el violín, el cuello y los dedos; la flauta, la boca y los dedos… pero con el chelo, todo tu cuerpo está en contacto con el instrumento, con la madera y la vibración. Haces una cuerda al aire y ya te sientes llena de emoción, de alegría, y además su registro es el que más se parece a la voz humana”.
En estos momentos, se encuentra en el proceso de grabar un disco en los estudios Siboney de la Egrem, donde llevará ritmos folclóricos y tradicionales cubanos al violonchelo. La Tumba Francesa, la conga de Los Hoyos, el toque a los orishas, incluidos.
La Editorial Oriente tiene en proceso de edición un libro de su autoría que respaldará su método para violonchelo. El relato lo protagoniza Fala, una niña que ha decidido salir de la Sierra Maestra al mundo. La voz, la energía y la sonrisa de Jacqueline, no te lo puedes perder.
DIÁLOGO CON LA CHELISTA JACQUELINE JARDINES LÓPEZ
Una mujer canta, acaricia las palabras, se desliza sobre ellas. Es dueña de la atmósfera. Agua sensual, ola íntima. Así está construido el disco Emociones de Yaida Jardines Ochoa, disponible en las principales plataformas musicales de la Internet y que ella pone como un regalo muy especial en mis manos, en el oído de su gente.
Cada desafío ha sido una aventura. No mires hacia otro lado, escucha. Ella te envuelve, ella te borda, lo mismo en francés que en español, con el universal lenguaje de la música. Pobre de ti si le oyes cantar… “Cachito, cachito, cachito mío”… Estarás perdido si te pide con Consuelo Velázquez… “Bésame, / bésame mucho / como si fuera esta noche / la última vez”.
Actriz, cantante y pedagoga, Yaida hizo de la Ciudad Luz otro escenario de triunfo. Santiago de Cuba y París se rinden a su sensualidad, a su verdad, a su persistencia. Sin alardes, con toda la autenticidad que le viene de una ciudad musical por excelencia, ella se da.
De esa producción discográfica, de su encuentro con su ciudad, de los “cantos prenatales” que explora como un tesoro de ternura, nos cuenta en este diálogo exclusivo que de ninguna manera nos podíamos guardar.
YAIDA JARDINES OCHOA: EMOCIONES