Juan Gabriel y la Radio Cubana

Su muerte representa el adiós de uno de los compositores más emblemáticos de la segunda mitad del siglo XX y de lo que corre del actual.

Cantante de su propia música, la larga lista de creaciones propias, que suman más de mil,  forma parte del repertorio de innumerables intérpretes de México, América Latina y España, como fue el caso de Rocío Dúrcal, a quien le unió un gran afecto.

En la Radio Cubana, particularmente los espacios de música popular y los dedicados a la música mexicana -que existen desde hace décadas prácticamente en todas las radioemisoras provinciales y municipales- sus interpretaciones han estado sonando desde aquel lejano 1985 cuando irrumpía en la programación variada con temas como “Querida” y “El Noa-Noa”, “Bésame”, “No me vuelvo a enamorar” e “Inocente, pobre amigo”, cuya primera versión nos llegó en la voz de Lupita D’Alessio.

Luego, las radioemisoras cubanas empezaron a insertar en sus programas las grabaciones en su voz acompañado por el Mariachi “Arriba Juárez”, y así se disfrutaron piezas como “No tengo dinero”, y muchas más, que integran una lista difícil de recordar.

Aunque la mayoría de los radioescuchas conocen la obra y la voz de Juan Gabriel, y la solicitan una y otra vez en sus peticiones de favoritos, tal vez pocos sepan lo que lo une a Cuba, particularmente a su cultura radial.

Juan Gabriel es su nombre artístico; resulta de la combinación del nombre Juan Contreras, hojalatero que le enseñó ese oficio en su temprana juventud, y de Gabriel Aguilera, su padre.

Su nombre verdadero fue Alberto Aguilera Valadez, y ahí radica su relación con la cultura cubana. Resulta que su madre, Victoria Valadez Rojas, fue atraída por una novela entonces famosa en Cuba, México y toda América Latina.

Me refiero a “El derecho de nacer”, escrita por el novelista, poeta y compositor cubano Félix B. Caignet. Tal fue su éxito que tras incursionar en la radio fue versionada para la televisión y el cine.

Inspirada en el personaje de Albertico Limonta, doña Victoria puso por nombre -a petición de una comadre- Alberto al niño que le nació en el pueblito michoacano de Parácuaro el  7 de enero de 1950. Este importante dato aparece en buena parte de las biografías escritas acerca del artista.

El nombre oficial del artista lo seleccionó su madre del protagonista de la novela cubana El Derecho de NacerFue muy difícil para Juan Gabriel triunfar, ante su condición humilde, la pérdida temprana de su padre -a los tres meses de nacido- y la necesidad de su madre de huir de la casa con su hija Virginia y con él, por contradicciones con sus cuñados en un recorrido que la llevó finalmente hasta Ciudad Juárez.

A la edad de 4 años, su madre trabajaba como sirvienta y él fue internado en un centro para menores donde permaneció durante ocho años cuya directora y su esposo lo ayudaron en su formación.

En Ciudad Juárez se presentó en el programa «Noches Rancheras» del canal 5 donde fue inicialmente bautizado con el sobrenombre de Adán Luna.

En sus viajes a Ciudad de México sufrió la realidad de un ser humano pobre y sin apoyo en una enorme ciudad. Posteriormente hizo coros para artistas como Angélica María, Roberto Jordán y Estela Núñez, hasta que tiempo después realizó sus primeras grabaciones como solista.

Su primera grabación data de agosto de 1971, que incluye las piezas “No tengo dinero”, “Tres claveles y un rosal” y “Como amigos”. Fue el mismo año cuando Roberto Jordán le grabó su creación “No se ha dado cuenta”, y Estela Núñez la canción titulada “Extraño tus ojos”. En el mismo 1971 viaja a Venezuela y se presenta en la televisión de dicho país.

Premiado  con Discos de Oro, así como en un Festival de la OTI, grabó hasta su muerte cientos de creaciones suyas que significaron la venta de alrededor de 40 millones de discos.

Piezas de su autoría han sido grabadas por la Orquesta de Paul Mauriat, y pocos pueden contener las lágrimas al escuchar, instrumental o cantada, la canción “Amor eterno”, dedicada a su madre.

Juan Gabriel ha muerto, y con él un símbolo de la mejor música mexicana de todos los tiempos. Admirador y seguidor de grandes como José Alfredo Jiménez, su vida artística se inscribe con letras de oro entre aquellos que con tanto fervor defendieron sus valores culturales y artísticos autóctonos.

Amor Eterno, una de las 1800 canciones de Juan Gabriel, en video y  en vivo, desde el Festival de Acapulco 2012

México lo llora; también quienes le admiran en cualquier confín del mundo, incluyendo Cuba, donde un día, hace muchas décadas, un eminente cubano escribió la novela cuyo personaje protagónico inspiró el nombre que recibió al nacer.

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