El espíritu joven de la radio cubana en un libro

Gota a gota, sin estridencias,  a contrapelo de los obstáculos, la radio ha fertilizado la cultura cubana hará pronto un siglo. Tendremos que prepararnos para celebrarlo.

No pretendo soslayar los facilismos con que algunos la hunden, las rutinas con que otros la rebajan;  sino aquilatar su capacidad de emerger, de persistir, de reiventarse frente a los que la minimizan o soslayan; a festejar su permanente condición de compañía; a ovacionar su confianza irrenunciable en la palabra y en la voz.

El profesor, radialista y periodista santiaguero Enrique Pérez Fumero, sabe de estas certezas. Por eso ha escogido una investigación sobre la radio para estrenarse como escritor con  «Ellos hacen la radio joven» (Ediciones Santiago, 2016), consecuencia de la beca de creación El reino de este mundo, de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).

Desde la indagación documental, el testimonio y la reflexión, el autor ha conformado el retrato de los primeros veinticinco años del Taller y Concurso Nacional de la Radio Joven Antonio Lloga In Memoriam que se celebra en Santiago de Cuba.

El  evento nació a finales de los ochenta del entusiasmo de un grupo y ha logrado con el paso del tiempo, estimular a  los creadores jóvenes del arte radial cubano y convertirse en plataforma de  experiencias. Nombres queridos desfilan en estas páginas.

El libro asoma en su primer ensayo la génesis y necesidad del encuentro,  así como la periodización de las ediciones con sus ganadores, luces y sombras. Los testimonios han requerido mucha perseverancia  para localizar y redondear tantas evocaciones.

Una segunda parte nos hace partícipe de la obra de Antonio María Lloga Simón (Amarillas, Matanzas, 3 de noviembre de 1921-Santiago de Cuba, 5 de septiembre de 1977). Hablan sus compañeros y sus hijos, con quienes conformó en 1968 el primer noticiero infantil de la radio nacional.

El autor se detiene en la singularidad del narrador creado por Antonio Lloga. Asimismo, conmueve asistir a la vivencia de un escritor radial que se traslada a sus sitios novelados, lo que habla de rigor y voluntad de estilo.

La coda del volumen aborda la experimentación e imaginación en la radio, el «culto al número de oyentes como criterio del desarrollo cultural», e igualmente la desprofesionalización del medio y la filosofía de la «radio joven».

Convivimos de manera tan natural con los medios masivos de difusión que, en ocasiones, no reparamos en que no solo cuentan y refractan la vida cotidiana; sino que generan su propia historia. La historia es cada vez más «historia mediática».

«Ellos hacen la radio joven», de Enrique Pérez Fumero, se inscribe en la llamada historia  de la cultura. A la radio (a eso que se va, pero se queda),  le debemos más de lo que solemos admitir.

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