La ascensión de una estrella: Odalys Fuentes

Celia Odalys Fuentes Armas nació el 10 de julio de 1938, hace 86 años, en Jarahueca, municipio Yaguajay, en la provincia Sancti Spiritus, entre estériles pozos de petróleo y un abuelo que solía acostarse ebrio; destacaba por su belleza y feminidad. Una mañana preparó una maleta, besó a su madre y tomó el tren para La Habana, sin imaginar siquiera aspiraciones artísticas: solo quería un trabajo bien remunerado y mejores condiciones de vida.

Fue niñera, cocinera, limpiadora de pisos y lavandera en una casa de familia de clase media donde tenía alojamiento, alimentación, un sueldo y uniforme, y solía pasear al niño por el parque de 25 y G (Avenida de los Presidentes), en el céntrico Vedado. Una noche, entretenida con los “culebrones” televisivos de los hermanos Martínez Casado mientras freía plátanos maduros, la sartén se incendió y fue expulsada; con sus ahorros debía empezar de nuevo, y se refugió en una casa de huéspedes. Leyó en el periódico Prensa Libre una convocatoria para muchachas a escoger a la que acompañaría al rey del bolero, el chileno Lucho Gatica, en su primer viaje a Cuba. Llegó casi simultáneamente con Gaspar Pumarejo, el empresario del canal que trasmitiría el programa, quien apenas al verla, la escogió entre las otras 200 aspirantes.

Estaba feliz, pero entristecida por las caras que pusieron las demás. Recordaría siempre su susto de estar sentada frente al famoso Lucho Gatica; la audición en vivo fue un éxito, y le llovieron las ofertas. La cervecería Hatuey la contrató exclusiva, y a otra modelo: Ana Viñas.

Inició así una intensa labor de modelo publicitaria de esta y otras marcas comerciales muy reconocidas, apareciendo en los principales periódicos y revistas, víctima de romances tejidos, objeto de especulaciones faranduleras, supuestos novios y hasta bodas, rupturas y oscuros deseos. Justo en la portada de la revista Bohemia la descubrió Frank Max Factor Junior, quien viajó específicamente a Cuba para contratarla: “Usted tiene un rostro y una piel perfectas, quiero que sea nuestra modelo y nuestro rostro para América Latina”.

Así devino el rostro latinoamericano de la firma estadounidense de cosméticos Max Factor, (creada en 1909 por un empresario polaco), y atrajo inmediatamente la atención de los artistas del music hall y el teatro, que serían clientes de esa firma o asistían a su salón de belleza en una localidad cercana al Hollywood Boulevard: estrellas como Ben Turpin, Gloria Swanson, Mary Pickford, Pola Negri, Jean Harlow, Claudette Colbert, Bette Davis, Norma Shearer, Joan Crawford, Judy Garland, Clara Bow y Rodolfo Valentino, aunque el rostro que escogió la firma para representarla en América Latina, fue el de Odalys Fuentes, quien alquiló un apartamento, compró un carro de segunda mano al actor argentino-cubano Ricardo Dantés, y hasta adquirió un abrigo de armiño, como las grandes estrellas de Hollywood, cumpliendo sus sueños.

Sin el cuerpo exuberante de otras entonces (Rosita Fornés, Maricusa Cabrera, Marta Véliz, Ninón Sevilla, María Antonieta Pons, María de los Ángeles Santana…), sí se le reconocía un cuerpo eficaz y un rostro, sonrisa y piel únicas, y sobre todo su “ángel”, ese don de reunir todas las virtudes y subjetividades para el éxito. Al triunfar la Revolución estaba en el pináculo de la fama; pareja artística del mítico Benny Moré, recordaría con simpatía su encuentro con el entonces embajador dominicano Porfirio Rubirosa y su esposa la francesa Celine, que la invitaron a viajar a París. En 1962 regresa a Cuba de Estados Unidos en uno de los aviones que traían compotas para canjear por los prisioneros de Playa Girón.

Ya era familiar en las campañas publicitarias, cuando el famoso director de televisión Roberto Garriga, le dijo que estaba escribiendo para ella, quien le ripostó que no sabía actuar, pero él se ofreció a apoyarla, y el triunfo de Puerto Esperanza fue tal, que pronto fue solicitada para la teleserie Doña Bárbara (1962), en la que de nuevo guiados por Garriga, interpretó una Marisela salvaje, virginal y recia como la pradera venezolana, mientras Raquel Revuelta era Doña Bárbara, Manolo Coego: Santos Luzardo, Rafael Linares: Melquiades, y Manolo Alván: Juan Primito; tan exitosamente, que a sus dotes de modelo, se sumaron las de una actriz en ciernes.

En 1963 protagonizó Cecilia Valdés, donde por su gran parecido con ella, debutó victoriosa Diana Rosa Suárez como Adela Gamboa, que confundían con su medio hermana Cecilia; le siguieron Por quién doblan las campanas, Ana Karenina, Antonia, Médico de guardia, La importancia de llamarse Ernesto, Nido de ratas, Un tranvía llamado Deseo, Yerma, La ratonera, César y Cleopatra, El alma no tiene color, El cartero llama dos veces, Los delfines, La Casa de Bernarda Alba, Gracias por el fuego, Las estrellas miran hacia abajo, Juan Quinquín en Pueblo Mocho, Furia Blanca, Orden de ataque, A pesar de todo, Destino Prohibido, Punto G, Polvo en el viento… Recuerdo su Jane Seymour tercera esposa de Enrique VIII (Enrique Santiesteban), una de las magistrales obras del impar inglés William Shakespeare, acompañada en elenco de lujo por las otras cinco esposas: Consuelito Vidal y Maritza Rosales, y Nilda Collado, Miriam Mier y Martha Jiménez Oropesa.

Se había re-encontrado con su antiguo novio, el traumatólogo y ortopedista matancero (Colón) Comandante y General de Brigada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (llegaría a Viceministro) Oscar Fernández Mel (1931-2019), quien vivía en la casa de su gran amigo el Comandante Ernesto Che Guevara (a quien había presentado la guerrillera Aleida March quien sería su segunda esposa, y los tres decidieron en la toma de Santa Clara) hasta junio de 1963, cuando se casaron en “Las Mercedes”, finca del nuevo gobierno para actos oficiales, cuya elite y del espectáculo asistieron, y el padrino de boda era el Che, por cuya orden viajó a Chile a ayudar ante los terremotos y maremotos de 1960, y con quien en 1965 fue a luchar al Congo donde fue Jefe del Estado Mayor del contingente cubano. Fue Presidente del Colegio Médico de Cuba, director del Hospital Frank País y embajador de Cuba dos veces en el Reino Unido de Gran Bretaña (de donde fue expulsado por una operación de la Cía estadounidense) y en Finlandia; llegó a integrar el primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y fue alcalde de La Habana (1976-1986).

Mientras tanto, Odalys asumía personajes de la escritora Aleida Maya por la Federación de Mujeres Cubanas, re-educando contra el machismo; encarnó a la madre de Nacho Capitán en Tierra Brava, con más de cien capítulos, y actuó en otras telenovelas como El naranjo del patio, de Gerardo Fernández, y con otros grandes como Georgina Almanza; en teatro, en El Cid, con Maritza Rosales dirigidas por Pedro Álvarez, y en cine en Para quién baila La Habana, primera coproducción cubano-checoslovaca (1963), con Onelio Jorge Cardoso como coguionista; así como en el documental Divas por amor (1995) que dirigió Adolfo Llauradó.

Actuó ampliamente en radionovelas: Cumbres borrascosas abrió el espacio “Tu novela de amoren Radio Liberación, y fue memorable actuando en Yerma, Médico de Guardia, Monte Libre, Entre cielo y tierra, en casi toda la novelística radiada de Dora Alonso, y en radio programas fue dirigida por Esmeralda Fernández, Xiomara Blanco, Gaspar Arias, Oscar Luis López, Julio Lot y Pablo Verbisky, entre otros.

A pesar de mantenerse ajena a las redes sociales y haberse alejado de los medios de comunicación, con solo algunas apariciones muy esporádicas en eventos especiales, y su grabación para la cantante Ivettte Cepeda del video clip de la canción País (2019), junto a otras actrices, es recordada y reconocida en Cuba y otros pueblos por su vasto y fiel público, como se demostró en su 85 cumpleaños en Miami, hace apenas un año, y en Panamá, donde ha vivido con su hija María Karla Fernández Fuentes (tiene otros dos hijos: Oscar y Oscar Ernesto, nombre en homenaje al Che) quien ha seguido sus pasos de actriz en series y telenovelas como A pesar de todo (2002), Por Deporte y por amor (2004), La cara oculta de la Luna (2005), Polvo en el viento (2008) y Los Tres Villalobos (2009), y en algunos episodios de Tras la Huella; miembro del catálogo de la Agencia Artística de Artes Escénicas Actuar y de la Asociación de Artes Escénicas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Odalys Fuentes ganó el Premio Actuar por la Obra de Toda la Vida en 2016, y el Premio Nacional de Televisión (2019), y conserva intactos su amor a su país, a su familia, y a su profesión que la consagró como artista de renombre, y su sentido filosófico de belleza que la hizo famosa en Cuba y en otras naciones.

Autor

  • Dr. C. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez

    (La Habana, 1957) Licenciado en Historia del Arte (1982) y Licenciado en Historia General (1986), Técnico Medio Superior en Arqueología (1984) y Técnico Medio Superior en Museología (1985), Doctor en Ciencias sobre Arte (2001) y Máster en Antropología con Mención en Antropología Sociocultural(2001), Diplomado en Historia General Contemporánea (2006), Profesor Titular de la Universidad de La Habana (2002) e Investigador Titular (Ministerio de Cultura y Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, 2004).

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