Textos cubanos sobre locución

El 22 de agosto de 1922 surcó el éter la primera transmisión de la radio cubana. El nuevo medio de comunicación contaba entonces con un personal netamente empírico, lo cual se explica por haber sido entonces un acontecimiento primordialmente tecnológico y deslumbrante,  no como lo que hoy es, y todavía cada uno interpreta a su modo: -“¿Dónde y en qué momento surge y se acentúa el criterio de que la radio es un simple “medio de transmisión meramente informativo”, una  “institución sociocultural”, un “periódico hablado”, en fin,  infinidad de calificativos, menos el de “un nuevo arte”?” (1)

Las primeras voces de nuestra radio – como en el resto del mundo – fueron empíricas. Curioso que después de muchos años de instaurado el medio, incontables de sus mejores protagonistas continúen siéndolo. Sería casi axiomático afirmar que la práctica viene primero para proveer experiencias que más tarde se manifiestan como teorías, no por ello inmunes a nuevas transformaciones. Ello no niega la necesidad de que existan libros y manuales cuya propuesta sea la enseñanza del quehacer radial en sus más diversas especialidades, una de ellas la locución, de importancia trascendente.

Dejar de lado el estudio de las profesiones y oficios dentro de la radio es desestimar la experiencia acumulada durante décadas por quienes una y otra vez afrontaron, y experimentaron su quehacer.

Cuba es uno de los países donde mayor interés se ha manifestado históricamente por el aprendizaje del arte de la locución. Podemos afirmar con sano orgullo que la profesión -oficio de locutor(a)- es valorada altamente en nuestro país, dedicándole horas y textos para su formación y perfeccionamiento.

Tras un rápido balance, podemos afirmar que alrededor de la década de los 40s, el abogado y locutor Luis A. Vilardel Adán “…además de impartir clases de locución, escribió un libro que tituló Microvoz… el mayor esfuerzo por hacer de la locución un arte…” (2)

En 1950 Modesto Vázquez, decano de la radio en Cuba, publicó su libro “Oratoria Radial”, donde trata aspectos fonéticos y de dicción en general, aunque básicamente encaminados a enseñar la intencionalidad y énfasis de los anuncios comerciales; hecho justificado en su época por la existencia de una radio comercial ya consolidada, lo que no resta importancia a dicha obra que en nuestros días merece estudio y análisis desde la actual perspectiva política, económica y social cubana.

Después del triunfo de la Revolución, el locutor y director de programas de radio Aurelio Rodríguez Valdés (Yeyo) publicó un folleto titulado “Manual de Radio” con aspectos elementales de la locución. De adolescente tuve en mis manos un ejemplar de “Oratoria Radial”, propiedad del ya fallecido locutor Felipe Lanier Medina. Tengo referencias del “Manual de Radio” gracias a mi amigo Humberto Albanés López, decano de la radio en Cienfuegos, quien lo vio cuando su autor obsequió un ejemplar (entre finales de los 70s y comienzos de los 80s) al desaparecido locutor Alberto Artiles Mendoza.

En 1989 el radialista e investigador en Lingüística de la Academia de Ciencias en Santiago de Cuba, Alfredo Casanellas O’Callaghan, publicó el libro “Introducción al Periodismo y la Locución Radial” (3) en cuyo contenido esboza aspectos elementales acerca de la oratoria radial, como la velocidad al hablar, la lectura, valoración del texto, signos de puntuación, elementos para la locución de algunos géneros, el periodista ante el micrófono, y otros temas.

El libro de Casanellas O’Callaghan resulta abarcador y ofrece una panorámica general de todos los quehaceres del medio, incluyendo la locución.

Escribiendo en retrospectiva, en 1984 el destacado locutor cubano Frank Guevara publicó “La locución: técnica y práctica” (4), libro que desde mi punto de vista constituye el texto más completo publicado – al menos en Cuba – concretamente para la enseñanza de esta importante profesión-oficio.

En la obra se explican profusamente aspectos fonético-fisiológicos; cómo proyectarse ante cada tipo de micrófonos; un compendio técnico-práctico de la radio en sentido general, así como aspectos gramaticales, de pronunciación e interpretación; todo precedido de un primer capítulo acerca de la importancia social de la locución, y de una síntesis histórica de la radio en Cuba.

Hoy vale preguntar cuántos locutores y aspirantes a serlo tratan de agenciarse – aunque sea por préstamo, pues la edición está agotada – un ejemplar para estudiar las propuestas del maestro Frank Guevara. Es permanente necesidad que nuestros locutores y locutoras profundicen sus conocimientos técnicos y el  bagaje de cultura general; algo a lo que voy a referirme en un próximo trabajo.

Para finalizar reafirmo que en Cuba tenemos el privilegio de contar con profesionales de la locución que con espíritu altruista dejan el legado de su experiencia a las nuevas generaciones, algo que merece más que un simple agradecimiento.Estudiarlos – y en lo posible enriquecer sus obras con nuevos aportes –debiera ser la mejor forma de expresar esa gratitud.

(1)  Alejo Carpentier y la Radio, Oscar Luis López, Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba. 2003 p.p. 37-38
(2)  La Radio en Cuba, Oscar Luis López, Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba. 1988 p.218
(3) Introducción al Periodismo y la Locución Radial, Alfredo Casanellas O’Callaghan, Editorial Pablo de la Torriente, La Habana, Cuba, 1988.
(4) La locución: técnica y práctica, Frank Guevara, Editorial Oriente, Santiago de Cuba. 1984.

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