No es ciencia ficción, es una cruel realidad

En otras palabras, unas pocas naciones del llamado mundo rico se empeñan en retrotraer a la oscuridad a los pobres. ¿El supremo objetivo? Es obvio: dominar, sojuzgar, intervenir, decidir, robar recursos y territorios y, sobre todo, mantener la hegemonía.

El peligro mayor radica, precisamente, en que el imperio y sus secuaces vienen “obligados” en causar muerte y destrucción a toda costa si de cumplir sus “sagrados” intereses se trata, mucho más en estos cruciales momentos de la humanidad en que un gran manojo de pueblos lucha por su independencia y  soberanía. Basta con leer unas pocas informaciones para percatarnos del gran peligro: Estados Unidos desplegará en el Oriente Medio una nueva fuerza militar dotada de aviones de ataque AV8B Harrier de despegue y aterrizaje vertical, helicópteros y un sinnúmero de equipos bélicos; las operaciones militares de EE.UU. contra el llamado Estado Islámico, en Irak y Siria,  produce un gasto mensual de mil millones de dólares.

Pero mucho más. Miles de cabezas nucleares se mantienen como una amenaza permanente y listas para ser disparadas; se fragua permanentemente la posibilidad de utilizar robots en las guerras de conquista. Por supuesto, lo dicho es solo una pequeña muestra del arsenal que posee Estados Unidos, y la Unión Europea  para destruir el planeta en solo minutos. Para que se tenga una idea del irracional gasto militar impuesto al mundo, téngase en cuenta que en el año 2012 se invirtieron mil 756 BILLONES de dólares, correspondiendo casi el 40% de tal cifra a  EE.UU. ¿Y quiénes son los que destinaron esas cantidades  espeluznantes para la agresión? Por supuesto, no subestimaré  su inteligencia, usted sabe igual que yo quiénes son; lo que sí está muy claro es que no es el mundo pobre, parte considerable del cual ya se desprende del amo imperial.

Pensemos unos  pocos minutos en el enorme bienestar que le reportaría a esta humanidad contar con esos recursos fabulosos, más los adelantos de la ciencia, para aliviar y hasta erradicar definitivamente tantos males que agobian al mundo. Fíjese usted cuanta ironía y cinismo se desprende de unas palabras del Premio Nobel de la Paz al afirmar que: “Así que hoy declaro claramente y con convicción el compromiso de Estados Unidos de buscar la paz y la seguridad en un mundo sin armas nucleares”. ¿Alguien puede creer en su sinceridad?

“El robo, el abuso, la inmoralidad están debajo de esas fortunas enormes”. José Martí

  

  

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