«La primera vez que me acerqué a un periodista fue en la zafra de 1969 en El Puntico, de Campechuela. Ramón Sánchez Parra acudió a entrevistar a los estudiantes que laborábamos allí y conversamos. Un año después comencé a reportar para CMDF Radio Manzanillo como corresponsal estudiantil, desde el central Nicaragua Libre, en Banes, donde íbamos los alumnos del preuniversitario Manuel Fajardo. Solicito Ciencias Políticas, en la Universidad de La Habana, pero regreso y me incorporo a trabajar en lo que después pasó a ser Radio Granma y me desempeño como comentarista deportivo».
Incansable, ágil y agudo, Vera Portales labró un camino en el reporterismo radial que trascendió las ondas manzanillera y llegó hasta Radio Rebelde, Radio Reloj y Tele Rebelde rompiendo el fatalismo geográfico de estar a más de 700 kilómetros de La Habana.
«Había mucha actividad azucarera, industrial, eventos culturales, políticos. Teníamos dos espacios estelares. Fuimos creciendo, se consolidó el movimiento de corresponsales voluntarios. Cubríamos actividades a cualquier hora, para darla “fresca” siempre. Cuando el primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, del 17 al 22 de diciembre de 1975 “coloqué” titulares en “Rebelde” los cinco días. Los delegados manzanilleros agradecieron cada información de la zona. Las horas no me alcanzaban».
– Usted es dueño de una memoria prodigiosa y capacidad de improvisación que asombra, ¿cómo lo logra?
«Hay que practicar, estudiar y refrescar los datos que tienes a mano. Utilizar las estadísticas en la mente, prepararse antes de entrevistar a especialistas de cualquier ámbito para no quedarte en “blanco” y tener nociones de lo que indagas y te dirán. Saberlo de todo es imprescindible, como dijo José Martí, del microbio a las nubes».
«Siempre ha defendido la radio comunitaria, y le valoran como “el hombre noticia… La radio comunitaria es maravillosa porque la audiencia necesita escuchar informaciones de su entorno, si no cambia el dial. Cuando le ofreces lo que le interesa se quedan contigo. Disfruto hablar de la distribución de los productos alimenticios, antes de trabajar hay que alimentarse, y le facilitamos a los oyentes dónde encontrarlo. Noticia es lo que les interesa por lo menos a cinco mil personas, y tienes que buscarla, “tirarla” rápido en la radio, no podemos esperar. No me gusta calentar la noticia, la suelto al instante: un accidente, un fuego, los huracanes. Hay que romper esquemas, trabas, censura, pero hay que hacerlo bien, sin equivocaciones».
«El periodismo es una profesión de riesgo… Si no te arriesgas no puedes trabajar con eficiencia, porque no es laborar para concurso. La meta está en hacerlo mejor todos los días. No puedes irte con la “de trapo”. Hay que verificar, escudriñar fuentes, cruzarlas porque en ocasiones no te dicen la verdad».
– Para usted, ¿cuál es el periodista ideal?
«Tiene que ser muy humano, identificarse con los problemas de las personas, sensible; de un compromiso permanente con la obra de la Revolución. A veces te califican de oficialista, pero no, es que luchas por la verdad, que por historia sabes que este es mejor sistema. Las deficiencias tenemos que resolverlas, pero la Patria hay que defenderla y ese es el mensaje a los que se inician, porque todo tiempo futuro es mejor. No dejen de estudiar, actualizarse y amar la obra».
– Satisfacciones…
«Lo más grande es el reconocimiento popular: que los oyentes te saluden, abracen, reconozcan lo que haces y te den las gracias; en ocasiones te critican, pero hablan constantemente de ti porque estás trabajando y lo hago cada día con la mayor satisfacción del mundo. No soy perfecto, pude ser mejor. No me puedo despegar de aquí porque veo mi desempeño como un entretenimiento, siempre estoy en acción. Uno es periodista siempre porque hay que decir, orientar, reflexionar y explicar mucho. La radio me oxigena porque es mi segunda casa».
– Entonces le “oxigenó” el Premio a la Obra de la Vida Rubén Castillo Ramos, que le entregó hace un año la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) en Granma.
«Es un motivo de felicidad. Aunque no se trabaja para premios, lo aceptas cuando se reconoce una labor incansable, con fuerza y dedicación para el pueblo desde los momentos iniciales de la provincia de Granma. No quiero decir que llegó el final, estoy jubilado, pero sigo vinculado a la radio: no es una meta, es un punto para continuar. Me queda por hacer».
Ahora, cuando se festeja una nueva jornada por el Día de la Prensa cubana, Vera Portales se viste de largo: el museo municipal de Manzanillo le dedica la muestra del mes y sus colegas lo abrazan con la dicha de que, vital y agudo, “el hombre noticia” ande todavía los estudios de su Radio Granma.