Haití: a un año de un episodio nefasto qué ha pasado

Aún impactado por lo que estaba viviendo por vez primera, es que escribí estas líneas, hace un año, en tierras haitianas, a donde llegamos un grupo de reporteros de los medios cubanos de prensa para dar a conocer a nuestro país y al mundo la gigantesca tragedia.

En apenas unos segundos aquel sismo de unos siete grados cobró la vida a unas 250 mil personas, según los estimados, ya que –al parecer- nunca se logrará saber cuál es la cifra exacta de los fallecidos teniendo en cuenta que  muchos cadáveres quedaron bajo los escombros que aún no han sido removidos;  y otros fueron  cremados en el lugar donde fallecieron para –presuntamente- evitar epidemias.

Al igual que Puerto Príncipe, la capital, Leôgane, Carrefour, Jacmel, entre otras ciudades de los alrededores del epicentro del terremoto, perdieron gran parte de las edificaciones, más de millón y medio de habitantes se quedaron sin morada y pasaron a ocupar plazas, parques y cuanto sitio a cielo abierto les ofreciera refugio, siempre lejos del peligro que ofrecían los inmuebles ante los reiterados temblores, las llamadas réplicas, muchas de escala nada despreciable.

Y mi crónica expresaba más adelante:

Los médicos cubanos han demostrado su abnegación y esfuerzo sin límites por HaitíFue una noche inolvidable para todos. Se me hace difícil describir tamaña realidad. Lo que si puedo hacer constar –como hemos hecho en ocasiones anteriores- que nuestros galenos se crecieron como siempre e impusieron su tesón día y noche durante varias jornadas de trabajo. No escatimaron esfuerzo,  se multiplicaron cada uno de ellos para salvar, en lo posible,  la mayor cantidad de vidas humanas.

Estábamos siendo testigos de las hazañas a que nos tienen acostumbrados los colaboradores de la medicina cubana en cualquier rincón del Planeta, adonde han llegado para asistir a otros pueblos víctimas de fenómenos naturales.

Es una realidad, allí estaban ofreciendo sus servicios al pueblo haitiano desde 1998 y –por lo tanto- apenas recuperados de la inesperada y brava sacudida- comenzaron a brindar atención a una marea de víctimas que arribaban en busca de la capacidad profesional que reconocían en los 400 médicos que conformaban la Brigada Médica Cubana.

La convicción solidaria e internacionalista de Cuba quedó demostrada una vez más. El grupo inicial  de galenos cubanos se reforzó en los sucesivos días y meses con integrantes de la Brigada Internacionalista Henry Reeves, experimentada en asistencia ante desastres, reforzada a su vez con un gran número galenos de diversos países que se formaron en la Escuela Latinoamericana de Medicina, incluyendo a jóvenes de nacionalidad haitiana.

Recordamos hoy de lo que fuimos testigos hace exactamente un año. En los primeros meses arribó a Haití la ayuda de una gran diversidad de  países, entre los que se destacaron individualmente Venezuela, México, Ecuador; y como grupo, esencialmente  los países del ALBA, asistencia ésta que aún se mantiene.

En Haití escombros y ruinas permanecen como símbolo El mundo conmovido se comprometió inicialmente a dar una ayuda de 10 mil millones de dólares,  pero apenas una sombra de ese monto ha arribado a Haití, donde persiste la situación creada por el desastre de doce meses atrás, la que se ha agravado desde el punto de vista humano con la epidemia de cólera desatada a partir de octubre pasado y que ha ocasionado la muerte a cuatro mil personas.

Como fatal recuerdo del sismo permanecen los escombros y las ruinas en las ciudades afectadas, incluida Puerto Príncipe. Se mantienen igualmente los improvisados e inseguros campamentos levantados por el millón y medio de personas que perdieron su vivienda.

En este desastroso panorama, en que la ayuda necesaria no llega, el sufrido pueblo haitiano cuenta y podrá seguir contando con el apoyo humanista, solidario y desinteresado del pueblo cubano. Como escribí hace un año y  que dio título a mi crónica de entonces:  “Haití, ahora y siempre, estamos contigo”.

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