Londres 2012: Defender un sueño vale más que cualquier fortuna

Muchos hablan de que el oro no es lo más importante, y es cierto. Hoy, los atletas se aferran a la presea olímpica como mismo lo hacían los griegos por una guirnalda hecha con hojas de olivo.

El podio no sería igual sin una quimera en la frente, una familia a la espera, el orgullo de un hijo, el abrazo de un amigo, la confianza de un pueblo.

Morder la medalla es un gesto poético, mucho más que garantía fotográfica. Es como aferrarse… como defender con uñas y dientes lo que tanto sudor y sacrificios ha costado.

Nadie duda de que en Londres 2012 se hacen realidad los sueños; donde las «cosas comienzan a perder definición: el himno, la bandera, esos símbolos que en horas puntuales adquieren una trascendencia extrema» como dijera un colega.

Por eso, aunque muchos me critiquen, lo mismo lloro por la victoria de un cubano, que por un ruso, chino, estadounidense, inglés… Porque quien gana es el deporte y no el bolsillo.

La medalla queda, y el dinero se esfuma poco a poco, la fama pasa, pero la victoria y el momento justo en que le dijeron ¡Campeón! no lo podrá borrar ni toda la fortuna del mundo.

Mi felicitación entonces para todos los atletas del mundo. A los que ganaron y están por ganar; porque el solo hecho de salir a defender su sueño, vale más que cualquier fortuna.

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