Raúl Roa García: un sinónimo de la palabra dignidad

La capital de la Mayor de las Antillas lo vio nacer en el seno de una familia de amplias convicciones revolucionarias. «Era larguirucho, flaco, intranquilo, orejudo, ojigrande, pero muy soñador y con relumbres de ardilla, a veces melancólico, jocundo casi siempre, lenguaraz a toda hora», expresó años después refiriéndose a su adolescencia y juventud.

Al cumplir la edad requerida, ingresó a la Universidad de La Habana y estudió como alumno ejemplar las carreras de Derecho y Filosofía y Letras, al mismo tiempo que por esos años se despertaba en él un amplio sentimiento revolucionario.

raul-roa-1«Descubrí que era revolucionario el día que me sentí disconforme con el mundo restante y anhelé uno más justo y bello: Julio Antonio Mella contribuyó decisivamente y acaso también el sedimento inconsciente de mi progenie mambí, a la sombra iluminada de mi abuelo, Ramón Roa».

Fue fundador del Directorio Estudiantil Universitario en el año 1930, tiempo después, se incorporó al Ala Izquierda Estudiantil. De esta manera iba creciendo y enriqueciendo su nivel intelectual, al mismo tiempo que escribía ensayos y críticas sobre la situación cubana imperante en sus años de formación.

Participó y motivó importantes huelgas que definieron en muchos sentidos el desarrollo del proceso revolucionario cubano de la etapa de los años 30 y 40, de manera que en varias ocasiones le costaron la libertad, por lo que estuvo preso en cárceles como el Presidio del Castillo del Príncipe, en La Cabaña y en el Presidio Modelo en la entonces Isla de Pinos, hoy municipio especial de la Isla de la Juventud. Escritor, periodista, luchador, profesor, político y diplomático. Figura insigne que luchó por la dignidad de Cuba y de América Latina.

Por su probada actitud y capacidad ante las virtudes y problemas que aquejaban a la Nación por aquellos años, al Triunfo de la Revolución Cubana en 1959, fue nombrado embajador de Cuba ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y con posterioridad se convirtió en el Ministro de Relaciones Exteriores. Roa también fue notorio como embajador de Cuba ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).

La vasta e intensa lucha que libró Raúl Roa García, frente a los países del mundo que se oponían a la soberanía y a la Revolución cubana, le hicieron merecedor de muchos atributos, elogios y regocijo; pero, sin dudas, el de su medida es aquel que lo inmortalizó y por el cual hoy aun se le recuerda con cariño y respeto en la historicidad del pueblo cubano: Canciller de la Dignidad.

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