Romper esquemas y estructuras en la radio cubana

La competencia con el medio radial cubano transita por varios aspectos que enumero de acuerdo al criterio de la experiencia y la vivencia en el medio así como el estudio de la literatura sobre el tema.

1.    Un mayor número de medios televisivos.
2.    Una mayor número de emisoras de radio que se captan en cada territorio.
3.    Medios alternativos cada día con mayor presencia sobretodo en los jóvenes.
4.    Demasiados programas coinciden en contenidos y formas en un mismo horario o tira horaria.
5.    Falta de variedad temática y apego a perfiles  que no permiten opciones.
6.    Mensajes e informaciones sin una redacción propia de cada emisora.
7.    Disminución de la inmediatez en los espacios informativos y programas en general.

Tal situación nos ubica la programación  como en una isla, en canales escasamente. Lo importante es que los logros renovadores transciendan a los demás contenidos para que la radio, en su conjunto, incorpore mayor creatividad. Por esta razón es necesario examinar cómo aparece en la actualidad el  desarrollo del medio radial.

En tal competencia y con las  reconocidas dificultades, que constituyen el reto actual, es impostergable el debate de qué hacer y cómo hacerlo.

La práctica de la programación en vivo tiene sus ventajas pero ojo porque también contempla desventajas. Si estar en vivo garantiza tener al público y que el público nos tenga minuto a minuto.  Presenta,  a mi juicio, tener una mayor planificación temática, lograr interactividad con su público, prever opciones y objetivos bien definidos por cada emisión.

Este tipo de programa es muy propenso a la simplificación, emisiones rutinarias y superficiales, al uso de la música como única salvación de los temas y la sustitución de los conductores con profesionales no aptos.  

Como todo proceso comunicativo, la programación trata de atender los comportamientos sociológicos de la audiencia, adapta los contenidos a sus necesidades y situaciones laborales y de ocio. Tiende a universalizar su oferta para llegar al mayor número de oyentes y discriminar a los menos posibles, olvidarse de las minorías para dirigirse a las mayorías. Tales funciones han eliminado gran parte de los contenidos de otras épocas, especialmente los más creativos, y se han orientado hacia el seguimiento de la actualidad como un valor intrínseco de la radio por su rapidez para estar sobre los acontecimientos inmediatamente.

Si ello es cierto habría que observar como se atiene a las minorías que serán programas de bajas audiencias o cómo agrupar los públicos donde el segmento sea motivado por los contenidos teniendo en cuenta la diversidad cultural, geográfica, etária entre otras características.

La orientación informativa puede no dejar  tiempo para   el sosiego creativo, para la reelaboración. Los espacios requieren movimientos sistemáticos y la práctica de hacer programas en varios lugares por parte de los creadores  puede afectar el empleo de espacio para la reformulación de la creación. 

Hacer recaer  una programación que gire en torno a las grandes estrellas del arte en  la radio,  vinculan por sus valores de atracción de audiencia, pero que debido a la acumulación de horas en antena apenas les queda resquicio para la recreación del producto comunicativo en cuestión donde la seducción es una de las características fundamentales.

Son programaciones que se debaten entre la continuidad radiofónica y el seguimiento acelerado de la actualidad y apenas quedan tiempo  para imaginar otros programas innovadores. 

Pero para Mariano Cebrián Herreros, catedrático español,  “no hay que confundir lo extraordinario y la espectacularidad del hecho con la creatividad. El contenido puede ser sorprendente, inaudito, de conmoción social. Está determinado por la realidad. La creatividad se produce en la cobertura, en la selección de los puntos de interés, en el contraste de unos hechos con otros, en las formas de entrecruzar la secuencialidad del relato. El resultado puede ser un relato coral en el que cada reportero cuenta un fragmento de hechos que adquieren interés por sí, pero sobre todo por la unión y trabazón con otros”.

Los días de la radio están contados o se cuenta como se crece.

Se pensó, cuando llegó la televisión, que los días de la radio estaban contados y el poder de adaptación de los creadores hizo triza esa aseveración. Ahora, se vuelve  afirmar que se acercan los   días finales para la radio. 

Internet, el satélite, el software y las herramientas modernas permiten decir que en cualquier lugar medianamente dotado se puede hacer radio. Con ello, el lugar más lejano,  del barrio más olvidado podrá servir como vehículo comunicativo al mundo. Desde un computador de características mínimas, cualquiera podrá lanzarse a la producción radial.

La aproximación tecnología y los contenidos.

El futuro del medio pasa por lo tecnológico pero no muere allí. La radio está hecha de mensajes y mientras en el campo, el sendero, la cuadra, el barrio o la ciudad se restituya el valor de la palabra radial y asomen las buenas ideas, esa radio mas allá de morir, será el motor que impulse nuevas dinámicas sociales.

La radio si deja de ser atractiva desaparece. La radio si deja de ser motor de desarrollo social, desaparece. La radio si se separa de la comunidad dejará de existir. La radio si se arrodilla ante la televisión o la Internet, saldrá del mercado. Si permanece sentada viendo pasar los signos de los tiempos se la llevará el presente y la hundirá en el pasado.

Debemos encarar una radio que satisfaga los deseos, necesidades y expectativas de sus oyentes. Desde aquí, vemos una radio más preocupada y ocupada por los contenidos. Una señal plural y musical pero con contenidos.

Saber encarar los medios alternativos

Los medios alternativos pueden y de hecho son  una propia emisora y como ya lo vemos, el dj dejará de acompañarnos con disertaciones triviales y repeticiones en sus palabras con modos y estilos de presentar lo que ya conocemos. Entonces esa realidad debe ser cambiada, estudiar lo que esos medios no pueden hacer y realizarlo con un discurso renovador, atractivo y sugerente. Cerrar las puertas a todo lo trivial, superficial y desmovilizador en  nuestro medio.

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