En fin, ese «cumplimiento» que lamentablemente a veces se torna en un «cumplo y miento».
Los colectivos de programas de Radio no deben hacerse de manera fría, como si se quisiera salir del paso, levantar un acta con logros y deficiencias y luego entregarla para que muchas veces quienes las reciben ni las lean.
El colectivo de programas es – o debe de ser – interés capital de todas aquellas personas que de una u otra forma participan en la realización; desde guionistas, realizadores técnicos, locutores, asesores y directores de programas. Si a sus miembros – o alguno de ellos – no les motiva hacer un colectivo para analizar el trabajo concluido y las pautas para lo venidero, entonces algo funciona mal. ¿Dónde? ¿A qué nivel? Vale la pena averiguarlo.
La comunicación interna es un factor de primer orden para que todo fluya debidamente en cualquier entidad, y de ello no están exentos los programas de radio individualmente, la programación en general y todas las dependencias de las radioemisoras.
En primer lugar el colectivo de programa – ya lo expresé – es un medio de comunicación interna. Si esa comunicación fluye debidamente, el producto radial será óptimo. Lo otro es que debe realizarse con espíritu crítico y constructivo, al decir en cubano «a camisa quitá'» para reconocer con sinceridad las deficiencias y proponer vías de solución.
Ahora bien: los Consejos de Programación, ¿por qué no dedicarlos a razonar los resultados de cada colectivo de programa? Si en conjunto de modo ampliado se analizan los puntos favorables y en especial los lados «flacos» del trabajo diario, entonces las reuniones, además de ser productivas, estimularán a quienes participen en ellas.
Los encuentros del colectivo – llamémosles así para desterrar el manido «reunionismo» – no son otra cosa que contactos operativos y prácticos, sin ambages y de objetividad específica para evaluar lo alcanzado y proyectar lo nuevo; siempre llevando a letra escrita cuanto se señala y todo lo acordado. No fiarse jamás a la memoria. Luego llevar todos los puntos de vista y posibles soluciones al Consejo de Programación para deliberar entre todos. Siempre van a aparecer nuevas y mejores soluciones.
Tanto el Colectivo de Programa como el Consejo de Programación constituyen encuentros de trabajo, no foros para teorizaciones ni presunciones individuales; aspectos ambos, más que aburridos, malsanos. Ahí toca también el necesario cambio de mentalidad convocado por la dirección de nuestro país.