Plan de Verano en Cuba: Más allá del placer por recrearnos sanamente

De manera que las opciones recreativas, culturales y deportivas son bien amplias, para todos los gustos, en aras de divertirse en familia o como desee cada cual, incluso sin necesidad de salir de la casa pues una vez más, desde la pequeña pantalla y las emisoras radiales, se palpa el empeño estatal por hacer trasmitir espacios muy bien concebidos para julio y agosto, en que gran parte de la población está de vacaciones, en particular los niños y los jóvenes.

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Video Clip «Verano por más», canción tema del verano en Cuba / Arnaldo y su talismán / Baby Lores.

En La Habana, como en el resto del país, el gobierno, junto a las direcciones administrativas, batalla por que los Consejos Populares sean el epicentro de estos esfuerzos, máxime cuando las dificultades con el transporte público siguen latentes y como suele ocurrir en esta época del año, la capital de todos los cubanos recibe a miles de compatriotas de otras provincias y a turistas extranjeros.

Por ende, no solo se trata de realizar la mayor cantidad de actividades, sino de que se hagan con calidad, bajo la óptica del sano esparcimiento y haya una integralidad, integración y racionalidad, es decir, tener bien claro qué se pretende, a qué se aspira, y con qué recursos materiales, financieros o de otro tipo se dispone para alcanzar esos objetivos, con el concurso de todos, de los organismos, organizaciones y las entidades, y sin que impliquen despilfarros.

Las nuevas concepciones de la actualización del modelo económico cubano, muy bien refrendadas en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, están presentes en el Plan Verano, sin que ello sea una camisa de fuerza, un obstáculo o un pretexto para algunos funcionarios al justificar que no pueden hacer nada por la recreación de la población, o de sus trabajadores, pues el objeto social de su empresa se lo prohíbe.

La dirección de la Revolución está llamando constantemente al orden, a la disciplina, a la exigencia, a la organización, a la calidad, a la planificación, a poner fin a la improvisación, a un mayor control de los recursos, en fin, a la verdadera eficiencia y eficacia que necesita la economía, por lo que tales imperativos han de convertirse el algo cotidiano, para todo el año.

Quizás ninguna otra nación como Cuba, bloqueada por la mayor potencia imperial del mundo y con enormes dificultades y problemas socio – económicos por resolver, logre unificar e integrar, bajo una misma estrategia, todo cuanto pueda hacerse para llevar a su población una recreación sana.

Y entiéndase bien que no todo se circunscribe únicamente a conciertos, presentaciones artísticas y de libros, visitas a museos, exposiciones, excursiones, competencias deportivas, exhibiciones de películas, espectáculos para todos los gustos y festivales, buena programación televisiva para niños y jóvenes, por citar algunas opciones, sino que también está la preocupación, y ocupación, de que sean mínimas las fallas en los servicios básicos a la población, como la alimentación (la canasta familiar), en los policlínicos y hospitales, en el transporte, en el abasto de agua, de electricidad y de gas, entre otros.

En julio y agosto, los meses más calurosos en Cuba, suele haber un sobreconsumo de energía eléctrica en los hogares, y una mayor cantidad de personas en la calle, ya sea de paseo o en función de determinada actividad o necesidad, por lo cual se hacen cotidianas las aglomeraciones de compatriotas en playas, piscinas, campismos, en bailables populares y otros centros de recreación, y en ellos también se debe velar por la tranquilidad ciudadana, al igual que incrementarse las acciones preventivas contra los accidentes del tránsito.

Es cuando a su vez muchos trabajadores toman sus vacaciones para arreglar la casa, o hacerle determinada reparación o ampliación, y por ende, podrían resurgir en cualquier esquina o solar yermo de ciudades y poblados vertederos de escombros y de tarecos, que harían interminable el desempeño de las brigadas de Servicios Comunales, sin olvidar, que todavía hay quienes hacen oídos sordos al llamado de la dirección del país de poner fin a las indisciplinas e ilegalidades en el barrio.

Y no porque sea lo último deja de ser lo más importante: en julio y agosto la producción y distribución de alimentos sigue siendo de máxima prioridad, y por estar de vacaciones cientos de miles de niños, jóvenes y adultos hay que reforzar la canasta familiar, desde la calidad del pan, hasta la presencia en placitas y agromercados de mayores y más variados volúmenes de viandas, hortalizas y frutas, y la venta liberada de huevos, cárnicos, granos y otros alimentos. ¡Ojalá a precios razonables!, dirían muchos.

Quizás para nuestras amas de casa, padres y abuelos, el Plan verano empieza por tener garantizados diariamente el plato de comida y la salud, sin dejar de reconocer que del pan no solo vive el hombre, y de que sus hijos y ellos mismos, en estos meses estivales, pueden disfrutar de verdaderas opciones que alimentan la espiritualidad, y nos hacen más humanos, solidarios y cultos.

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