La sagrada memoria del multilaureado periodista y diplomático Pedro Martínez Pírez (1937-2024), Premio Nacional de Periodismo «José Martí», y Premio Nacional de Radio, fue evocada en el teatro de la sede nacional de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), en el contexto del homenaje postmortem que se le rindiera a tan emblemática personalidad de la prensa y la cultura cubanas y de un poco más allá de nuestras fronteras geográficas.
En ese contexto, se proyectó un audiovisual que recoge —desde una óptica estético-artística por excelencia— el pensamiento ético-humanista y profundamente martiano y revolucionario, que caracterizara en vida a Martínez Pírez, quien hiciera un llamamiento urgente a los colegas de la prensa, ejercicio percibido por él como fuente nutricia de ética, humanismo, patriotismo y espiritualidad, a defender —con mucha más cultura y profesionalidad— no solo la verdad, sino también las conquistas sociales de la «Revolución de los Girasoles», como la bautizara la Heroína del Moncada y de la Sierra, Haydee Santamaría Cuadrado (1923-1980).
Las emotivas palabras de elogio a Martínez Pírez estuvieron a cargo de la periodista Bárbara Betancourt, reportera de Radio Habana Cuba y de la pequeña pantalla insular, quien destacó —entre otros valores que identificaran su carismática personalidad— que el homenajeado incursionó, con éxito indiscutible, en la prensa plana, digital, televisiva, así como en el campo de la literatura caribeña contemporánea, pero jamás se apartó ni abandonó el ejercicio ético del periodismo radial desde los Micrófonos de la Voz de Cuba en el Exterior, ya que la radio («sonido para ver») era una de sus grandes pasiones.
Por otra parte, le entregó una buena parte de su vida profesional a la diplomacia revolucionaria cubana, a la que representó cum dignitate en disímiles foros internacionales, y se desempeñó como embajador de la República de Cuba en varios países latinoamericanos y europeos.
Martínez Pírez entendió —como pocos— la importancia capital que tienen los conocimientos culturales (no solo los artístico-literarios, sino también los científico-técnicos y tecnológicos), para los profesionales del sector, y que debían ser «anchos y lejanos como la pampa argentina», con apoyo en el aforismo martiano de que «el periodista debe conocer desde la nube hasta el microbio».
Con posteridad, se les cedió la palabra a varios colegas de los medios nacionales de comunicación, que tuvieron el privilegio histórico de trabajar muy cerca de Martínez Pírez en la radio y en la televisión, fundamentalmente, para que relataran —desde un punto de vista objetivo-subjetivo— cualidades personográficas, rigor profesional y calidad humana con que Pedro afrontaba la loable labor periodística que desarrollara durante su fecunda existencia terrenal y mientras escribía su rica leyenda profesional y personal, que queda como legado intelectual y espiritual para las nuevas y futuras generaciones de periodistas cubanos.
Entre otras cosas, habría que señalar —con letras indelebles— la significativa función desempeñada por Martínez Pírez como Presidente de la Comisión de Prensa de la Asociación Cubana de Naciones Unidas (ACNU) hasta su lamentable deceso.
Desde esa «trinchera de ideas» se consagró en cuerpo, mente y alma a enaltecer y dignificar la tarea que llevara a cabo en el seno de dicha Comisión, así como el principal gestor del «Parque de la Dignidad» que, en el patio de la ACNU, evoca la memoria de distinguidos cancilleres latinoamericanos y caribeños que honraron su profesión y se pusieron al lado de la Revolución Cubana, en momentos en que el imperialismo yanqui quería aislar a Cuba en el concierto de las naciones de Nuestra América
Y qué decir de la cálida relación profesional y afectivo-emocional que Martínez Pírez estableció con el afamado artista ecuatoriano de la plástica Oswaldo Guayasamín (1919-1999), quien —en mayo de 1961— conoció personalmente al Comandante Fidel Castro Ruz (1926-2016), gracias a la mediación del ilustre periodista y diplomático a quien hoy homenajeamos, y con el colega ecuatoriano Carlos Bastida, el último profesional de la prensa asesinado por la dictadura batistiana, cuya memoria Pedro evocaba desde Radio Habana Cuba y desde la ACNU, sobre todo en la fecha de su natalicio y en la de su muerte a manos de los esbirros de turno.
Pedro Martínez Pírez fue un periodista que se destacó por su integridad (ética, profesional, intelectual, humana y revolucionaria), e integralidad (tenia amplio dominio de los géneros periodísticos, donde brilló —por ejemplo— en la entrevista, así como de la cultura artístico-literaria, científico-técnica y tecnológica sobre la cual se estructura el desarrollo consecuente de la humanidad.
Fue un «Quijote de la Prensa» (Ser periodista, ser Quijote, el título del libro de crónicas, del poeta, escritor y periodista Reinaldo Cedeño Pineda), con un gran amor a Cuba, pero con marcada vocación universal, concluyó su puntual intervención el licenciado Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la UPEC.