Acerca de la noticia, redactar, recrear, reescribir

A pesar de tantos manuales, cursos y libros de probada seriedad en cuanto al tema, entre los radioescuchas no dejan de presentarse interpretaciones confusas de noticias o informaciones en general. Considero que más que al poder de intelección de quienes sintonizan, el problema se debe a que algunos redactores no aplican todos los recursos disponibles; más bien se dejan arrastrar por «atajos» o facilismos que dejan mucho que desear y que, en definitiva, dañan el prestigio de las estaciones de radio.

Para contribuir en lo que a mi alcance esté para subsanar esas posibles y probables dificultades, es preciso advertir que al escribir para noticieros y boletines el redactor debe cuidar esmeradamente la estructura del texto. Es tentador el vicio de tomar las notas informativas tal como llegan de la Internet o de una agencia noticiosa. Los cables informativos y la Internet contienen redacciones para lectura, y escasamente para «ser escuchadas». Es esencial que el redactor dé una primera lectura al texto recibido para más tarde recrearlo y acomodarlo al destinatario que potencialmente le escuche. Se requiere, en primer lugar, «reescribir» la información de acuerdo a los cánones de la radio que todos los profesionales del medio conocemos.

Una vez consumada la primera redacción radial, toca el turno a un segundo paso: Si la noticia es relevante en grado sumo, lógicamente deberá transmitirse textualmente en varias ocasiones (digamos boletines). Transcurridas pocas horas, puede que la noticia siga teniendo impacto social; entonces corresponde darle un seguimiento que comenzaría por una nueva estructura de redacción para decir lo mismo. Psicológicamente, el radioescucha percibirá la frescura del texto sin que una repetición «al pie de la letra» resulte trillada o cause la impresión de que están repitiéndose noticias «viejas». En cada boletín el radioescucha espera algo novedoso, y ese efecto contribuye en mucho a darle un «refrescamiento» al texto o noticia.

Para actualizar las notas existen variados recursos, y uno de ellos consiste en la búsqueda de nuevos datos breves, algunos nuevos acontecimientos que pudieran añadírsele a la historia. Para eso no hay que «inventarlos», más bien debemos investigarlos. En el caso de las noticias extremadamente trascendentes, tal vez una investigación dinámica pueda proveer nuevas informaciones de apoyo no disponibles hasta el momento.

Sería óptima la búsqueda de informaciones relacionadas con la noticia principal. En este sentido se incluye la repercusión del hecho a escala local, aspecto que se puede apoyar perfectamente en puntos de vista de personas especializadas en el tema, así como del ciudadano común. Las opiniones de otras personas, en su propia voz, dotan de lucidez a la noticia y la mantienen actualizada.

No debemos perder de vista la relación que la noticia pudiera tener con otros hechos. Por ello valen la yuxtaposición y, ¿por qué no?, el contraste con otras informaciones. Ambos recursos confieren elementos de juicio para elaborar una conclusión sobre el hecho.

Otro aspecto importante es que una noticia tiene trascendencia en un lugar y momento específicos, más si repercute de algún modo en la localidad a la cual se destina. Puede haber una noticia espectacular que llame la atención, y amerite darse, pero hay otras que resultan aún más relevantes para determinada comunidad, aunque no lo sean para un entorno más amplio (noticias locales, de facilitación social, etc.) En estos casos el redactor está en el deber de mantener una actualización constante sobre el acontecimiento.

Sería un lamentable error ponernos a redactar para la radio con el único afán de hacer galas de un conocimiento profundo del tema y afanados en el rebuscamiento idiomático. Es preciso conocer en término medio qué público nos escucha.

La redacción noticiosa debe tomar en consideración, además, el público desde el punto de vista de los horarios. En la mañana se impone un mayor poder de síntesis; esto se justifica debido a que en ese momento la mayoría de la gente sintoniza la radio movida por la prisa; desean informarse «a mano alzada». No es igual el público que sintoniza los noticieros cuando llega la hora del almuerzo, la comida o mientras están en casa, que aquellos que únicamente desean informarse de cómo amaneció el día. Un ejemplo digno de elogio que cumple tales demandas lo tenemos en Radio Reloj, que paso a paso ofrece informaciones de primera mano a la vez que nos mantiene al tanto de la hora cada minuto.

No quisiera concluir esta reflexión sin antes referirme a noticias que, aunque trascendentes, no tienen aristas nuevas por donde abordarlas. En esos casos nada nuevo se puede agregar ni es posible modificar el contenido; eso modificaría la esencia de lo que nos proponemos decir. A pesar de las pocas posibilidades, recomendaría al redactor «reescribir» la nota. Conocemos las preguntas que debemos hacernos al redactar una noticia. Apliquemos también la Teoría de las Probabilidades, y conjuguemos el orden de la noticia. Esto será una manera de lograr que todos los radioescuchas «capten» la esencia del mensaje, al tiempo que el redactor pone en acción sus posibilidades creativas.

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