Entre otros avatares estético-artísticos, los panelistas y asistentes a la sesión de la mañana del viernes 9 de noviembre de 2012 debatieron en torno a los lenguajes, estilos, problemas de creación y, en general, a las formas de realizar el «audiovisual cubano actual».
La difuminación de las fronteras entre los géneros televisivos y cinematográficos como característica propia de la posmodernidad; la influencia en la producción de la democratización de las nuevas tecnologías entre los realizadores más o menos experimentados; y el entramado mercantil al que cada día más se someten las cintas en el mundo, fueron aristas analizadas por destacados realizadores del patio como las documentalistas Marina Ochoa y Belkis Vega, y los directores de cine, televisión y videos clips Charlie Medina y Rudy Mora.
Ochoa consideró que los más recientes documentales producidos en Cuba están caracterizados por una pobreza conceptual y temática. Según dijo la directora de Del otro lado del cristal (1995), «las realidades se están abordando de manera superficial» y «se denota falta de rigor en las investigaciones».
Por su parte, Charlie Medina (Penumbras, 2012), entre otros temas, hizo alusión a la comprensión incompleta de la televisión nacional, entendida como mero centro productor de ideologías y entretenimiento. «La televisión, según opinó, es también una productora de arte».
El director del ICAIC, Omar González, intervino en la sesión de manera particular. El máximo representante institucional del cine en el país al valorar la realidad de la industria, advirtió la necesidad de ponderar la formación cultural e intelectual de los directores, por sobre todo tipo de análisis teórico y tecnicista. Por ello insistió en la urgente necesidad de prestarle «horas nalgas a la cultura».
González coincidió con varios criterios expuestos en la cita que hicieron referencia a las deficiencias de los guiones y de la dirección de actores de la mayoría de las películas de los últimos años producidas en la Isla, y consideró vital la presencia de la crítica especializada en los medios para desplazar todo tipo de «demagogia populista» al evaluar la calidad de los materiales audiovisuales.
El director del ICAIC en otro momento hizo referencia también a la inminente avalancha digital. Según expresó, «el tránsito a lo digital en Cuba puede ser traumático si la voluntad política no lo toma en serio».
Si retórica fue el vocablo que resumió la esencia de las sesiones del Taller teórico de la pasada edición (2011) del concurso de Cine, Radio y Televisión, si los planteamientos fueron recurrentes en otras citas sin demostrar cauce alguno, al menos en la sesión sobre los Avatares estético- artísticos de la producción cinematográfica y el audiovisual, de la actual XXXIV edición (2012), los caracoles fueron mucho más certeros.