La diplomática aseveró que la isla nunca olvidará el firme respaldo recibido de los hijos de Harlem y de todos los hijos dignos de Estados Unidos, “que son los mismos que en número cada vez mayor desean que se levante el bloqueo y que se construya una relación normal y civilizada entre ambos países, sin condicionamientos.”
En su intervención en el evento convocado por el Comité Nueva York-Nueva Jersey Cuba Sí para rendir tributo al líder, quien falleció el pasado 25 de noviembre, Rodríguez destacó su relación con la Gran Manzana, pero en particular con la comunidad de Harlem, una barriada del norte de la populosa urbe, en el distrito de Manhattan.
Fue precisamente aquí en Manhattan, el 10 de octubre de 1955, en un acto en el que participaron casi 800 personas, cuando expresó aquel compromiso histórico: “En 1956 seremos libres o seremos mártires”, recordó.
La embajadora también rememoró en un abarrotado salón del Malcolm X and Dr. Betty Shabazz Memorial and Educational Center, que el primer viaje de Fidel Castro a Nueva York después del triunfo de la Revolución se produjo en septiembre de 1960, para asistir a la Asamblea General de la ONU.
Ya crecía entonces la hostilidad del Gobierno estadounidense contra Cuba y estaba prácticamente lista en la CIA la agresión de abril de 1961, contexto en el que la delegación de la Isla fue obligada a abandonar uno de los hoteles de esta ciudad, precisó.
De acuerdo con Rodríguez, lo ocurrido después lo expuso el propio Fidel en la Asamblea General, donde señaló que “un hotel humilde de esta ciudad, un hotel de los negros de Harlem nos dio alojamiento.”
En esta comunidad ya se había creado un comité de bienvenida, uno de cuyos miembros fue Malcolm X, el extraordinario líder afroamericano con quien Fidel se entrevistó en su habitación del hotel, explicó en una intervención interrumpida muchas veces por aplausos, en la misma instalación en la cual fuera asesinado Malcolm X, en febrero de 1965.
“Así, gracias a la solidaridad de este pueblo llegó Fidel al hotel Theresa, en el corazón de Harlem. Y Fidel también dejó su corazón aquí”, agregó.
La funcionaria recordó a los participantes en el evento de homenaje que el líder revolucionario regresó tres más veces a Nueva York para foros de la ONU, 1979, 1995 Y 2000, “en las dos últimas ocasiones pudo sentir nuevamente el calor solidario y la amistad de este pueblo, en los emotivos encuentros que se organizaron aquí. Y Fidel siempre devolvió ese cariño con sinceridad y amor”.
En sus palabras de agradecimiento, Rodríguez reiteró la firmeza del pueblo cubano en la lealtad al legado de Fidel Castro, y resaltó el estímulo que de cara a ese empeño representa la solidaridad de los estadounidenses, de los neoyorquinos y en particular de Harlem.