Atender las urgencias, sin perder de vista lo estratégico

De ahí que, al decir del viceprimer ministro Alejandro Gil Fernández —durante la más reciente sesión del Consejo Nacional de Innovación, que estuvo encabezada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez—, «el mayor desafío que tenemos en la actualidad es cómo avanzar en la implementación del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social».

El mecanismo que hemos identificado para ello, señaló, es a través del desarrollo de macroprogramas, programas y proyectos, lo cual lleva implícito un diseño de aquellas cuestiones que son más importantes para la transformación estructural e institucional, y el avance estratégico de la nación.

Acerca de cuál ha sido el papel de esos macroprogramas en el impulso a la innovación en el país, sectores y territorios, el Ministro de Economía y Planificación actualizó como parte de la agenda de trabajo de la reunión.

Los seis macroprogramas surgen, apuntó, como un instrumento para gestionar la implementación del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social, y cada uno de ellos coincide con uno de sus ejes estratégicos. Hasta el momento, dijo, se han diseñado 28 programas y 107 proyectos.

Con este Plan —enfatizó— no estamos trabajando la economía en las urgencias que nos impone la vida diaria. Con este Plan nos enfocamos hacia cuáles son aquellos programas y proyectos que nos van a permitir avanzar en un diseño estratégico, en una transformación positiva, favorable, de la economía del país, y que eso nos posibilite alcanzar las metas planteadas en nuestro Plan Nacional de Desarrollo.

Desarrollar una planeación estratégica, basada en la ciencia y la innovación, abre camino para encontrar soluciones novedosas, ajustadas a nuestro modelo económico y social, y con una mirada intersectorial, detalló Gil Fernández.

A partir de las acciones que se desarrollan, acotó, se logra una «participación mucho más abierta, mucho más integral, con diferentes aristas, puntos de vista y propuestas de solución, que ayudan a una mayor integralidad de las soluciones que se están trabajando».

Todo esto, por supuesto, no se puede decir que tiene un impacto de hoy para mañana, puntualizó. Es un sistema de trabajo nuevo, que va a ir acompañando la planeación estratégica del país y pone al Gobierno en condiciones mucho más favorables para avanzar en la implementación del Plan Nacional de Desarrollo, insistió el Ministro.

«No es una quimera, es una visión nacional del país, con objetivos, indicadores y metas de desarrollo económico y social que tenemos que alcanzar».

En ese sentido, destacó la importancia de comprender que el Plan Nacional de Desarrollo no sustituye al Plan anual de la Economía que comprende una planificación a corto plazo. El PNDES no asigna recursos, lo que hace es precisamente trabajar en la transformación estructural, buscar un desarrollo coherente y armónico, para que todos los sectores tengan la misma dinámica de crecimiento.

Diversos y enriquecedores resultaron los criterios emitidos por especialistas, investigadores y académicos, que incluyeron aspectos tan diversos como la necesidad de recuperar la gestión de recursos humanos en las empresas; avanzar más en la implementación del PNDES, para lo cual resulta esencial visualizar la relación que puede existir entre uno y otro proyecto; lograr un funcionamiento armónico de todos los niveles de trabajo, sobre todo el de base; articular entre sí los procesos; y trabajar con integralidad para avanzar de manera coherente. Es en la base, coincidieron los participantes, donde verdaderamente están las acciones transformadoras.

SOÑAR Y CONSTRUIR EL PAÍS
Lo primero que tratamos de lograr con esta planeación estratégica, reflexionó el Presidente de la República, es trabajar de conjunto, coherentemente, los ejes estratégicos que definen el PNDES; los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución; y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Ahora estamos dando salida, interrelacionando paradigmas que tenemos para trabajar, e integrando esos tres elementos con participación del sistema de ciencia, tecnología e innovación, señaló.

Destacó que si bien esta no es la planificación científica del país, sino la planeación estratégica, desde el Gobierno se está defendiendo una gestión que apoye desde la ciencia y la investigación todos los procesos que se viven en Cuba. De ahí la fortaleza que significa la inserción del sistema de ciencia, tecnología e innovación en dicha planeación.

De muchos otros conceptos esenciales para avanzar en la implementación del PNDES habló también el Jefe de Estado, entre los cuales destacó el trabajo de los grupos asesores; la importancia de haber incorporado el conocimiento de expertos desde que nacieron los diferentes macroprogramas, programas y proyectos; así como la necesaria retroalimentación de lo que se hace.

Consideró vitales la preparación constante de quienes intervienen en el proceso; la evaluación de impactos en las acciones que se implementan; la rendición de cuenta; y la comunicación, para hacer comprender a las personas qué estamos haciendo y con qué propósitos.

Todo lo realizado hasta aquí —valoró—, concede una dimensión más integral al Ministerio de Economía y Planificación en materia de la proyección económica y social. En el diseño que se ha hecho nada es de un solo sector, refirió, todo tiene relación entre sectores, todo tiene relación interdisciplinaria, y todo tiene elementos de diálogo a multinivel, «porque las soluciones son para aplicarlas en todos los niveles, desde el nivel local hasta el nivel nacional».

LA FORTALEZA DE FORMAR Y CAPACITAR

Como parte de la agenda de trabajo de la reunión, en la cual también participaron los viceprimeros ministros Inés María Chapman Waugh y Jorge Luis Perdomo Di-Lella, así como varios ministros, también se analizaron los programas de formación y capacitación para el fortalecimiento de la política y gestión de la innovación.

Al respecto, Jorge Núñez Jover, miembro del Grupo Ejecutivo del Consejo Nacional de Innovación, comentó un conjunto de acciones que se han previsto para fortalecer esa importante arista, teniendo en cuenta el papel de la innovación en la Estrategia de desarrollo del país. Es una realidad que demanda de una mayor formación de personas en estos aspectos, teniendo en cuenta la ausencia en Cuba de un sistema de capacitación y transformación en temas de política y gestión de la innovación, consideró.

Resultan cuestiones, se destacó durante el intercambio, que deben fomentarse en los profesionales desde que se inicia su formación universitaria, pues son ellos los agentes de cambio y tienen que ser capaces de identificar el mundo de la innovación desde etapas tempranas. De preparar a las personas bien, no solo sistemáticamente, se habló también en el encuentro, «porque son temas muy complejos y requieren total atención».

Innovación implica cambiar en lo organizacional, en procesos, en productos, en servicios, en comercialización; transformar para lograr resultados, consideró Mercedes Delgado Fernández, rectora de la Escuela Superior de Cuadros del Estado y el Gobierno. Y para lograr ese cambio tan necesario, valoró, se requiere que todos tengan cultura sobre esos temas.

En todo lo que hagamos —subrayó— en cualquier proyecto, en cualquier decisión, hay que buscar la innovación. Eso, incuestionablemente, dijo, necesita de la participación de todos, no solo de los cuadros, con diferentes métodos y enfoques criterios.

Por esos caminos transita Cuba, porque su desarrollo económico y social también depende de cuánta ciencia se ponga en ese empeño. Soñar y construir un país depende del esfuerzo y el empuje de todos.

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