Cuba avanzará, ¡Sí se puede!

Esta brillante definición contiene los elementos claves para construir una sociedad socialista, soberana, independiente y solidaria, que puede engrandecerse con la unión de los cubanos y las cubanas, y con esos sólidos pilares hacer frente a los intentos voraces y aniquiladores del imperialismo norteamericano. 

En el año que dejamos atrás, fueron múltiples los acontecimientos de gran impacto que colocaron a la mayor de las Antillas en el centro de la atención mundial. El histórico encuentro del Papa Francisco y el Patriarca Kirill; la visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a nuestro país; el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington, y la firma del cese del conflicto armado en Colombia, por citar algunos de los más importantes, reafirman el prestigio de Cuba en la arena internacional.

A pesar de los grandes esfuerzos realizados por nuestro pueblo, en lo económico se logró solo un 0,9 por ciento de crecimiento a causa de limitaciones en los suministros de combustibles y tensiones financieras agravadas en la segunda mitad del año, y debe destacarse que no se aplicaron terapias de choque y sí se mantuvieron los programas de beneficio social.

En el recién concluido período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, se hizo alusión a la persistencia e inmovilidad de las medidas del bloqueo económico, comercial y financiero por parte de Estados Unidos, fortalecido en los últimos años por cuantiosas multas impuestas a bancos internacionales que realizan transacciones con nuestro país.

Otro factor negativo que nos golpeó con crudeza fue el azote del huracán Matthew a la región más oriental de Cuba, lo cual incorporó contratiempos adicionales, y dejó un saldo significativo de destrucción de viviendas, centros educacionales y de salud, almacenes, instalaciones industriales y hoteleras, así como severos daños a las infraestructuras vial, eléctrica, hidráulica y de telecomunicaciones.

En medio de ese complejo escenario, el Estado cubano no dejó desamparado a ningún ciudadano y mantuvo el cumplimiento estricto de las obligaciones contraídas como resultado del reordenamiento de la deuda externa.

Esto es una muestra que solo en el socialismo, sí es posible destinar cuantiosos recursos para sostener una política social inclusiva, consolidar las conquistas alcanzadas y avanzar en la conformación del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, que es la meta suprema de la nación para los próximos años.

Todos estos propósitos no se harán realidad, si no es con voluntad, tesón, espíritu de sacrificio y fe inconmovible en la victoria, porque ese paradigma de resistencia nos lo enseñó Fidel, a quien debemos la fuerza para vencer las batallas más difíciles, reflejada en tres palabras que encierran la gallardía de todo un pueblo y un país: ¡Sí se puede!        

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