por Luis Velázquez Pérez, Doctor en Medicina, Especialista de II Grado en Fisiología y presidente de la ACC, afirmó en el encuentro que los reconocimientos constituyen la distinción más prestigiosa que otorga la ciencia cubana a la intelectualidad y a investigaciones de excelencia.
En el acto fueron concedidos también los correspondientes al CITMA, que salen de los de la ACC, y uno de ellos, por su relevancia científica, recayó en los autores del Diseño de nuevas moléculas híbridas, de la Facultad de Química, Universidad de La Habana.
Por su trascendencia medio ambiental lo ganó la Lista Roja de la Flora de Cuba, del Jardín Botánico Nacional; y por su impacto social «Las ataxias hereditarias y enfermedad de Alzheimer familiar en América Latina: contribución al Proyecto cubano de ataxias», del Centro de Investigación y Rehabilitación de Ataxias Hereditarias, situado en la provincia de Holguín.
Respecto al impacto económico lo obtuvo La implementación nacional de un sistema de vigilancia, basado en riesgo para alerta temprana ante la introducción en el país de la influenza aviar, del Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria, en Mayabeque.
El especial por su integración lo recibió la Facultad de Construcciones de la Universidad Central Martha Abreu, de Las Villas.
En una evaluación sobre el significado de los diplomas otorgados, el primer vicepresidente cubano dijo que se trata de un justo reconocimiento al trabajo científico y creador, que evidencia las potencialidades del sector en función de ayudar a la solución de problemas en el ámbito económico.
Calificó de hecho altruista, bondadoso y sincero el protagonizado por el General de Brigada ® Arnaldo Tamayo Méndez, primer cosmonauta cubano y de América Latina y del Caribe, quien entregó a la ACC la Medalla sobre Ciencia Espacial que le fue otorgada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
«Esos son los valores creados por la Revolución», exclamó al referirse a ese vuelo espacial conjunto en 1980, que constituyó un éxito de la ciencia cubana, y que la Medalla, concedida por primera vez en París, a fines de octubre pasado, pertenece al pueblo, a la ciencia, al Comandante en Jefe Fidel Castro y a la obra revolucionaria.
Llamó la atención de que no sea engavetado el fruto de los investigadores, sino introducido en la creación de bienes y servicios, convertido en innovaciones tecnológicas para el bienestar de la Patria y del socialismo.
