Justo el 7 de enero de 1959, Fidel le habló a los matanceros desde el balcón del edificio de Gobierno, frente al parque de La Libertad. En aquella ocasión expresó: «Tengo la impresión de que no ha quedado una sola alma en las casas de Matanzas, tengo la impresión de que aquí está Matanzas entero; es todo el pueblo, y todo el pueblo unido».
Personas de todas las edades, salieron hoy a las calles, esta vez para despedir a su Comandante en Jefe, cuyas cenizas encabezan el cortejo fúnebre que rememora el paso de la Caravana de la Libertad hace 58 años por ese territorio del occidente cubano.
Allí tomó una vía secundaria hasta Cárdenas, para pasar frente al inmueble donde vivió José Antonio Echeverría, actual Casa Museo, para retornar a Coliseo e incorporarse a la vía del centro, y proseguir su rumbo hacia el oriente.
En la Ciudad de los Puentes, miles de personas levantaron banderas y corearon: ¡Fidel; Viva Fidel! y ¡Yo soy Fidel!.
Desde Matanzas a Cárdenas, pasando por Coliseo y saliendo definitivamente por Jaguey Grande, los yumurinos no permitieron su tránsito en soledad; un mar abarrotado se movió junto a las cenizas del Comandante, custodiadas con cercanía por los Generales de Cuerpo de Ejército Leopoldo Cintra Frías, Joaquín Quinta Solas y Ramón Espinosa Martín, ministro y viceministros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), respectivamente, quienes acompañan los restos desde su partida de La Habana.
En las próximas horas, el itinerario que reedita el paso de la Caravana de la Libertad de 1959, se desplazará hacia Cienfuegos, donde miles de sureños aguardan para no perderse la última cita con el líder de Cuba.
En tanto, los villaclareños recibirán respetuosamente la Caravana de la Libertad, con las cenizas de Fidel, las cuales pernoctarán este 30 de noviembre en la Plaza de la Revolución Ernesto Guevara de la ciudad de Santa Clara. Para hoy se prevé realizar una vigilia de honor a quien dedicó toda su vida a favor de la dignidad y la independencia de su patria.