«Yo estuve en la zona roja, lamentablemente no como reportera sino como paciente, refiere la periodista Luisa Elena Rivera Cubelo. Estando allí me di cuenta que había mucho que escribir, que había mucho de qué hablar, que habían muchas historias que contar, y decidí hacerlo. «Lamentablemente no lo podía hacer a través de la radio tradicional como lo hubiera querido, pero lo hice a través de las redes sociales. Tomaba fotos de todas las personas que pasaban por donde me encontraba en el Centro de aislamiento Los Cocos y escribía algo sobre esa persona, lo subía a las redes. Tenía muchos comentarios, unas cuantas personas también me escribían al privado, me agradecían lo que yo estaba haciendo. «Fue la forma que encontré de resaltar el trabajo de todo el personal que labora en esos centros. Era mi compromiso con mi profesión, con aquellas personas que veía todos los días allí, mi compromiso con la audiencia, con mi Radio Victoria y con quienes me siguen.»
El también reportero Ordey Díaz Escalona reconoce que el producto final que recibe el oyente bebe del esfuerzo cotidiano de todos.
Más de un año y medio en esta batalla que estamos librando. Creo que en el caso de los periodistas no ha sido una excepción el esfuerzo que hemos tenido que realizar. De manera general la emisora ha tenido que divulgar, que comunicar, que entretener en sus funciones, la radio que no para.
Hay que reconocer el trabajo de nuestros locutores, de nuestros realizadores, de nuestros administrativos, de las auxiliares de limpieza, de todo el mundo, porque la radio es un trabajo de producción continua.
A mí que me ha tocado ir a múltiples reuniones del Grupo temporal de trabajo a veces miro las caras y digo: falta este o el otro que vino ayer, pero la radio tiene que estar todos los días porque tenemos que informar. Otro año de esfuerzo y sacrificio y aquí seguiremos.»
Locutores, directores, guionistas, asesores, los artistas tras el sonido o la imaginaria puesta en escena de una obra dramática también tienen atrás una carga personal muy fuerte, una doble rutina y el mejoramiento humano de cada quien.
Desde que la Covid-19 acecha los artistas del sonido han transformado rutinas para continuar al aire en un panorama adverso y apremiante. Gracias a los beneficios de la era digital y a la voluntad creativa, por medio de la red social de WhatsApp en la seguridad del hogar ocurre todo el proceso de grabación, incluyendo a directores, realizadores y actores, quienes se rigen por horarios preestablecidos para que el ruido ambiente no afecte la calidad de los audios. Sobre la experiencia ofrece declaraciones Elizabeth Borrero Batista, una de sus actrices.
Asimismo según refiere Wilber Antonio Díaz, director de programas y artífice principal de la iniciativa, en esta temporada hay una modalidad distinta pues se graba en tiempo real desde WhatsApp directamente al Adobe Audition, programa de edición utilizado comúnmente en la radio.
De forma virtual además ocurren los desmontajes de programas, las indicaciones y notas de dirección, todo el proceso llevado a cabo desde la disciplina y el respeto a la audiencia.
Con un ciclo de trabajo caracterizado por el dinamismo y la eficacia, el grupo encargado de la programación dramatizada en Victoria, demuestra que no hay reto imposible de vencer si imperan profesionalismo y talento.
Sus cuerdas vocales no denotan esfuerzo alguno:
«Bueno, aquí estamos, como siempre, con el mismo espíritu de trabajo y más ahora en estos momentos difíciles donde enfrentamos esta pandemia que nos está golpeando duramente.
«En esta parte que nos corresponde siempre vamos a estar a través de la programación, vamos a llegar, vamos a triunfar y a hacer lo que hemos hecho siempre: orientar, informar y educar al pueblo a través de la programación de Radio Victoria, que ya cumple 68 años en el aire.»
Una voz imprescindible para la radio en Las Tunas, Jorge Carbonell López, asegura el triunfo de quienes se entregan día a día a la audiencia, a casi siete décadas de aquel 20 de septiembre de 1953 cuando las primeras señales de Radio Victoria comenzaron a trazar un camino en el éter y en la preferencia de oyentes de esta provincia y un poco más allá.
Cuando la batalla por la supervivencia también aboga por la construcción de un mejor ser humano y la necesidad de enarbolar la solidaridad como bandera, nuestro sonido llega con el aporte de muchas personas imprescindibles que han dejado parte de su vida en estos pasillos, pero no para quitar momentos sino para sumar a lo bueno que regalan a cada minuto.
El grupo que realiza la programación dramatizada para la planta radial de Victoria, es motivo de orgullo por su esfuerzo e inventiva a las puertas del aniversario 68 de la emisora este 20 de septiembre.
Para ellos, el reconocimiento de todo el sistema de la radio de Cuba, porque desde Las Tunas, también la radio ha tejido su hermosa historia de tradición sonora.