Raúl y Díaz-Canel en clausura del Séptimo Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional (+Audio)(+Video)

Destacó en su intervención el apoyo en las opiniones no solo de los diputados, sino también con las de la población, en las que se apoyarán para perfeccionar la gestión con la responsabilidad que impone ser un servidor público.

El mandatario se refirió al complejo contexto mundial y las crisis que se han agravado por los años de pandemia. En este punto hizo un análisis de las muertes y contagios por COVID-19 a escala global, señalando que «el real impacto está por conocerse, lo que nadie pone en duda es su elevado costo para la economía mundial».

Cuba, a pesar de estar dotada por la obra de justicia social de la Revolución y un sistema sanitario universal y gratuito capaz de disponer de potencialidades científicas, no ha podido escapar del golpe pandémico. 

Desde el 2019 la economía ha transitado por condiciones excepcionales, los efectos combinados del recrudecimiento del bloqueo y el escalamiento de la pandemia provocaron que el país dejara de recibir más de 3 000 millones de dólares en ingresos.

Agregó que se han ejecutado significativos gastos en exceso al presupuesto para enfrentar la COVID-19, la protección de los trabajadores y la población en general. Todo ello, resaltó, ha limitado la capacidad de hacer frente a relaciones indispensables para sostener la oferta estatal, fundamentalmente de alimentos, medicamentos, así como los que demanda para su estabilidad el sistema electroenergético nacional, una difícil situación que provoca malestar e insatisfacción en la población.

«Tan solo en servicio de Salud y material gastable de atención a la COVID-19 se invirtieron unos 300 millones de dólares, mientras que los recursos para la operación y mantenimiento del sistema electroenergético nacional demandan, como mínimo, 250 millones de dólares por año».

El Presidente cubano manifestó que no haber ejecutado oportunamente los mantenimientos y no poder adquirir los recursos imprescindibles para la garantía del servicio, provocaron los molestos apagones que se han dado desde junio.

Aunque no han desaparecido las limitaciones, añadió, existe la disponibilidad de combustible y se destinó –en muy difíciles condiciones para aprobarlo– un financiamiento que permitirá, antes de concluir el año, recuperar 608 megawatts de potencia en la generación eléctrica con lo que irá mejorando, gradualmente, la situación de este servicio en todo el país.

Díaz-Canel comentó que en este contexto, se han producido condiciones que favorecen la inflación con la existencia de una demanda muy superior a la oferta, lo que constituye la principal prioridad en el trabajo del gobierno. Una de las soluciones a este problema, precisó, es el crecimiento de la oferta a partir de una mayor participación de los productores nacionales en nuestro mercado interno.

Gracias al control que se ha alcanzado de forma sostenida de la COVID-19,  se ha iniciado un proceso gradual de la actividad económica y social, a lo cual deberán contribuir las medidas aprobadas para dotar de mayor autonomía a la empresa estatal socialista y el perfeccionamiento y diversificación de los actores económicos. 

El Plan de la economía y el Presupuesto del Estado para el 2022 estarán orientados a proyectar la recuperación de los niveles de actividad fundamentales alcanzando una mayor autonomía en la gestión administrativas en los territorios, priorizar las medidas compensatorias para la atención a los más vulnerables y consolidar la implantación de la Tarea Ordenamiento entre otras actividades.

Por otro lado, el presidente se refirió al “oportunismo del adversario”. “Justo en los meses en que escaló la pandemia en el país, se hicieron frecuentes los cortes de electricidad y se contrajo la oferta de servicio, creando un clima favorable a la irritación y el descontento”.

“El enemigo histórico de la revolución cubana conocía la realidad y se lanzó con más saña sobre nuestra economía”.

Díaz-Canel señaló que en franca contradicción con las declaraciones del presidente Biden en la Asamblea General de las Naciones Unidas de favorecer el multilateralismo y cooperar en la lucha contra la pandemia a nivel global, “hacia Cuba se arreció el bloqueo, se dictaron nuevas sanciones y se activó un nuevo programa de desestabilización que cumple al pie de la letra el manual del golpe blando”. 

Ya no valen las tapaderas y los engaños sobre una supuesta revisión de la política del actual gobierno que repudió durante la campaña electoral que lo llevó al poder, ni los pretextos fraudulentos sobre la supuesta intención de favorecer al pueblo cubano y negar beneficios al Gobierno. Las evidencias están ante los ojos de todos para comprobar que los objetivos han sido, desde el comienzo provocar escasez económica, castigar al pueblo, perjudicar su nivel de vida, restringir sus ingresos».

En otro momento de su intervención, el Presidente de la República denunció que funcionarios diplomáticos estadounidenses se reúnen frecuentemente con los cabecillas contrarrevolucionarios, les brindan orientación, estímulo, apoyo logístico y de manera directa o indirecta, financian sus actividades.

«En sus plataformas comunicativas, incluyendo las redes digitales, emiten a diario pronunciamientos ofensivos que constituyen entrometimientos abiertos a los asuntos internos de nuestro país.

«Es justo preguntar cuál sería el comportamiento del gobierno de Estados Unidos ante cualquier embajada acreditada en Washington, que se dedicara a instigar, orientar, motivar y financiar a cualquiera de los grupos extremistas y las actividades ilegales que atentan contra la vida y el orden público de ese país».

Sería bueno conocer, señaló, cómo el Gobierno de ese país respondería a una embajada que públicamente se dedicara a promover la desobediencia civil, manifestaciones políticas y marchas masivas en contra de la legalidad establecida.

Con las recientes provocaciones, queda claro que está en curso contra nuestra nación una operación concertada desde Washington, dirigida a generar la imagen de que Cuba es un estado fallido y que ocurren atropellos a la ciudadanía, alertó.

Incluye, además, el propósito de lograr que otro países se unan a las medidas de agresión económica y que desde los propios Estados Unidos se tomen medidas de mayor envergadura, agregó.

«La verdad siempre se impone por muy poderosas que sean las herramientas que hoy existen para ocultarla o distorsionarla. La mentira podrá propagarse como se disemina el virus de la COVID y tendrá el poder de confundir y contagiar a muchos, pero no podrá doblegar la voluntad tantas veces probadas de este heroico pueblo».

En contra de los planes del imperialismo, estamos venciendo a la pandemia, como hemos vencido y venceremos los planes del enemigo, aseveró.

«El bloqueo es y seguirá siendo un obstáculo fundamental para las estrategias y potencialidades de crecimiento económico, pero no es un impedimento insuperable. Seguiremos luchando contra este, incansablemente, con el respaldo de la comunidad internacional.

«Nuestro desarrollo y el bienestar del pueblo tendrán que depender del esfuerzo que hagamos y de la inteligencia que aunemos, conscientes de que la cruel guerra de Estados Unidos persistirá, mientras persista en ese país el anhelo de adueñarse del destino de Cuba».

El bloqueo, afirmó, no es solo un castigo a la resistencia, es el método cotidiano de impedir que el socialismo se asocie al crecimiento, al progreso y a la prosperidad. 

«No, el socialismo no es el responsable de nuestros problemas; el socialismo es la única explicación que hayamos sobrevivido a ese cerco feroz y genocida, sin renunciar a desarrollarnos».

Resaltó además, que solo de nosotros depende la respuesta digna a ese inmerecido castigo. La Revolución está y estará permanentemente desafiada a hacer excepcional por la capacidad de su pueblo de resistir y crear.

«Gracias a nuestro sistema, a la integración de todas las fuerzas en pos de un mismo objetivo, es decir, a la unidad en torno al Partido, Cuba tuvo respuestas inmediatas para enfrentar la pandemia».

En otro momento de su intervención Díaz-Canel señaló que los  enemigos de la Revolución, muchos de los cuales atacaron el proceso que condujo a la aprobación de la Carta Magna del país, hoy pretenden servirse de los derechos que esta otorga para destruir la obra que esa Constitución defiende y protege, convocando a una marcha que ya se sabe responde al guion de guerra no convencional que se trata de aplicar a nuestro país.

«La Ley de leyes no puede ser interpretada a conveniencia. Mucho menos en interés de aquellos que son los primeros en no respetarla», sentenció.

Díaz-Canel agregó que nuestra Constitución consagra los principios de independencia y de soberanía de los pueblos, reconoce el derecho a la libre determinación, condena la intervención directa o indirecta en los asuntos internos de cualquier Estado y por tanto, la agresión armada y cualquier forma de coerción económica o política. 

«Una manifestación deja de ser pacífica en el momento en que los participantes acudan a ella con la intención de alterar la normalidad de la vida comunitaria, la paz social, con la pretensión de subvertir el orden constitucional y posicionare como discrepancia al socialismo, y más aún cuando todo ello se hace siguiendo un guion conectado con los intereses políticos de un gobierno extranjero que mantiene, hace seis décadas, una guerra económica con nuestro país».

El Presidente cubano expresó su agradecimiento a la comunidad científica por su aporte invaluable a la lucha contra la pandemia de la COVID-19 y destacó la visionaria política de Fidel y la continuidad que le dio Raúl.

Reconoció, igualmente, el papel de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior, y su apoyo en la riesgosa misión de producir, trasladar y servir oxígeno a los hospitales, en las horas más críticas para el país.

“Hoy somos el primer país en América Latina con tres vacunas y dos candidatos vacunales en desarrollo, y el primero del mundo en comenzar la vacunación masiva infantil de dos a 18 años”. 

“El país se prepara para abrir fronteras y reanudar el curso escolar. Dan ganas de celebrar por nuestros niños, médicos, científicos, nuestras vacunas y nuestro pueblo. Por Fidel que vuelve una y otra vez en cada obra suya de legítima fe en los seres humanos que salvan vidas e iluminan el horizonte”. 

Hay más de una razón para que la celebración sea responsable y contenida, agregó. “En muchas partes del mundo se producen rebrotes. En ese mundo vivimos y nos toca enfrentar el riesgo. Hagamos el éxito perdurable”. 

“El 15 de noviembre Cuba reabrirá sus fronteras y los estudiantes volverán a la escuela. La Habana esperará su aniversario. La vida irá retomando su curso, con la mayor alegría, pero alertas. Nadie va a aguarnos la fiesta. 

“Ya estamos vacunados contra la covid-19 y contra el miedo lo hemos estado siempre. Tenemos Patria y defendemos la vida”, concluyó.

 

 

  

Fuente. Granma, Cubadebate / Editora. Carmen Torres

 

 

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