Ser de la radio

A los profesionales Abel Falcón Curí, de CMHW, Villa Clara, y Ramón Espígul Menéndez, de Radio Rebelde, se les otorgó, en la tarde de ayer, el Premio Nacional de Radio 2022.

La radio en Cuba es mucho más que un medio masivo de comunicación. Al entregarle sus hacedores la vida, cada emisora de radio se transforma justamente en eso: un dador de vida para el pueblo.

No existe otra explicación posible para abordar la satisfacción de todo aquel que se sienta cautivado por la magia del hechizo radial. Así ha sido desde siempre. No importa la naturaleza del mensaje enviado a través del éter, si son noticias, musicales, humorísticos o dramatizados, el que recibe agradecido del espectro sonoro aquello que ansía escuchar, lo incorpora de inmediato al archivo de su memoria afectiva.

No obstante, para que eso nos llegue como debe ser, tiene que previamente haber una voluntad expresa por parte de los radialistas implicados. Y esto solo sucede gracias a la comprensión cabal de lo que significa entregarse al oyente. Es la combinación perfecta del talento con el rango profesional imprescindible, para entonces, con mucho amor, materializar el increíble privilegio de hacerles vibrar las fibras sensibles a los que escuchan.

Sin embargo, valga la observación de que, hasta el más mínimo detalle tomado del aire en una emisora, es el resultado de todo un sistema interconectado de individuos cuyas responsabilidades conviven como las que podemos observar en una colmena.

Quien menos uno se imagina es señalado como un componente esencial de la familia radial, ya sea por el empeño de un editor en alcanzar la perfección, de un ingeniero por reparar con prontitud un desperfecto técnico o hasta la amabilidad del recepcionista. Todo este accionar contribuye en el tono requerido para hablar ante el micrófono y así dar lugar a la multiplicidad de propuestas que se ofrecen en la radio.

Nadie puede predecir hasta dónde serán capaces de llegar los adelantos de las nuevas tecnologías en los medios masivos de comunicación, ni tampoco imaginar el encanto que nos atrapará. Mientras tanto, en nuestro país, les tenemos adelantada una fascinación ya centenaria por este medio tan querido y respetado por el pueblo.

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