Tula: El legado para la Radio Cubana

El 23 de marzo de 1814 nació en Santa María del Puerto Príncipe (hoy Camagüey), María Gertrudis de los Dolores Gómez de Avellaneda y Arteaga, quien fallecería en Madrid, España, el 1 de febrero de 1873; por tanto, no conoció la radio.

Sin embargo, su tan apasionada y apasionante vida y obra, ha sido y sigue siendo ejemplo y motivo de inspiración para cualquier radio del mundo; no solo la cubana.

De ella no pudo sustraerse nuestro Martí, quien,en la revista Universal (México, 28 de agosto de 1875) le dedica sus palabras al valorar el libro del escritor chileno José Domingo Cortés, “Poetisas americanas” (entre las que ya entonces, la había incluido), y Martí la valora “atrevidamente grande”, y apunta que sus dolores “…son fierezas (…) no sintió el dolor humano; era más alta y más potente que él (el dolor); su pesar era una roca…” y continúa en una muy recomendable lectura, comparándola con otra inmensa poetisa cubana: nativa de El Cobre cercano a Santiago de Cuba, Luisa Pérez de Zambrana, incluida también en el mismo libro.

Conocida cariñosa (casi familiarmente) como Tula, “La Carcajada” o su seudónimo “La Peregrina”, fue uno de los mayores hitos del romanticismo mundial; España la reclama como propia, y no caigamos en extremos intolerantes descontextualizados: a la sazón, Cuba era España de ultramar, y ella misma vivió y buena parte de su obra la generó en España, con quien la podemos compartir con orgullo y para mayor lustre universal.

Otros de una supuesta intelectualidad cubana, la han acusado de no ser cubana, algunos por su vida y lazos en España, otros porque nunca incluyó en su obra “el problema cubano”, que, según ellos, era el negro, el racismo y la esclavitud; extremo que además de intolerante, es ignorante, porque obvia que a esos no se reducía “el problema cubano”, del que solo eran parte, sustancial sí, pero parte, del “problema cubano”, aún colonia española.

También ignoran su primera novela, cumbre no solo de Tula (justo la obra que la dio a conocer al mundo) sino del romanticismo en todo el planeta: Sab, reconocida como la primera novela antiesclavista en todo el orbe (1841), con tendencia realista, abolicionista, notable por la pintura del paisaje y las costumbres cubanas, publicada en Cuba por la editorial Arte y Literatura en 1976, sobre el instruido y refinado pero mulato y esclavo enamorado de la dama blanca adinerada, quien al final se arrepiente de su compromiso con el blanco interesado solo en su dote, sugiriendo que podía haber sido más feliz con Sab, que se sacrificó por ella pero ni con dinero lograría desposarla por su color, aunque ella nunca podría olvidarlo, lo que en aquella época era mucho más revolucionario que si hubiera sido un blanco rico que no olvidara a una esclava, tan común, pero hipócritamente silenciado.

Detrás de criterios semejantes que tanto dañan nuestro patrimonio nacional, en el que Tula brilla con luz propia y radiante, hay también misoginia, regionalismos, racismos de verdad (y no del que la acusan), luchas por el protagonismo y otras miserias humanoides en las que no vale la pena detenernos, pero sí denunciarlas por el menoscabo que buscan de nuestros más excelsos valores, porque no ha sido solo Tula el único hito cubano que han querido extirpar de nuestra cultura cubana patria, que vence prejuicios y es de todos y para todos, como soñó Martí.

Eterna rebelde, ya con 15 años rompió el matrimonio que dos años antes le había arreglado su abuelo materno con un rico pariente lejano, por lo que quedó excluida del testamento. En 1836 por decisión de su padrastro que convenció a su madre, viaja a Europa por primera vez y es cuando nace su antológico soneto Al partir; radica en Burdeos, La Coruña, Sevilla, Madrid…

En España tuvo sus primeros amores, incluidos el escritor y abogado Ignacio de Cepeda y Alcalde (a quien escribió su autobiografía en Sevilla, 1839), y el poeta Gabriel García Tassara, de quien es su hija que nace enferma y muere a los siete meses, sin el calor paterno; allí fueron sus dos matrimonios de los que enviudaría, el primero en menos de tres meses enfermo, y el otro a los dos años herido en un duelo contra quien consideró que le había querido sabotear una puesta en escena a ella; todo ello, lógicamente, se adobaba en su obra, de una u otra manera.

En su novela Dos mujeres (1842) apoya el divorcio, también muy revolucionario entonces pues no se legalizó en España sino hasta 1932, casi un siglo después; en otra novela (Espatolino), denuncia la terrible situación del sistema penitenciario antaño., y en Guatimozín muestra erudición histórica en el México que conquistaba España. Con tanta fama y éxito, llegó a ser considerada la segunda mujer más importante en Madrid, después de Isabel II, pero en 1853 al presentarse para la Real Academia Española, la misoginia no la aceptó, como no aceptaron a ninguna mujer hasta 1979, cuando fue reconocida Tula.

Su serie de artículos La mujer, planteaba la igualdad intelectual entre mujeres y hombres, y llega a declarar la superioridad femenina al respecto: “No ya la igualdad de los sexos, sino la superioridad del nuestro”, según se aprecia en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Regresó a Cuba en 1859 tratando en vano de sanar a su esposo, y el Liceo de La Habana la proclama poetisa nacional; dirige la revista Álbum cubano de lo bueno y lo bello (1860), y luego viaja por New York, Londres, París, y regresa a Sevilla y Madrid.

Muy fecunda y versátil puede calificarse la obra literaria de Tula, y según uno de los directores de programas radiales de Radio Cadena Agramonte, José Alberto González Quiroga, toda esa vastísima obra ha sido radiada en esa emisora interviniendo su Grupo Dramatizado de Radio, en unos u otros programas incluidos los especializados por ejemplo en las personalidades camagüeyanas, lo que implicaría toda su intensa vida y obra, esto es: además de sus epístolas y novelística (más de diez novelas) ya referidas, sus obras de teatro (casi una veintena, comedias y tragedias), su poesía (se citan más de 20 clásicas; en algunas de ellas innovó en el metro, precursora del modernismo décadas antes), casi diez leyendas, su Diario de amor, publicado con prólogo y notas de Bernardo Callejas por la editorial Letras Cubanas en 1981 con su epistolario con Cepeda (1839-1854), cuya viuda publicó en 1907, tras morir él; valorada entre las precursoras de la novela latinoamericana y del feminismo moderno, se le detecta interés además, para el ambientalismo actual.

Y no solo en la radio camagüeyana: en Radio Progreso, Orieta Cordeiro, Premio Nacional de Radio, nos cuenta que no podía sustraerse de referir monografías sobre la Avellaneda en sus espacios especializados Nosotras y Huellas; pero también sus notas biográficas se han leído en varias casas radiales como el de Radio Habana Cuba, Radio Reloj, Radio Rebelde y Radio Ciudad de La Habana, emisora que nos aportan Mileidy Martínez Parra y Silvio Hernández Labory, a fines de los años 80 radió su vida con la interpretación de Iraida Albelo y Néstor Jiménez, dirigidos por Héctor Pérez Ramírez, grabados por Cary Otero y musicalizados por Xavier Rodríguez Stens. Aun muchos recuerdan la radionovela Sab.

En el año 2014, cuando se le dedicó la XXIII Feria Internacional del Libro de La Habana y muy cerca de su casa natal se le levantó una escultura monumental en bronce, el novedoso libro La Avellaneda en su bicentenario, de los tan prestigiosos Drs. Luis Eduardo Álvarez Álvarez y Olga García Yero, fue de los contundentes homenajes que se le ofrendó entonces, rememorando ediciones previas como el centenario en 1914, cuando fue la primera mujer reflejada en nuestra filatelia, que luego la retomaría, y muy cerca de su casa natal, se inauguró el teatro Avellaneda.

Su nombre se le dio a una mariposa diurna cubana en 1860 por su amigo el naturalista alemán en Cuba, Juan Cristóbal Gundlach, lo ostentan una sala del Teatro Nacional de Cuba en la habanera Plaza de la Revolución, el Centro de Promoción Literaria camagüeyano, la Casa de Cultura de Nuevitas y el taller literario de Florida, ambos en la provincia Camagüey, y otros en Cuba como en España, incluidas calles.

Se ha publicado buena parte del resto de su literatura y se han llevado a escena varias de sus obras de teatro en distintos escenarios y medios, infaltable en casi toda antología de poesía y de teatro cubano e incluso iberoamericano, y de la cultura cubana en general; y quizás aun insuficientemente, sin embargo, como hemos mostrado en estas cuartillas, nuestra radio en general ha sabido aprovechar el alimento con que nos inspira, crece y guía, la vida y obra de Gertrudis Gómez de Avellaneda.

Autor

  • Dr. C. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez

    (La Habana, 1957) Licenciado en Historia del Arte (1982) y Licenciado en Historia General (1986), Técnico Medio Superior en Arqueología (1984) y Técnico Medio Superior en Museología (1985), Doctor en Ciencias sobre Arte (2001) y Máster en Antropología con Mención en Antropología Sociocultural(2001), Diplomado en Historia General Contemporánea (2006), Profesor Titular de la Universidad de La Habana (2002) e Investigador Titular (Ministerio de Cultura y Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, 2004).

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