Un hito nacido con la Radio Cubana: Desde Santiago de Cuba, Antonio Lloga Simón

Igual el eterno agradecimiento es para quienes se han dedicado a investigar y promover de disímiles maneras, a esos y otros hitos culturales.

En este caso me refiero a Josefa Bracero Torres con su antológico libro Otros rostros que se escuchan (en particular, entre sus páginas 27 y 29, Estreché sus manos muchas veces, colección “Voces” de Letras Cubanas, 2007; y al periodista Reinaldo Cedeño Pineda, Premio Nacional de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro, en cuyo artículo publicado en el diario Juventud Rebelde se inspiró Bracero Torres para el texto citado.

Nació con la radio cubana (en 1922), casi hermanos de un mismo parto, este 5 de septiembre se conmemoran 24 años del fallecimiento de Antonio Lloga Simón, quien en 1937 formaba un cuadro de declamación con sus alumnos, en la escuelita del territorio occidental de San Antonio de Río Blanco.

Ya en 1938, con solo 16 años, comenzó como locutor y actor en la emisora CMCH, lo que luego continuó en otras emisoras radiales de diversas regiones cubanas, como RHC Cadena Azul, Radio Progreso, la Cadena Oriental de Radio, CMKH y CMKS de Guantánamo, y CMKG de Las Tunas.

Los aportes que hizo desde la CMKC de Santiago de Cuba, son valorados con ahínco, por su vastísima obra dramática, además de haber creado en 1968 el primer noticiario infantil, antaño con las voces de sus hijos Carlos, Gustavo y Scherezade. En febrero de 1999 otra inmensa de la radio cubana, la radialista Carmen Solar, reconocía en entrevista a Josefa Bracero que ese fue el programa que serviría de base para crear en Radio Progreso, El corresponsal Rapilisto.

De la prolífera obra de Antonio Lloga, el espacio El festival del saber, llegó a ser la máxima aspiración de los muchachos que asistían a su taller-escuela de actuación en la CMKC; y el estilo de La familia del lío, fue el que en vano, trató de copiar la producción humorística de otras plantas del país.

En el mismo Santiago de Cuba, el laureado escritor José Soler Puig (autor de Bertillón 166) reconocía entre las actuaciones más brillantes a su obra radial, al gallego personificado por Lloga en El macho y el guanajo. La propia Bracero da fe de la modestia y sencillez de Lloga.

En su artículo, Cedeño remedaba que Lloga, “en su afán de la veracidad y la inspiración”, solía ir a los lugares sedes de los acontecimientos; así, para Cuando el monte ruge, que aborda el tema de la emigración francesa a la Sierra Maestra, estableció su campamento en La Gran Piedra; dicha obra fue recreada por el Grupo Dramático de Radio Cadena Agramonte, a principios de la década de los años 70. Lloga los asesoró personalmente y para ello se radicó en la ciudad Camagüey; realización de la que luego expresaría su mucha satisfacción, para beneplácito de todos los involucrados.

A diez años de su deceso, con toda razón y justicia, … y para perpetuar su legado, se concibió el Festival Nacional de la Radio Joven Antonio Llogain Memoriam; evento que es taller y concurso, y que, con tanta ética como inteligencia, se ha multiplicado en cuantiosas acciones y propiciando otros eventos, y ha sabido honrarse honrando a quienes lo merecen por su obra en la radio en cualquier rincón cubano.

Y no son pocas las significativas cimas de la cultura radial cubana que, al ser allí reconocidos, y al compartirlos y protagonizarlos de las más disímiles maneras y en los más diversos grados, los han potenciado y expandido, incluido el legado de Antonio Lloga Simón, mucho más allá del tiempo y el espacio.

Así, por ejemplo, Iván Pérez Ramírez, mucho antes de ser reconocido como Premio Nacional de la Radio en el año 2011, recuerda cuando del 13 al 15 de septiembre de 1996 en Santiago de Cuba, tuvo lugar el IX Taller y Concurso Nacional de Radio Joven Antonio Lloga in Memoriam; dentro del cual, a la sazón, el sábado 14 fue el moderador del taller La musicalización en la radio, todo un acontecimiento para los asistentes a ese evento de radiofonistas cubanos.

Iván Pérez me ha confesado que años más tarde continuó vinculado al evento (siempre en septiembre) como jurado y en otras calidades, y aun se emociona al rememorar aquel 24 de septiembre del año 2011, cuando al instituirse por primera vez la Distinción Maestros de la Radio, se le otorga en este, como un contexto idóneo para tal homenaje.

Y luego se mantuvo participando asiduamente y rememora en especial aquel año 2016, y luego el Lloga del 20 al 23 de septiembre del año 2018, cuando recibió la Distinción Aniversario 30 en el mismo taller y concurso, asumido como correspondía al tratarse de la Radio Joven, por la Asociación de Jóvenes Artistas de Cuba Hermanos Saíz.

De esta manera la AHS estrechaba vínculos con aquellos a quienes,  de una manera u otra, habían aprendido a crecer, y con quienes sabiamente, se continuaban retroalimentando.

Otro de los Premios Nacionales de la Radio de 2002: El insuperable Alberto Luberta Noy, en septiembre del año 2015, acudió a su invitación con su esposa Caridad Martínez González (también Premio Nacional de Radio, 2008) para ser reconocido en ese contexto, como Maestro de la Radio. Y no son los únicos.

El “Antonio Lloga In Memoriam” ha crecido con su nombre, ha sido una de las maneras de preservar el legado con que aún nos nutre y crece (y nos continuará nutriendo y creciendo a las futuras generaciones de creadores que aman y viven por la Radio.

Claro que la Radio exhibe en su casi centenaria existencia otros eventos que la prestigian. Pero, el Lloga de Santiago, denominado así por la hermosa trayectoria sonora de Antonio Lloga Simón, es una joya, un hito de la radiodifusión cubana.

Reverenciemos a quienes se han esmerado en hacerlo justo objeto de estudio para publicarlo, para promoverlo, para profundizar en toda la vida y obra de aquellos que por sus valores propios han dejado su huella en la Radio y en la cultura cubana, toda.


  • Noticiero del Taller y Concurso Nacional de la Radio Joven Antonio Lloga In Memoriam- Versión de 2018 (VIDEO)

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