Alza la voz el patrimonio cubano desde el dial

Con la llegada de su aniversario 16 esa emisora exhibe su consolidación como proyecto en la medida que se expandió poco a poco en la señal y en el alcance de sus contenidos, con una abrumadora aceptación de los oyentes.

Si en su arrancada llegaba únicamente al municipio La Habana Vieja con una veintena de programas durante las tres horas que salía al aire; su alcance comunitario varió a favor de toda la ciudad, aumentó el número de espacios y también la potencia de la señal, lo cual permitió su expansión por Cuba.

La antigua provincia de La Habana, hoy Artemisa y Mayabeque, y luego las siete villas fundacionales de la Isla recibieron la programación que hoy cuenta con más de 90 espacios radiales, en un ejemplo de cómo la emisora identifica a la voz del patrimonio cubano.

“Todo hombre en sí, todo ser humano, tiene una sed de conocimiento natural, una sed de eternidad natural (…) Nunca se deja de aprender, de estudiar, de buscar la verdad y de constatarla (…) Al futuro no se puede ir sino desde el pasado. Ese ejercicio de la memoria puede comenzar en nuestra propia casa – porque creo que es la hora de saber quiénes somos y de dónde venimos”, apuntaba en sus reflexiones Leal Spengler.

Ese propósito impulsó la creación de Habana Radio como un mediador: la Oficina del Historiador de la Ciudad había desarrollado una obra visible en la ciudad para la conservación del patrimonio, pero sin un medio que expandiera su labor.

En la búsqueda de un mayor intercambio con la comunidad, como forma de aunar voluntades a la obra rehabilitadora, educar a la ciudadanía para mantener lo conseguido y elevar el sentido de pertenencia con La Habana, su historia y sus hijos ilustres.

 “Su fundación, el 28 de enero, no fue casual. Habana Radio lleva intrínseco un discurso martiano y de cubanía. La planta orienta y traza la política de la Oficina del Historiador de la Ciudad y tiene, al mismo tiempo, una vocación de elegancia que siempre ha conservado para satisfacer a sus oyentes”, declaró a la prensa el historiador de la Ciudad de la Habana, Eusebio Leal Spengler, uno de sus máximos impulsores. 

La música; literatura; cine; teatro; danza; artes visuales; historia; arquitectura, diseño y urbanismo; ciencia, tecnología y medio ambiente; deporte; culinaria; política; así como salud y orientación psicológica y social, encuentran sitio en los programas de la emisora.

El rescate de los valores patrimoniales de Cuba y el mundo, su función como puente de intercambio entre las otras villas fundacionales del país que están realizando un trabajo de rescate del patrimonio,  la derrota del habanerocentrismo para convertirse en voz de todos aquellos que en el país están trabajando con tanta pasión y entrega por el rescate del Patrimonio Nacional, constituyen algunos de los logros reseñados por la directora de Habana Radio, la periodista Magda Resik.

A la par del desarrollo de la planta matriz nacieron otros proyectos de notable impacto: el sello discográfico La Ceiba, con un perfil cultural destinado a promover la producción musical cubana; la Productora de Audiovisuales de la Oficina del Historiador de la Ciudad, originada en las entrañas de Habana Radio y el proyecto “Cultura entre las manos” – medio no tradicional para comunicar el patrimonio – con el objetivo de acercar a la historia, la cultura y la identidad de nuestro país a la comunidad sorda, cuyos miembros no pueden hacer un uso convencional de la radio.

“Logramos conformar un perfil nuestro, en que estuvieron claramente definidos objetivos: cubanía, valores perennes de la cultura cubana y de La Habana, personalidades y perfiles, pensamiento social, un cuerpo noticioso de la cultura verdaderamente válido y una serie de intereses humanos que la emisora ha planteado”, declaró la directora de la emisora con motivo de su aniversario 15.

Habana Radio contribuye a la preservación del patrimonio desde la difusión de comunicación pública como un espacio la educación ciudadana, Como asegura el Historiador Eusebio Leal, los medios nos permiten cumplir ese rol educativo que tanto favorece las relaciones de las personas con los bienes patrimoniales.

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