La Reina cumple 80 (+ Audio)

arrow-111EN AUDIO: Acogió CMHW celebración por sus 80 años en el aire

Pero no. Fue la Perla del Sur, ciudad con donaire francés y que ya por esos años se atrevía a reclamar celosa el título de capital provincial, la que nos robó ese privilegio. De modo que, en el número 220 de la que fuera la antigua calle Arguelles esquina a Gacel, se emitió la primera señal de la Reina Radial del Centro.

Claro que no con la pujanza que alcanzaría después, porque, como explicaban los propios medios de la época, la estación surgida en la óptica «El lente de Oro» tenía una potencia de 100 Watts en antena, un amplificador de 20 y una alimentación a base de vapor de mercurio. Lo necesario para que la emisora, que emitía desde la propia sala de la casa del Doctor Ramón González, se escuchara en la Perla, y ni un poquito más allá.

Sin embargo, eran días de radio, y en una carrera apresurada por crear nuevas plantas, o comprar aquellas existentes, no pocos hombres empeñaron su esfuerzo. Tampoco era nada raro que las principales ciudades monopolizaran las más eficientes, como sucedió cuatro años después cuando el empresario Guillermo Domenech fue hasta Cienfuegos para llevar la W hacia Santa Clara.

De un costado del antiguo Parisién a la esquina entre Marta Abreu y Zayas, y posteriormente del edificio de la RHC Cadena Azul a la actual ubicación en el Palacio Municipal del Gobierno, los constantes traslados de la emblemática planta, hablan del tortuoso pero ascendente posicionamiento de una emisora octogenaria de triunfos.

Y así fue como la vigésimo cuarta letra del alfabeto español comenzó a adquirir especial significación para los villaclareños. Así, sencillamente: W. ¡Lo dijo W! Bastaría con mencionar esta consonante para certificar o dar credibilidad absoluta a una información.

80 años avalan nuestra historia, dándole alma corazón y vida a todo un pueblo que hoy reconoce en este medio al más confiable y querido. Y cada día son miles los que sintonizan sus preferencias para saber la última verdad, enternecerse con su novela, amanecer con una tonada o conocer lo que se vende, compra o permuta. No solo en Villa Clara, también en la hermana Cienfuegos, ya capital provincial, y un poquito más allá. Dondequiera que un cubano busque lo genuino en el dial.

Aunque dicho así pareciera todo sencillo, cuando por el contrario es inefable ese lazo romántico que nos une con la audiencia, y que alcanza insospechados límites.

¿Dónde quedan aquellas oscuras jornadas de apagón en que alguna batería podía traer ¡Qué noche! a nuestro hogar en penumbras? ¿Dónde el entrevistador de pueblo que a pesar de las rudezas del bolsillo decidió con su gente estar aquí, o aquellos que ni con implacables ciclones se han apartado del micrófono para transmitirle la información que por otra vía no llega, o esa confianza que las rachas quisieran llevarse también?

¿Dónde quedan los días de naranja intenso, y pasiones encendidas, cuando generamos olas de gritos con el último jonrón de Pestano? Y las encendidas polémicas, o el despertar en familia, que es despertar con la Patria.

Donde estén, en el éter o en el alma, ya se han hecho historia. Los que trabajamos desde W, no nos envilecemos con los lauros conquistados. Agradecemos el aplauso del pueblo, y porque nos sabemos felices herederos de un pasado ejemplar, seguimos haciendo radio desde Santa Clara, en el centro de Cuba.

Desde una CMHW que, aunque nació en Cienfuegos porque así lo quiso el destino o por obligada coincidencia, como Santa Clara, celebra su día, cada 15 de julio.

Autor