RadioCentro: Genuino patrimonio de la cultura cubana

El 3 de marzo de 1946, hace 77 años, comenzó a construirse un edificio emblemático para toda la radio y luego la televisión, cubanas; no en balde llamado Radio Centro, en 23 entre L y M, con tanta impronta, que generaría hacia el Malecón una nueva y trascendental barriada: La Rampa, que se identificaría desde entonces justo por los edificios en altura y la máxima población flotante de toda Cuba, sobre todo aquella de interés recreativo, aunque no solo; además de todos los aportes que legaría a toda la cultura cubana e internacional.

Se concibió al estilo del Radio City(1932) en Manhattan, New York, como un complejo de cine, estudios de radio y casi de inmediato, de la televisión también, con una galería de tiendas y un teatro, comercios, oficinas… Tenía diez plantas y tres ascensores.

Su artífice fue el acaudalado magnate santiaguero (1912-1993, luego nacionalizado argentino) de los medios de comunicación, Goar Mestre Espinosa, quien pretendía así reunir las múltiples emisoras radiales hasta entonces tan dispersas, otorgándoles este edificio como su centro en área que devenía cada vez más céntrica y en lo cual este aporte fue más decisivo aún, apoyado por varias firmas estadounidenses como RCA Víctor y la Warner Brothers, y se dotó al edificio con los más modernos y costosos equipos de grabación. Se inauguró oficialmente el 12 de marzo de 1948, como sede del Circuito CMQ S.A., y fue bendecido por Manuel Arteaga, Arzobispo Cardenal de La Habana.

Fue el primer edificio habanero con aire acondicionado centralizado y es sede desde su fundación en 1965, del Instituto Cubano de Radio y Televisión (Icrt), y el popular cine que nació como Warner, pronto tomó el nombre del edificio: cine Radio Centro, y desde 1968 para homenajear la Guerra de los Diez Años en su centenario, cine Yara.

De estilo racionalista y funcionalista e interés arquitectónico (el primer edificio de arquitectura moderna, el primero multifuncional), artístico y cultural en general e histórico, es obra del entusiasmo y buen hacer deMiguel Gastón yEmilio del Junco Ramírez y la maestríadel arquitecto vasco Martín Domínguez Esteban (San Sebastián, 1897-New York, 1970), de quien demuestra su vinculación con las vanguardias europeas: se había exiliado de la Guerra Civil Española y radicado en La Habana al iniciar enero de 1937, donde se casó con una habanera y tuvieron un hijo, que también sería arquitecto. Al no haber convalidado su título de arquitecto, tenía que trabajar en colaboración con otros arquitectos, en este caso con Gastón y del Junco, con quienes dejó otras obras en nuestro país y con otros arquitectos, antes de irse de Cuba en 1960.

Gastón, Junco y Domínguez eran miembros de la ATEC sección cubana de los CIAM.(Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna, 1928-1959), y para construir este edificio requirieron un permiso en 1947 dadas sus funciones que desempeñaría dadas las ordenanzas del Vedado, que desde 1931 prohibió construcciones de más de tres plantas, lo que en 1937 se modificó a cuatro plantas por los tantos proyectistas y empresarios que mostraban necesidad de edificios más altos.

Fue retranqueado de la alineación cinco metros, añadiendo luego otros cuatro de soportal, que permitía distanciarlo de la calzada, a la vez que se ajustaba a la fuerte pendiente de la calle 23, con lo que el soportal devino amplia galería, que dividía el basamento del cuerpo de oficinas; galería que se convertía en el vestíbulo cubierto del cine en la esquina superior con la calle L, que tenía un cuerpo expresionista de cubierta curva de gran escala, escala que se adoptaba en el restaurante situado en la esquina opuesta en la calle M; amplia galería de acceso al vestíbulo del edificio de oficinas. El tercer edificio lo configura una pieza prismática en la calle M, retranqueado también, para enfatizar ambas esquinas.

Tanto repercutió este edificio que fue publicado en la revista L´Architectured´aujourd´hui, y fue precursor para muchos edificios casi inmediatos, como el hotel Habana Hilton luego hotel Tryp Habana Libre; también con esta obra, Domínguez contactó con Ernesto Gómez Sampera, con quien luego participaría en el también rampero edificio Focsa, una de las siete maravillas de la ingeniería cubana, y en el Ministerio de Comunicaciones. Cuando en 1949 el eminente arquitecto, urbanista y diseñador alemán fundador de la Escuela de Bauhaus (1919) visitó La Habana, refirió este edificio como modelo, defendiendo la necesidad del trabajo en equipo con diversos especialistas según materias, coordinados por el arquitecto.

El cine, inaugurado el 23 de diciembre de 1947, tenía capacidad para 1700 espectadores; en su escenario se podían ofrecer espectáculos de corta duración para entretener a los asistentes en los intermedios de las películas.

La cadena de radio CMQ ocupaba una parte de las oficinas del edificio, adosado al bloque de oficinas de alquiler; en esta área se había reservado una parte del terreno para las futuras instalaciones de televisión, ya previstas, y uno de sus estudios, el No. 2, era sede de las transmisiones de programas radiales y también de todas o al menos, la mayoría, de las grabaciones musicales del sello disquero RCA Víctor en Cuba, entre 1948 y 1959.

La planta baja era común para todo el complejo, con distintos comercios, varias salas de exhibición, un banco, un restaurante y una cafetería; la circulación peatonal fue pensada para transitar por delante de estos locales.

Bajo el restaurante chino El Mandarín le hemos conocido una farmacia, hoy tienda para diversos dispositivos y fotografía, entre otras tantas funciones que han cumplido sus disímiles espacios; para todos y cada uno de ellos, y sobre todo para radio y televisión, ha sido visitado y a menudo sistemáticamente y lugar de creación de una parte esencial de genuinas obras de arte sobre todo mediáticas en su más amplio espectro y vinculación indispensable con otras artes (música, escénica, literaria, visual) y personalidades fundamentales de todos los órdenes de la cultura cubana en su más amplio espectro, lo que argumenta sólidamente su valor patrimonial para todo el país y con mucho interés, para toda la Humanidad.

Autor

  • Dr. C. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez

    (La Habana, 1957) Licenciado en Historia del Arte (1982) y Licenciado en Historia General (1986), Técnico Medio Superior en Arqueología (1984) y Técnico Medio Superior en Museología (1985), Doctor en Ciencias sobre Arte (2001) y Máster en Antropología con Mención en Antropología Sociocultural(2001), Diplomado en Historia General Contemporánea (2006), Profesor Titular de la Universidad de La Habana (2002) e Investigador Titular (Ministerio de Cultura y Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, 2004).

2 comentarios en «RadioCentro: Genuino patrimonio de la cultura cubana»

  1. Licenciada Salomé Campanioni: La felicito por el excelente artículo y la interesante información que contiene. He viajado al pasado a través de la lectura; era la zona que yo frecuentaba en mi juventud. Varias veces asistí a programas de radio y TV que entonces se transmitían en vivo y con público. “El Mandarín” era mi restaurante favorito, sin olvidar los helados de “Coppelia”, que eran tan refrescantes en los días de verano de mi ciudad que nunca olvidaré.

  2. Muy interesante articulo de divulgacion de nuestro patrimonio constructivo , y como ejemplo de una buena arquitectura unido al surgimiento de una insdustria de la radio y televison que tuvo un pap el muy importante en la formacion de nuestra identidad , asi como pionera en la radiodifusion en america latian

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