Ella es una de las más jóvenes especialistas de la Misión Milagro en Venezuela y con sus manos devuelve la visión a cientos de personas humildes que vivirían en total oscuridad, de no existir el Convenio de Cooperación Integral entre ambos países.
La santiaguera llegó a la tierra de Chávez hace 6 meses con una maleta repleta de sueños, los cuales se convertirían en realidad tan pronto entendió que en el humanismo viven la esperanza y el decoro.
Diecisiete años han transcurrido desde el inicio de la Misión Milagro y gracias al sacrificio de profesionales como Dalia Castro Zapata, los servicios oftalmológicos están entre los más queridos, respetados y demandados de Venezuela.