La historia detrás de ese abrazo (+Audio)

Algunos de esos momentos los compartió con la periodista Adriana Cisneros Fernández, de Radio Sonido SM.


Alina Estalella Gross laboró tres meses en una sala de terapia intensiva del hospital pediátrico de la Ciudad de México, sus conocimientos en urgencia y emergencia médica le permitieron cuidar y ayudar a salvar la vida de varios infantes que se contagiaron con la Covid-19.

Cuando llegó a la sala, los decesos sumaban entre 15 y 20 a la semana, y el personal cubano junto al mexicano logró que sólo fallecieran 5 niños en 3 meses, y llegaron a tener semanas con cero mortalidad.

– FUERZA CUBA PARA SALVAR A ISAAC

Muchas historias le marcaron su paso por esa nación, pero la de Isaac, siempre tendrá un lugar especial en su corazón, era un bebé de 8 meses, pero que nació prematuro y eso suponía complicaciones añadidas.

«Isaac nunca lo vamos a olvidar muchos de los colegas que estuvimos trabajando, los cubanos nos entregábamos a los pacientes. Isaac era un niño prematuro, un niño que desconocíamos hasta dónde llegaba su sistema inmunológico, y hasta dónde podía soportar aquella Covid-19, una enfermedad tan grave, y nosotros decíamos… ¡Vamos a entrarle a todas! como solemos decir los cubanos. Isaac se nos complicaba todos los días del mundo, Isaac grave, grave, grave y nos mirábamos, pero de la noche a la mañana Isaac revivió y fue para alante, y nosotros ahí con el tratamiento, si era cada dos o tres horas, nosotros ahí. La madre de Isaac cada vez que entraba a las 10 de la mañana nos miraba y nos decía: Yo sé que ustedes lo van a salvar… Cada vez que nos decía eso, era un compromiso moral, era Cuba que estaba ahí con todo su ejército de batas blancas, con toda su gente que tenía que salvar la vida de Isaac».

«Después de 28 días le entregamos a Isaac a su madre, Isaac cursó por todas las etapas, crítico, muy crítico, regresaba de grave a crítico, otra vez, y nosotros allí de frente con Isaac, no descansábamos. Se nos pegaba el traje al cuerpo por el calor, el desespero de aquel traje que debíamos usar para evitar el contagio, pero nada, la gratitud que nos quedó fue de que Isaac, de esa enfermedad, nosotros lo salvamos».

Cuando lograron salvarle la vida y entregárselo a su madre, la enfermera Alina tuvo que levantarla del piso porque se puso de rodillas para agradecer que Isaac estaba sano y había ganado la batalla contra la Covid-19. De ese momento quedó una foto hermosa que encierra el abrazo especial que una madre puede ofrecerle a quien le devolvió a su hijo vivo, cuando ella misma había perdido las esperanzas.

Alina ya está en casa, en su natal Songo-La Maya, y en sus más de 20 años de trabajo como enfermera formar parte del contingente Henry Reeve ha sido una experiencia inolvidable y de ella trajo el mejor regalo que fue salvar vidas, y esa foto que guarda como un tesoro y que le recordará por siempre la bella historia que hay detrás de ese abrazo.

Fuente: Radio Sonido SM / Editora: Salomé Campanioni

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