Triunfo de amor y solidaridad

“Mi niño sufrió un accidente en enero pasado y el suceso al parecer le provocó una sinovitis de cadera, por lo que hoy lo atienden en el servicio de ortopedia del hospital pediátrico de nuestra ciudad”, me cuenta la madre, una hermosa y carismática joven, que no para de agradecer el afecto que ha mostrado “un equipo especial”.

Sí, porque bastó que esta muchacha tecleara lágrimas del alma por el grupo de amigos de Messenger para que la historia conmoviera, estrujara almas y de casi todas las provincias cubanas alzara hermosa la amistad como el valor más entrañable de la juventud cubana.

Las dificultades del camino encuentran remedio cuando en este difícil año y medio de pandemia, las redes sociales han sido también un espacio para anudar lazos afectivos desde el respeto y la similitud de ideas, ética y principios revolucionarios y patrióticos para defender la obra “con todos y para el bien de todos”.

El cariño entre los muchachos, mayoría de Pinar del Río, La Habana, Villa Clara, Sancti Spíritus, Las Tunas, Holguín y Granma, aumenta en cada frase o diálogo, del que el periodista manzanillero ríe a carcajadas y participa poco, permanece atento y cordial.

Las ocurrencias están a la orden del día, y todos prestos al hombro y el regazo fraternal cuando hace falta.

“No tengo palabras para agradecer el gesto de cada uno, la emoción que significa tener amigos especiales y maravillosos como cada uno de los que integran el grupo Cubanía Siempre. La deuda es impagable porque la sonrisa de mi niño no se compara con nada. Ya hoy está mejor y tranquilo, un resultado que es fruto de la ciencia cubana y del amor de amigos”.

En las palabras de Yazmín está el mensaje exacto de que absolutamente nadie, puede bloquear el valor de la fraternidad, empañar la sonrisa de un infante, la alegría de una madre por ver feliz al vástago. Ella es admirable desde la altura que le confiere la estirpe de mujer tunera, hija de la tierra de Vicente García.

Resultó una travesía de voluntades; desafío a la rapidez y las restricciones del transporte como consecuencia del nuevo coronavirus para hacer llegar algunas medicinas imprescindibles en el tratamiento de “Estebita”.

Fue el triunfo del amor y la solidaridad, de la sonrisa por encima de la congoja, de abrir muchas puertas cuando las miserias humanas pretenden cerrar alguna; éxito de la confianza en los valores humanos y la virtud de que todos somos uno y para cada cual es el hombro o el regazo.

Hoy transcurren días hermosos y la joven madre tunera abraza al pequeñuelo en un estremecimiento de sensibilidad profunda e inspiradora. Los diálogos mediante el chat hacen más sólidos e indelebles los lazos afectivos entre los amigos, que tienen al centro la bandera, el escudo, a Fidel y la Patria. Hasta Las Tunas llegó el más preciado tesoro de amistad: el envío del alma.

 

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